México no sabe qué hacer con los cadáveres que saca de las fosas
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Geografía e Informática (INEGI) tan solo en 2017 hubo alrededor de 31,000 muertos
MEXICO – Los cuerpos se apilan uno sobre otro. No de un día para otro, aunque es posible que en una mala racha, cuando encuentran fosas clandestinas, en Veracruz, Guerrero, Sinaloa, Colima… los cadáveres se desborden, queden tirados en las salas o la intemperie de los forenses o en las calles, como el reciente tractocamión botado en Jalisco.
“México no sabe qué hacer con sus muertos por violencia”, advierte Lucía Angeles, dirigente del Colectivo Solecito, una organización de madres, padres y familiares que impulsó en el estado de Veracruz la búsqueda de los suyos desaparecidos.
“Lo hemos denunciado desde el 2015, cuando nos dimos cuenta que muchos de los cuerpos no identificados se estaban pudriendo en los patios de los Servicios Médicos Forenses de varios municipios sin preparación ante esta barbarie de violencia”.
Las muertes relacionadas al crimen organizado en sus diversas modalidades (del narcotráfico a la extorsión; los secuestros o el robo de combustible) ha ido en incremento desde el 2006 cuando el entonces presidente Felipe Calderón declaró la guerra frontal a los cárteles y siguió con Enrique Peña Nieto.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Geografía e Informática (INEGI) tan solo en 2017 hubo alrededor de 31,000 muertos y en lo que va del 2018 la cifra para mediados de año se redondeaba en 16,000.
La mayoría de estos cuerpos –según datos de la fiscalía de Veracruz, la entidad que tiene el mayor número de cadáveres sin lugar de almancén, después de Guerrero—permanecen como desconocidos aún cuando se hizo público que las autoridades tomaron muestras de ADN, de identificaciones, prendas de ropa. “Los familiares no denuncian o acuden en su búsqueda por alguna razón”.
Muestra de ello es el caso de Colinas de Santa Fe, donde se encontraron en 156 puntos 300 cuerpos con 14,000 restos óseos y sólo se ha presentado un 10% de personas para indagar.
Lucía Angeles, del Colectivo Solecito, afirma que la falta de denuncia sigue siendo la desconfianza en las autoridades. “En el último hallazgo no nos dejaron entrar y no sabemos si están haciendo correctamente los registros, si están tratando a los cuerpos de manera digna”.
Las organizaciones de víctimas se quejan constantemente de la falta de profesionalismo de las autoridades para manejar correctamente tanto la búsqueda los Semefos.
De acuerdo con las más recientes investigaciones del tráiler abandonado en Jalisco, lo que pasó en inicio fue que el Instituto de Ciencias Forenses local contrató dos tractocaminones con refrigerador para almacenar los cuerpos que no cabían en sus instalaciones sin tomar en cuenta que, por su tamaño, tampoco cabrían los vehículos.
“Están improvisando con nuestros muertos como con todo lo que hacen como gobierno”, lamentó Angeles.
El analista Guillermo Trejo, de la Plataforma contra la Impunidad y la Corrupción observa que el problema es la masividad de la violencia: “ha sido muy superior: cinco, seis o hasta siete veces más intensa que las típicas guerras civiles de la segunda mitad del siglo XX”.