Lo que sucede en el cuerpo cuando comes a deshoras
Comer a deshoras es una práctica que se asocia con afectaciones en la salud digestiva, problemas en el peso corporal, metabolismo y síndrome metabólico
El estilo de vida, los hábitos y las costumbres con las que vivimos se relacionan directamente con nuestro estado de salud. Es por ello que en los últimos años más allá de una moda han salido a la luz todo tipo de tendencias de bienestar que actúan como una fiel herramienta para vivir más saludablemente, es por ello que la nutrición es más importante que nunca.
Si bien se ha hablado mucho sobre lo fundamental que resulta seguir una alimentación balanceada, la calidad de los nutrientes que consumimos no es el único punto importante; los horarios y la regularidad con la cual nos alimentamos también son aspectos que juegan un papel importante. Estos son detalles que se relacionan estrechamente con el estilo de vida de las personas, por supuesto que seguir una dieta deficiente y los altos niveles de estrés intervienen; sin embargo costumbres arraigadas como saltarse el desayuno, cenar muy tarde y comer desequilibradamente entre comidas, son factores que se relacionan directamente con afectaciones en la salud general.
Lo cierto es que en muchas ocasiones no nos damos cuenta de lo que sucede en el cuerpo cuando comemos a deshoras. Parte importante de desarrollar hábitos alimenticios saludables no solo se basa en enfocarse en el consumo de alimentos integrales y poderosos nutricionalmente hablando, requiere de disciplina en los horarios.
¿Qué es lo que sucede en el cuerpo?
Es indispensable entender que absolutamente todas las actividades fisiológicas que realiza el organismo suceden a ritmos circadianos, se podría decir que es el concepto equivalente al reloj interno que tenemos todos los seres vivos y los cuales son regulados por un reloj central. Existen factores que afectan su sincronización, comer más temprano o tarde es uno de ellos.
Es por ello que se cuenta con diversos trabajos de investigación que enfatizan las consecuencias que se derivan de comer más tarde, se dice que es una práctica que induce a un mayor consumo de calorías y afecta tanto el metabolismo como el peso. A la vez se ha reportado un aumento en el riesgo de padecer enfermedades crónicas como la hipertensión arterial, alteraciones en la insulina, azúcar, colesterol y diversas enfermedades coronarias. Es por ello que en los últimos meses el ayuno se ha vuelto una de las tendencias de salud más populares, ya que promueve establecer horarios saludables que promueven cenar lo más temprano posible y darle un descanso al organismo.
Conoce los efectos negativos en la salud:
Comer a deshoras como parte de una rutina cotidiana se deriva en afectaciones en la salud, algunas de efecto inmediato y otras que se verán reflejadas más a largo plazo.
Problemas digestivos
Toda aquella afectación en la salud digestiva e intestinal serán consideradas como las primeras señales de alerta. El organismo respeta sus horarios y está acostumbrado a recibir alimentos en determinados horarios del día para obtener la energía que necesita para continuar. Comer a destiempos se relaciona con reflujo, acidez, empachos, malas digestiones, gases e inflamación excesiva.
Efectos cardiometabólicos
Las comidas irregulares se asocian directamente con efectos negativos en la salud cardiovascular y un aumento en el riesgo de padecer síndrome metabólico, que como se mencionó en un inicio se asocia con presión arterial elevada y un aumento en el índice de masa corporal. También las comidas irregulares son un hábito que se relaciona con afectaciones en los niveles de azúcar en la sangre y se aumenta el riesgo de padecer los peligrosos “picos de glucosa.”
Posible sobrepeso u obesidad
Comer a deshoras se relaciona directamente con una ingesta descontrolada de alimentos, que en muchas ocasiones son altos en calorías y de nulo aporte nutricional. Sobre todo por las noches se relaciona con efectos más drásticos en el peso corporal y se produce sobrepeso o en algunos casos obesidad. Comer sano y en horarios, regula el apetito y conserva por más tiempo la saciedad.