No hallan huellas de Pabón
Expertos testifican que ninguna de las marcas corresponde al acusado
Manhattan.- De todas las huellas recopiladas por los diferentes componentes de la Unidad de Investigación de la Escena del Crimen (CSI) ninguna corresponde al acusado, Joseph Pabón, 28 años, según un testimonio de ayer.
Pabón está acusado de asesinar a Eridania Rodríguez, 48, una compañera de trabajo en el 2 de Rector Street, un edificio de oficinas donde ambos laboraban, el 7 julio 2009. Rodríguez era limpiadora y Pabón operaba el montacargas y se ocupaba de las tareas de mantenimiento.
Según testificó ayer la detective y criminóloga Cinthia Ramírez, las huellas que se le remitieron y resultaron de “valor” —entendiendo como tal que podían ser analizadas y comparadas con otras— ninguna correspondía al acusado. Entre las huellas recibidas figuran las encontradas en el conducto de aire $donde se halló el cadáver, la puerta, el panel de control e incluso en la cinta adhesiva con la que se maniató a la víctima.
“¿Eran del acusado?”, preguntaba una y otra vez su abogado, Mario Gallucci, en su contrainterrogatorio. “No”, $ía una y otra vez, en cada caso, Ramírez.
Una vez descartadas como las huellas de Pabón, la detective indicó que las envió a la base de datos donde tampoco fue posible identificarlas. “Las huellas siguen activas”, informó Ramírez refiriéndose a que siguen en la base de datos a la espera de encontrar a quien corresponden. Tan sólo fue posible identificar las huellas de una de las botellas encontradas en el contenedor de basura del octavo piso y que corresponden a un policía.
Asimismo, la defensa ayer volvió a incidir en su teoría de la inseguridad del edificio y que otras personas accedían al mismo y a zonas supuestamente de acceso restringido a las que Pabón y otros trabajadores tenían acceso con llave maestra o código de seguridad.
En el contrainterrogatorio a Luis Marín, del equipo de limpieza nocturna del edificio, Gallucci fue mostrándole múltiples fotos de la noche del crimen que entraron como evidencias. En las mismas, se observa a individuos ingresando a zonas de acceso restringido y que Marín no pudo identificar como empleados.
Desde rampas que dan al exterior a puertas interiores que comunican con el sótano, fue mostrando foto a foto a individuos desconocidos para Marín, pasando por las puertas de acceso restringido, entre las 9 y las 10 de la noche del 7 de julio, día en que ocurrió el asesinato.