VÍDEO: Un perro de dos patas salta feliz y te hará valorar la vida más que nunca
Los animales ayudan a personas con depresión a superarla y también son aconsejables para otras enfermedades mentales
Cora Rose esun caniche de 3 años que salta sobre sus patas traseras después de perder sus patas delanteras en un accidente automovilístico el invierno pasado.
“Perder sus dos patas delanteras no la ha privado de nada”, contó su dueño, Zach Skow, de 39 años, a SWNS. “De todos nuestros perros, Cora Rose es la más feliz”.
Skow, quien se encarga de rescatar y cuidar a los perros de la organización Marley Mutts con su esposa Heather en California, rescató a Cora Rose de la eutanasia después de que el accidente dejó su pelvis y piernas destrozadas, y la infección se había extendido a los huesos.
La pareja logró recaudar los $10,000 dólares para la cirugía que le salvó la vida, pero que sin más remedio le amputó las piernas delanteras.
“Ese tipo de infección es como el cáncer para los perros”, informó Heather.
Al pequeño caniche le tomó un tiempo para acostumbrarse a su nueva estatura y originalmente se movía con la ayuda de un carrito. Pero ahora, Cora Rose salta como un pequeño canguro, como si estuviera acostumbrada a hacerlo y su vida nunca hubiera sido diferente.
Su dueño, no solo agradece lo que ese perrito significa en su vida. Él le da las gracias a esa a sus cinco perros y otros amigos peludos por ayudarlo a estar sobrio y salvar su vida.
La adicción dejó su salud en mal estado. En 2009, perdió rápidamente 40 libras, su piel se puso amarilla, usó un catéter y la cirrosis lo dejó necesitado de un trasplante de hígado.
“Había fantaseado con maneras de quitarme la vida”, explicó Zach. “No me reconocía en el espejo. Parecía un hombre viejo “.
Recordó un día que se puso a llorar un día y notó que sus perros lo miraban.
“Me hizo darme cuenta de que todavía era el líder de su manada”, dijo. “Todavía podían ver al hombre dentro”.
Zach dedicó su tiempo a cuidar a sus perros, paseando con ellos varias veces al día hasta que se recuperó lo suficiente como para que ya no necesitara un trasplante de hígado.
“Nunca me propuse ser un salvador de perros, pero ellos me salvaron a mí”, admite Zach. “Ahora rescatamos cientos de perros al año”.