Indocumentado con paraplejia regresa con familiares en Chicago
El Hospital Mount Sinaí informó a la familia de Jesús Arroyo que ya no puede hacer nada por el paciente
CHICAGO – Un hospital de Chicago entregó a sus familiares en esta ciudad a un inmigrante mexicano indocumentado que quedó parapléjico después de haber sido atropellado por un automóvil el año pasado.
El Hospital Mount Sinaí informó a la familia de Jesús Arroyo que ya nada más se podía hacer por el paciente y lo transportaron a la casa de su familia hoy en la zona norte de la ciudad.
Representantes del hospital habían informado anteriormente a la familia que a causa del alto costo de atender al paciente y el hecho de que Arroyo sea un indocumentado sin seguro médico, el nosocomio ya no se podía hacer responsable de su cuidado.
La esposa de Arroyo, Ana Rodríguez, había pedido al hospital que mantuviera al paciente más tiempo, ya que su casa no está habilitada para cuidar a un enfermo las 24 horas del día.
“Me avisaron que me iban a entregar a mi esposo así estuviera yo preparada o no”, dijo hoy a Efe Rodríguez.
Aun así, el hospital le regaló a la familia una cama especial para el paciente y hizo gestiones para que otra compañía le done alimentación líquida por unos meses.
Arroyo, de 37 años, fue víctima de un accidente automovilístico en septiembre del año pasado cuando fue impactado al cruzar una calle al salir de su trabajo.
Aunque el chófer responsable del accidente, que conducía con una licencia vencida y carecía de un seguro de automóviles, se detuvo y fue arrestado por la Policía, nunca se presentó a corte por lo que es considerado un prófugo de la justicia.
“Ellos van a necesitar mucha ayuda”, comentó a Efe Jesús Vargas, activista y líder laico de la Iglesia Episcopal Nuestra Señora de las Américas, en Chicago.
Vargas reiteró que este caso recuerda al del paciente inmigrante Quelino Ojeda Jiménez, quien fue enviado el 22 de diciembre por el Hospital Advocate Christ a Oaxaca, Guerrero, sin el consentimiento de sus familiares.
Jiménez falleció en su país el 1 de enero de este año.
“Nuestra comunidad inmigrante seguirá siendo vulnerable y seguirán los abusos”, finalizó Vargas.