Cuándo llamar al pediatra y cuándo acudir a emergencias
En este periodo de confinamiento piensa un segundo si es muy necesario llevar a tu hijo a urgencias médicas
Confusión, dolor de cabeza, vómitos e irritabilidad después de un golpe en la cabeza son síntomas graves que indican atención médica en un hospital. Crédito: Aebopleidingen | Pixabay
Los pediatras están muy acostumbrados a recibir llamadas telefónicas en todo momento y con frecuencia suelen resolver dudas de sus pacientes por teléfono.
Si en este periodo de confinamiento tu hijo necesita atención de un profesional de la salud, piensa un segundo si es muy necesario acudir a urgencias médicas o solo atender las órdenes de un doctor.
Hay emergencias que son innegables e indiscutibles, sin embargo en estas semanas donde las consultas médicas por Covid-19 han ido en franco aumento, es importante atender las recomendaciones de los expertos al resolver estos problemas.
Entre las situaciones que ameritan atención médica por lesión o enfermedad, pero que no requieren atención médica de emergencia están las quemaduras menores, dolor de oído o infección, conjuntivitis, posible infección de vías urinarias, dolor de garganta y posible amigdalitis o faringitis estreptocócica, enfermedades gastrointestinales, tales como vómito y diarrea con deshidratación leve, heridas leves, objetos extraños en oídos y nariz, resfriado y tos, así como alergias.
En contraparte, hay situaciones que sí requieren atención médica de emergencia, como laceraciones/heridas profundas con sangrado que no para, fiebre superior a 100.4ºF (38ºC) en un niño menor de 2 meses de nacido, convulsión que dura más de 2 minutos en un niño sin antecedentes de crisis convulsivas, y cualquiera de las condiciones después de una lesión en la cabeza, como disminución del nivel de alerta, confusión, dolor de cabeza, vómitos, irritabilidad, dificultad para caminar.
Otras emergencias que sí ameritan acudir al hospital serían pérdida del conocimiento, dolor abdominal fuerte, quemaduras graves, haber tragado un objeto que provoca dificultad para respirar o tragar, fracturas óseas graves, dificultad para respirar o color morado/azul en los labios, las puntas de los dedos y el lecho de la uña, vómito o tos con sangre, rigidez severa del cuello o sarpullido acompañado de fiebre, envenenamientos/intoxicación, dolor de ojo, crup (tos de perro), cualquier mordedura o picadura venenosa con enrojecimiento e inflamación local que se propaga o evidencia de enfermedad generalizada, problema de salud psiquiátrica o del comportamiento nuevo o que empeora, y empeoramiento de la mayoría de las enfermedades crónicas, tales como diabetes, asma, etc.
