¡Nazis, váyanse a su casa! Racismo después la era Trump en el sur de California
En Huntington Beach un grupo de supremacistas blancos convocó a una reunión el fin de semana; las autoridades locales condenaron este tipo de reuniones
Fueron escasos supremacistas blancos los que se enfrentaron a los manifestantes del movimiento Black Lives Matter, quienes literalmente los corrieron del muelle de Huntington Beach, a donde habían convocado el domingo a una reunión del grupo White Lives Matter.
La gente de Black Lives Matter llegó primero. Se apostaron frente al muelle y cuando llegó el primer estadounidense blanco con su tatuaje nazi lo obligaron a retirarse, gritándole “Nazi, go home” (“Vete a casa, Nazi)”.
La protesta de los integrantes del Ku Klux Klan (KKK), que habían inundado de propaganda nazi los hogares de Huntington Beach, Newport Beach y Villa Park no salió de acuerdo con sus planes. Se aparecieron en reducidos grupos de tres personas, hasta que la reunión fue declarada ilegal, poco antes de las 3:00 p.m. “para dispersar a una multitud rebelde”, según la policía.
“Vivo aquí por 15 años; esta es mi comunidad y los supremacistas no nos representan”, dijo a La Opinión, Carlie Regur, quien sostenía un cartel que decía: “El odio no tiene cabida aquí, en Huntington Beach”. La pancarta la hizo su hija Greta, de 8 años.
Aunque la mayor parte de la manifestación entre ambos grupos fueron pleitos verbales, la violencia pudo llegar a mayores.
Un segundo supremacista que vestía un traje de terciopelo verde con símbolos de su ideología fue arrestado antes que se desarrollaran los momentos álgidos de tensión.
La policía de Seal Beach le confiscó un bastón de metal –parecido a un cuchillo- que traía en su mochila y dos latas de gas pimienta.
A otro de ellos, – Kelly Johnson, de 60 años- le arrancaron sus banderas alusivas a Donald Trump, lo golpearon en la boca y lo dejaron sangrando ligeramente. Tuvo que ser resguardado por varios policías y agentes a caballo del Sheriff del condado de Orange (OCSD).
“Todas las vidas importan, pero creo Black Lives Matter solo crea división; también creo que el covid-19 es un engaño; nos quieren utilizar como conejillos de indias y el virus es una broma”, declaró Johnson.
Por su parte, Ted Laporte, de 57 años, -quien dijo no estar afiliado a White Lives Matter- expresó que el principal problema que está enfrentando Estados Unidos en la actualidad es la inmigración de niños procedentes de Centroamérica.
“No estamos preparados para este gran problema, y hay una gran crisis humanitaria en la frontera con México, pero Joe Biden no va a deportar a estos miles de niños, ni tampoco a miles que tienen documentación falsa”, expresó.
La recepción tampoco fue agradable para Eddie Block, un miembro de los llamados Proud Boys, un grupo de racistas que ensalzó el expresidente Donald Trump, que creían que la elección presidencial ganada por Joe Biden le había sido robada al multimillonario de bienes raíces.
En enero de este año, agentes del FBI allanaron la casa de Block, en la ciudad de Madera. Le confiscaron sus dispositivos electrónicos y el video que filmó el 6 de enero durante la sublevación de partidarios del expresidente Trump, cuando invadieron el Capitolio de Washington. Durante violento asedio murieron cinco personas.
“La gente blanca no quiere renunciar al poder ni dárselo a nadie”, indicó el activista por los derechos civiles, Najee Ali. “Es una guerra que tienen contra los negros y latinos, y harán lo que quieran para establecer la supremacía blanca que, obviamente intentaron conseguir con la influencia de Donald Trump”.
‘Industria de servidumbre’
Tory “TJ” Johnson, un afroamericano residente de Huntington Beach y uno de los fundadores del movimiento Black Lives Matter, declaró a La Opinión que su intención en convocar a los contramanifestantes era “inspirar a las personas para acabar con la industria de servidumbre” que se ha creado y la explotación de la mano de obra barata de afroamericanos y latinos.
