Solicitante de asilo recupera miles de dólares por asistencia legal no recibida
Su caso no avanzó por cinco años y la suma que le cobró su defensor fue estratosférica
LOS ÁNGELES – Camilo García, un colombiano solicitante de asilo, logró lo que nunca imaginó, que un abogado de migración que solo entretuvo su caso y lo puso al borde de la deportación, le regresará $17,000 de $25,000 que le pagó durante cinco años con mucho esfuerzo y privaciones.
“Yo salí huyendo de Colombia y vine a este país en busca de seguridad”, dice Camilo de 32 años de edad.
Llegó en 2012 a Estados Unidos, pero por desconocimiento empezó su caso de asilo hasta 2013.
Fue a ver a un abogado de migración en el condado de Orange, cuyo nombre se reserva, quien ofreció llevarle su caso de asilo por la suma de $25,000. “Me pidió $5,000 de enganche y el resto a pagar en cantidades de $250 dólares por mes. Pero cuando me llegó el permiso de trabajo me pidió que le diera de una sola vez $5,000”.
Camilo le estuvo pagando puntualmente al abogado durante cinco años hasta 2018, y dejó de hacerlo cuando solo le faltaban $500 para cubrir todo el cobro por su asilo político.
“La verdad pude hacer esos pagos porque mis suegros me prestaron para los $5,000 iniciales, y yo me endeudé con mis tarjetas de crédito para hacer las mensualidades con puntualidad. Fue mucho el estrés que pasé para pagar a tiempo, solo la felicidad que trajo el nacimiento de mi hija compensó la angustia”.
No veía avance
A pesar de los sacrificios que hacía para pagar, el colombiano no se sentía contento con el trabajo de su abogado.
“La petición de asilo la presentó tarde, después de un año. Cada vez que llamaba para preguntar por el avance de mi caso, en la oficina legal me contestaban de mala gana. Yo nunca pude hablar con el abogado. El trato fue siempre a través de un paralegal hispano”.
Eso sin contar que se la pensaba para llamar porque siempre en la firma legal se las ingeniaban para añadirle cobros adicionales, o le ponían muchas trabas.
Lo peor ocurrió cuando durante una audiencia en la corte, le mandaron a un abogado que nunca había visto antes. “No solo no lo conocía sino que se la pasó dormido. Tampoco me prepararon para la entrevista”.
En su interior, Camilo pensaba que tal vez todo estaba bien, y no pasaba nada grave.
Fue por azares del destino que a su trabajo llegó el abogado en migración, Sergio Siderman y cuando le tuvo confianza le contó lo que estaba viviendo.
Cobro absurdo
El letrado se fue de espaldas cuando le dijo lo que estaba pagando.
“En los 23 años que llevo como abogado nunca había escuchado que se cobrara tanto por un caso de asilo. Normalmente cuestan entre $7,000 y $12,000 dependiendo de la etapa del caso”, comenta el abogado Siderman.
Además le llamó la atención ver que Camilo llevaba mucho tiempo con el abogado, y nada se movía.
“Si bien Migración se mueve muy lento, era ya demasiado el tiempo y sobre todo su caso no avanzaba. Entonces yo le dije que tenía un problema”.
Cuando Camilo decidió cambiar de abogado e irse con Siderman, fue el propio abogado quien le escribió a su colega y le pidió que le regresara el dinero.
“Regresó $17,000 porque le dedujo los gastos de oficina que supuestamente había hecho. Yo le cobré a Camilo $8,000 por el caso entero”, explica el abogado.
Considera que el anterior defensor regresó la mayor parte del dinero porque entendió que si no lo devolvía, iba a tener problemas con la Barra de Abogados y sería más costoso recuperar su licencia profesional.
“Él cometió muchos errores. Perdió la fecha límite para presentar evidencias y le causó daño a Camilo al grado de ponerlo en orden de deportación, y a punto de que le cerraran el caso”.
Tampoco acató la orden de aparecer ante un juez para la orden de removerlo del país.
El proceso sigue
Siderman dice que Camilo tiene una audiencia ante el juez en noviembre para presentar sus pruebas y argumentos orales de la persecución que sufrió en Colombia.
“Tiene muy buen caso, y es el ejemplo de la razón por la que existe el asilo político. Enfrenta peligro y amenazas contra él y su familia por parte de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) y el gobierno de su país”.
Incluso, menciona que a Camilo le llegó una invitación a su funeral como una advertencia real del riesgo que corría.
Sin embargo, observa que no importa que tan bueno sea su caso, si el abogado defensor no presta atención y descuida los detalles y las demandas del gobierno.
“Estos errores podrían haber resultado en una deportación para Camilo”.
El abogado Siderman dice que muchos inmigrantes no saben que pueden cambiar de abogado cuando quieran.
“Una mala señal es cuando se piden cantidades tan grandes por un caso. Es absurdo. Los mejores abogados que han hecho estos procesos muchas veces no cobran tanto. Yo he hecho más de 1,000 casos de asilo”.
Fue como una lotería
Cuando Camilo recibió el cheque por $17,000 que le envió su exabogado, no lo podía creer.
“Nunca había tenido tanta plata junta”, dice.
Aprovechó el dinero para pagarle todo a su nuevo abogado, y se libró de las deudas en sus tarjetas de crédito que no lo dejaban dormir.
Tras la experiencia sufrida, Camilo dice que el mejor consejo para los inmigrantes que buscan un abogado, es que vayan a ver a varios antes de decidirse por uno. “Busquen varias opiniones, yo no lo hice. El anterior abogado me cobró $1,000 solo por la primera consulta”.
También les piden que si no dominan el inglés, aprovechen las opciones que tienen de traductores en las audiencias.
Camilo dice que ahora sí entiende en qué etapa va su solicitud de asilo político.
“En mis manos está el futuro de mi familia, mi esposa y mi hija. Mi mayor anhelo es poder dormir tranquilo sin preocuparme por mi seguridad. Quiero ser ciudadano de este país. No quiero regresar a vivir con miedo”.
El abogado Siderman planea utilizar en la corte de migración, las evidencias de persecución en Colombia, pero también la experiencia de Camilo como víctima de fraude y descuido migratorio por parte de su anterior defensor.
Siderman dice que él exigió directamente el reembolso al ex representante legal porque tal vez si Camilo lo hubiera hecho directamente no hubiera tenido el mismo éxito.
Y termina haciendo un llamado a la comunidad migrante para que pierdan el miedo y denuncien si han sido víctimas de estafas migratorias. “Muchos se podrían llevar una grata sorpresa recuperando parte de su dinero y obteniendo una evidencia de que han sido víctimas de un fraude migratorio”.
El abogado considera que aunque Camilo recuperó parte de lo pagado al otro defensor, aún podía acusarlo ante la Barra de Abogados. “Es posible que tenga miedo de meter la queja ahora, y piense que le pueda hacer daño a su caso, pero tal vez lo quiera hacer cuando consiga su asilo en el país y se sienta seguro”.