Compton trata de encontrar opciones

Compton, una ciudad que por décadas ha cargado sobre sus hombros el estigma de una pésima reputación por la delincuencia que se vive en sus calles, ahora se enfrenta un nuevo reto: el colapso financiero.

Son muchos los negocios que no sobrevivieron.

Son muchos los negocios que no sobrevivieron. Crédito: Ciro Cesar / La Opinión

Compton, una ciudad que por décadas ha cargado sobre sus hombros el estigma de una pésima reputación por la delincuencia que se vive en sus calles, ahora se enfrenta un nuevo reto: el colapso financiero.

A pesar de los evidentes problemas que enfrenta la ciudad, sus funcionarios insisten en que no están a un paso de la bancarrota.

“Sí, es el déficit más grande en la historia de la ciudad”, admitió el administrador municipal, Bryan Batiste. “Pero no tenemos planes de declarar la bancarrota, vaya, ni siquiera lo hemos discutido. Sólo necesitamos tomar medidas drásticas durante el próximo año fiscal y ahorrar todo lo que podamos, entonces veremos la luz al final del túnel”.

Sin embargo, la luz está todavía muy lejos, ya que el déficit alcanza los 43 millones de dólares, incluyendo 10 millones del fondo general, que según Batiste, es uno de los aspectos más preocupantes, porque de ahí procede el dinero que necesita la ciudad para funcionar día a día.

“Diez millones de dólares es un cálculo muy conservador, porque cada mes nuestros gastos superan con mucho a nuestros ingresos”, señaló.

Muchas municipalidades a lo largo y ancho de Estados Unidos, especialmente los de ingresos más bajos, están a punto de la bancarrota, según Emanuel Pleitez, quien fue parte del consejo asesor para la recuperación económica del presidente Barack Obama y director de estrategia de la compañía de tecnología Spokeo.

“Es entendible que la ciudad esté en esa situación, dado que está tratando de salir de la peor recesión económica desde la Gran Depresión.

Declarar la bancarrota no es una mala opción, dijo Pleitez, “porque las pocas municipalidades que lo han hecho, como el condado de Orange, han sobrevivido y pueden empezar de nuevo”.

En 1994, el condado de Orange, el tercero más poblado del estado fue el primero en declararse en bancarrota. A partir de esa decisión retomó el camino para sanear sus finanzas.

En ese proceso, dijo, lo más difícil es lidiar con la mala reputación. “A nivel comunitario, se pierde confianza en el gobierno y eso es malo para la democracia”, y aseguró que cuando las empresas no quieren venir o se quieren ir, la ciudad en su conjunto pierde, porque deja de recibir ingresos por concepto de impuestos.

Muchos años atrás la ciudad enfrentó una crisis financiera similar, pero en ese entonces ni los servicios ni el mantenimiento fue desatendido. En esa ocasión no había tantos negocios vacantes ni tantas viviendas vacías como ahora, dijo Lynn Boone, una residente de Compton que ha vivido aquí toda su vida. “Ahora no hay ninguna red de seguridad”, indicó.

Para recortar los gastos, en agosto pasado, la ciudad implementó días de descanso obligatorio para los empleados, redujo las prestaciones y eliminó 70 puestos de trabajo dijo Batiste.

Las medidas de austeridad han afectado a muchísimos empresarios locales, como Alatorre Market en la esquina de las avenidas Willowbrook and Winona, que se estableció en 1977.

“Los empleados que perdieron sus trabajos ahora compran mucho menos. En lugar de gastar 25 dólares, ahora solo gastan 12”, dijo Arnold Alatorre, de 51 años y propietario del mercado. “Ya ni siquiera limpian las calles, la verdad es que no sé que está pasando”.

A pesar de ese panorama, la secretaria de la Cámara de Comercio de Compton, Lorraine Cervantes, de 70 años, tiene la esperanza de que los negocios que han estado aquí por muchos años, logren sobrevivir, ya que cuentan con una base local de clientes muy grande.

“En Compton existe una gran camaradería y un sentido de familia en donde los pequeños negocios son la base de la economía local”, agregó.

A partir de mayo, los oficiales electos de la ciudad han sostenido tres talleres abiertos al público con el tema central del presupuesto y el plan de recuperación económica de la ciudad, la cual, aseguró Batiste, empezará el año entrante.

“Hace apenas seis o siete meses, no teníamos forma alguna de pagar los préstamos, pero ahora sí estamos en el camino adecuado para pagar el dinero que debemos a varios entidades”, afirmó.

El déficit de 10 millones de dólares en el fondo general vino en gran parte porque se recortó a nivel estatal la Agencia de Reurbanización de la Comunidad (CRA), que otorgaba 6 millones de dólares a Compton. La meta es reducir el déficit del fondo general a 2 millones para el 2013, dijo Batiste.

“Vamos a reestructurar y reoganizar nuestra forma de funcionar”, indicó Batista, quien agregó que no contempla nuevos recortes en puestos de trabajo en el futuro cercano.

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