“Cuando llegué a Huntington Beach, trabajaba de 8:00 a.m. a las 7:00 p.m., y me pagaban $40 en efectivo; así estuve de 2012 a 2016”, dijo Tory Johnson, de 35 años. “Esa situación también se refleja con los hispanos; aquí hay numerosos jardineros mal pagados y eso no está bien”.
El activista expresó que, en Huntington Beach, los afroamericanos representan apenas el 1.2% de los 200,219 habitantes; el 71.1% son blancos y 20.2 % hispanos.
“Pero de 10,000 negocios, solamente tres pertenecen a gente a negra”, dijo.
El ‘fantasma’ de Trump
“La supremacía blanca no es bienvenida en ninguna parte de Estados Unidos ni de California”, declaró Alejandro Villalpando, miembro de la Coalición para el Control Comunitario de la Policía en Los Ángeles y presente en la revuelta.
“En ninguna parte del mundo se tolerará su violencia y su odio; si quieren justicia, que amen a su prójimo y busquen vivir en un mundo mejor”.
Villalpando señaló que su presencia en la contra protesta fue “para demostrar unidad frente al racismo y sus actos de violencia; pienso que representan la historia del odio racial y al grupo de poder que sea establecido en este país y que se amplificó en los cuatro años de gobierno de Donald Trump”.
La fallida demostración de White Lives Matter en Huntington Beach, fue parte de una coordinación nacional de grupos de protesta supremacistas blancos en todo el país donde aumento el fanatismo antiasiático durante la pandemia.
“La guerra civil nunca se terminó; solamente le pusieron un parche”, comentó el doctor Bruce Loisel, ex oficial senior de programas de Servicio Humano Comunitario en Monterey, Seaside y Salinas, California. “Estas manifestaciones continúan sucediendo por la deshonestidad académica en la historia de Estados Unidos, que no deja duda sobre la negación sistemática de derechos para las personas de color”.
De hecho, un neonazi que llevaba una esvástica tatuada en su mano agredió físicamente en el rostro a un joven asiático que se le aproximó para preguntarle: “¿Por qué me odias tanto?”. La policía arrestó posteriormente al atacante.
De acuerdo con el Consejo de Relaciones Humanas del condado de Orange, en esta región se han registrado 14 incidentes de odio contra personas de origen asiático. Uno de los objetivos fue el atleta de kárate olímpico de Estados Unidos, Sakura Kokumai, quien fue sometido a insultos racistas mientras hacía ejercicio en un parque de la ciudad de Orange.
Condena al racismo y al ‘nuevo KKK’
Los senadores Dave Min (Irvine) y Tom Umberg (Santa Ana), y la asambleísta Cottie Petrie-Norris, D-Newport Beach, lanzaron desde el viernes una declaración condenando el mitin organizado por los Loyal White Knights.
Los llamados Caballeros Blancos Leales del Ku Klux Klan que convocaron a la reunión, son parte de una organización supremacista blanca y antisemita inspirada en el Ku Klux Klan original. Formado alrededor de 2012, tiene como objetivo “restaurar Estados Unidos a una nación cristiana blanca fundada en la palabra de Dios”. La organización se presenta como parte de un “nuevo KKK”, según documentos de la liga antidifamación.
“Condenamos inequívocamente el nacionalismo blanco y la ideología racista promovida por el Ku Klux Klan. Si bien reconocemos los derechos de todos los estadounidenses a expresar sus opiniones, incluso los racistas más viles que existen ,queremos declarar en voz alta y clara que las opiniones expresadas por el KKK y otros grupos nacionalistas blancos no reflejan las opiniones de los residentes del Condado de Orange o funcionarios electos”, expresó el senador estatal Dave Min, en una declaración por escrito.
“Nuestra rica diversidad hace que el condado de Orange y Huntington Beach sean más fuertes y mejores”, expresó Min en el documento. “Nos unimos al Ayuntamiento de Huntington Beach para condenar la supremacía blanca y lo aplaudimos por planificar una serie de eventos a favor de la diversidad para contrarrestar el repugnante mensaje promovido por el KKK y otros organizadores de la manifestación de White Lives Matter”.