Exoficial de policía despedido del LAPD busca limpiar su nombre

Fue dado de baja hace casi 10 años después de quedar discapacitado a consecuencia de una enfermedad que adquirió en el cumplimiento de su deber

Gabriel Cabrera, exoficial del Departamento de Policía de Los Ángeles. (LAPD) en busca de justicia y limpiar su nombre. (Cortesía Gabriel Cabrera)

Gabriel Cabrera, exoficial del Departamento de Policía de Los Ángeles. (LAPD) en busca de justicia y limpiar su nombre. (Cortesía Gabriel Cabrera) Crédito: Cortesía

Casi una década después de ser despedido como oficial del Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) y de agotar todas las instancias legales en las cortes para ser restituido en su puesto, Gabriel Cabrera decidió hacer pública su historia en aras de limpiar su nombre y que se le haga justicia.

“Se trata de un asunto de honor y justicia. Por eso decidí hacerlo público. No me voy a rendir nunca, por más que me digan que ya deje este asunto. Voy a seguir luchando hasta el último día de mi vida porque no debieron despedirme”, dice Cabrera, un mexicoamericano de 57 años de edad, exoficial de policía del LAPD.

Veterano del ejército, Cabrera fue contratado por el LAPD el 17 de marzo de 1997, con lo que hizo realidad el sueño de toda su vida, ser policía. Un año después, en octubre de 1998, se le vino el mundo encima cuando fue contagiado de meningitis por una persona que arrestó en el bulevar Santa Mónica in West Los Ángeles.

“Estuve cerca de morir, entrando y saliendo de la sala de emergencia del hospital por dos años”, recuerda.

Cuando regresó a trabajar lo asignaron a hacer trabajo de escritorio debido a que quedó con algunos daños cognitivos. La discapacidad que le dejó la meningitis, lo incapacitó de por vida para volver a subirse a una patrulla del LAPD y patrullar las calles angelinas.

La vida le dio un vuelco cuando en 2012 fue despedido tras ser acusado de hacer declaraciones falsas y confusas a sus supervisores del LAPD durante una investigación oficial, pero también según se dijo por desobedecer una orden de la corte y hacer mal uso del dinero de otra persona.

“De todos es sabido que cuando un oficial se lesiona en el ejercicio de su deber y ya no puede andar en la calle patrullando, los supervisores tratan por todos los medios de hacerlo que renuncie y más si eres mexicoamericano y discapacitado. Te ven como desechable”, explica Cabrera.

Gabriel Cabrera, exoficial del LAPD. (Cortesía de Gabriel Cabrera)

Dice que él consideró pensionarse, pero como solo le daban el 10 o 15% de su sueldo, resolvió permanecer en su trabajo porque necesitaba apoyar a su familia.

El incidente por el que lo acusaron, explica que se dio porque un familiar de él presentó una queja relacionada con una adulta mayor que su esposa cuidaba. “Si teníamos un dinero de la señora en un fideicomiso porque la misma señora nos los había pedido, pero fue mal aconsejada por mi prima y nos acusaron. Pero cuando me estaban investigando en el LAPD, la prima nunca se presentó para dar su testimonio porque además era buscada en la investigación de un crimen”.

La Junta de Justicia conformada por un panel de tres personas, dos oficiales de alto rango del LAPD y un civil, encontró a Cabrera culpable de mala conducta y consideró que removerlo del cargo fue una acción disciplinaria apropiada.

“Esta Junta de Justicia es considerada corrupta. Y el sindicato falló miserablemente en defenderme. Muchos agentes de policía lo saben, pero se quedan callados porque no quieren hacer olas. Para qué exponerse. Prefieren mantener seguro su cheque salarial cada dos semanas y asegurar una buena jubilación”, dice.

Con la ayuda del abogado James Armstrong entabló una demanda por discriminación contra el LAPD y la ciudad de Los Ángeles, pero cuando el caso iba ir a juicio fue desechado porque el tiempo para reclamar justicia había expirado. Parte de eso se debió a que el Sindicato de Policías de Los Ángeles (LAPPL) no hizo nada por mí y no pagaron mi apelación en la corte, cuando se suponía debían hacerlo. Y aunque más tarde se apeló la decisión, la corte de apelaciones falló a favor de que el tiempo había terminado para demandar.

“Desafortunadamente a pesar de sus esfuerzos heroicos, Gabriel no pudo seguir adelante con su demanda contra la Ciudad de Los Ángeles y el Departamento de Policía de Los Ángeles. Le aplicaron el estatuto de limitaciones”, dijo su abogado quien defendió al ex agente policiaco, quien la mayor parte del tiempo no le cobró por sus servicios legales. 

El estatuto de limitaciones o Ley de Prescripción es el lapso de tiempo en el cual se debe comenzar el proceso legal después de un incidente u ofensa ya sea civil o criminal.

Gabriel Cabrera también sirvió en el ejército de EE.UU. (Cortesía Gabriel Cabrera)

La vida de Cabrera y su esposa María han sido alteradas completamente después de que fue dado de baja del LAPD. “En los últimos 8 años, su futuro y su carrera se ha reducido a realizar trabajos de seguridad para varios empleadores”, dijo el abogado.

Subrayó que su cliente es solo una víctima más de los muchos oficiales de las minorías, latinos y afroamericanos que han sido acusados de manera exagerada y con base en prejuicios.

Todo lo que quiere es ser reinstalado y que se le permita jubilarse para obtener beneficios médicos, pero además desea recuperar su buen nombre y reputación porque también las vidas de los oficiales latinos y de las minorías importan”.

Enfatizó que a través de la historia de la ciudad de Los Ángeles y del LAPD, con frecuencia los oficiales latinos han sido tratados con desigualdad; y han sido víctimas de injusticias, prejuicios, discriminación y explotación”.

En el caso del exoficial Cabrera, dijo que cuando no lograron convencerlo de jubilarse o renunciar, iniciaron una investigación para encontrarle basura en su vida personal y acusarlo de mala conducta y eventualmente removerlo o suspenderlo. “Fue juzgado por actos que ocurrieron en su vida personal no en el cumplimiento del deber y después de sufrir daños neurológicos y cognitivos”.

Sin embargo, hizo ver que los oficiales que han sido acusados con delitos serios durante su trabajo, debido al privilegio de ser blancos, al favoritismo, amiguismo y nepotismo son castigados, pero no pierden su empleo. “Así que hay estándares de disciplina diferentes y desiguales en el LAPD”.

Cabrera le ha prometido a la Virgen de Guadalupe ir a su Basílica en la Ciudad de México a darle las gracias, si logra limpiar su nombre. “Estoy siguiendo el ejemplo de mi padre. Cuando él estaba combatiendo en la Segunda Guerra Mundial, le prometió a la Virgen que si lo dejaba regresar con vida, iría a verla a México, y le cumplió”.

La Opinión contactó al LAPD sobre el caso del exoficial Cabrera, pero declinaron comentar debido a que es un asunto legal.

Si quieres ponerte en contacto con el ex oficial de policía del LAPD, Gabriel Cabrera, le puedes escribir a: gabe4maria@msn.com

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