Padre de Andrés Guardado pide al sheriff que dejen de ocultar información
Al dolor de la inesperada pérdida del muchacho se suma la frustración por la falta de colaboración de los alguaciles
Cristóbal Guardado acababa de llegar a su casa cuando recibió una llamada por teléfono que le informaba que su hijo Andrés de 18 años, estaba involucrado en una balacera. Nunca imaginó arribar al lugar y encontrar a su hijo muerto, y menos a manos de un agente del Departamento del Sheriff de Los Ángeles.
A casi dos meses de su asesinato, exige al sheriff Alex Villanueva que cooperen y dejen de esconderles información.
Hasta el día de hoy, nadie de su oficina se ha acercado a la familia para darles las condolencias. “Nosotros queremos justicia y que el sheriff que le quitó la vida a mi hijo vaya a la cárcel. No vemos correcto que ande libre”.
Cristóbal recuerda que cuando le avisaron del tiroteo en el que su hijo perdió la vida, no sabía en realidad lo que había pasado. Esperaba encontrarlo vivo. Al matarlo, me destrozaron la vida”, admite.
Andrés era el menor de sus tres hijos. Estaba recién graduado de la secundaria cuando murió de cinco balazos por la espalda que le disparó un agente del sheriff de Los Ángeles en la ciudad de Gardena, el 18 de junio, cerca de las seis de la tarde.
Su muerte se dio en medio de las masivas protestas por todo el país contra la muerte de George Floyd por parte de un policía de Minneapolis.
De acuerdo a la versión del Sheriff, los agentes de la estación de Compton observaron a Andrés en el lugar, y cuando el muchacho volteó a mirarlos, mostró un arma y se echó a correr. Los alguaciles fueron tras él en una corta persecución. Andrés, dicen en el parte oficial, recibió un disparo en la parte superior del torso y fue declarado muerto en el lugar de los hechos.
“¡Lo extraño tanto! Me hace mucha falta. La soledad nos pesa mucho. Desde que lo perdimos, la vida se siente tan dura”, dice su padre.
Y lo recuerda como un muchacho muy servicial con todos. “Tenía tantas ilusiones y era tan activo. Comenzó a trabajar desde pequeñito. Aunque no le dieran un sueldo siempre buscaba hacer algo”.
Cristóbal trae a la memoria que su hijo estaba lleno de ilusiones y quería hacer muchas cosas con su vida, ser doctor, estudiar electrónica para aprender a reparar computadoras, le gustaba arreglar carros, pero también pensaba en ir al ejército para que lo ayudaran a pagar sus estudios.
Andrés tenía un empleo de tiempo completo como agente de seguridad.
“Cuando por la pandemia me quedé como un mes y medio sin mi trabajo como cocinero en el L.A. Grand Hotel, él me dijo que no me preocupara, y decidió buscarse otra ocupación de medio tiempo en un taller de mecánica para ayudarme con los gastos”, recuerda.
Fue afuera de ese taller en Gardena, donde ocurrió la tragedia.
Al dolor por perder a su hijo, se suma un gran frustración por la manera como el Departamento del Sheriff de Los Ángeles los ha tratado.
“No nos quieren dar sus pertenencias. Estuvimos luchando para que nos entregaran la autopsia. No quieren colaborar. ¿Qué está pasando? ¿Qué están escondiendo? Por qué no nos dejan ver las cámaras de video. No nos dan una respuesta”, se lamenta.
Y dice que la comunidad confía y espera ser protegida por los agentes del sheriff, no que les quiten la vida. “Nunca me imaginé que esto le iba a pasar a mi hijo”.
El sheriff Alex Villanueva había retenido el reporte de la autopsia, pero el médico forense, Jonathan Lucas lo desafió y lo hizo público. Villanueva reveló que los agentes involucrados no traían cámaras de video en sus cuerpos porque la Junta de Supervisores del condado no les ha asignado fondos.
Cristóbal platica que su esposa Sandra está muy mal. “Es muy duro perder a un hijo”. Lloran también la inesperada ausencia de Andrés, su hermana mayor de 22 años, y su hermano de 20 años.
“Mi hijo era tan inteligente. Terminó la secundaria antes de tiempo. Era muy sonriente, dulce. Le caía bien a todas las personas. Si veía a alguien pidiendo dinero, buscaba la manera de darles algo. Papá, no tienes un dólar, me decía”.
Demanda en puerta
El abogado Spencer Lucas de la firma legal Panish Shea & Boyle LLP, quien lleva el caso del asesinato de Andrés, revela que la semana que entra, van a interponer una demanda civil contra el sheriff y el condado de Los Ángeles por uso excesivo de la fuerza y homicidio por negligencia.
Pero además están pidiendo al fiscal de California, Xavier Becerra, y a las autoridades federales que tomen en sus manos la investigación de la muerte del muchacho.
“Tenemos cero fe en el sheriff de Los Ángeles por la brutalidad policiaca mostrada por años; y por la parcialidad de la investigación que realizan”, dice.
Y critica que el jefe del equipo del sheriff Villanueva haya hecho comentarios prejuiciados en las redes sociales sobre Andrés, en los que señaló que él había escogido su destino. “Ellos están para protegernos”.
El defensor subraya que durante semanas, el Departamento del sheriff no les ha entregado ninguna de sus peticiones de información. “Se negaron a darnos el reporte de la autopsia, los videos y han escondido cada una de las piezas de las evidencias”.
A pesar del ocultamiento de datos afirma que van a encontrar la verdad de lo que pasó “la noche trágica” que le costó la vida a Andrés.
La Opinión contactó a la oficina de la fiscal del condado de Los Ángeles, Jackey Lacey, para conocer su opinión sobre el asesinato de Andrés, pero sus portavoces respondieron que no tiene comentarios.