Cambio climático: responsabilidad de todos

Debemos tomar conciencia también de que la responsabilidad no solamente es de los gobiernos. Cada uno de nosotros tiene que aportar su granito de arena para hacer la diferencia.

Muchos gobiernos se niegan a actuar y continúan apostándole al petróleo y al carbón.

Muchos gobiernos se niegan a actuar y continúan apostándole al petróleo y al carbón. Crédito: /Shutterstock

El reciente informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas es devastador. En síntesis, nos dice que el mundo se ha calentado más rápido de lo que se esperaba y que ahora nos encaminamos a una crisis sin retorno como resultado de la inacción humana para disminuir los gases de efecto invernadero.

Las señales del desastre están por doquier: varias regiones del planeta enfrentan una sequía histórica; otros lugares sufren de gigantescos incendios forestales, los glaciares se están derritiendo y muchas poblaciones situadas en las costas están destinadas a desaparecer por las crecientes inundaciones. Los focos rojos están prendidos: debemos reducir inmediatamente nuestra peligrosa dependencia de los combustibles fósiles.

Pese a ello, muchos gobiernos se niegan a actuar y continúan apostándole al petróleo y al carbón. No podemos permitirles que lo hagan. A través de la acción política, de denuncias en los medios y de campañas de educación debemos hacer un llamado a que la gente vote por aquellos políticos que defiendan el medio ambiente, no por los que nos lleven a la destrucción.

Debemos tomar conciencia también de que la responsabilidad no solamente es de los gobiernos. Cada uno de nosotros tiene que aportar su granito de arena para hacer la diferencia. Nuestros hábitos diarios pueden contribuir de manera significativa a que la situación mejore o se agrave. Algunas de las acciones que los científicos recomiendan para ayudar a salvar nuestro planeta son las siguientes:

*Consumir menos carne, especialmente de ganado vacuno. Está científicamente demostrado que las vacas producen grandes cantidades de metano, que es un potente gas de efecto invernadero que contribuye al cambio climático. Además, para alimentar a este tipo de ganado, se tienen que deforestar extensas áreas de bosques que son vitales para la producción de oxígeno.

*Utilizar menos el auto. Siempre que sea posible, tratemos de ir a lugares cercanos a pie, en bicicleta o en transporte público. Los automóviles son responsables, en gran medida, de la contaminación atmosférica por la enorme cantidad de dióxido de carbono que emiten.

*Reciclar y usar menos artículos de plástico. Cuando vayamos de compras, tengamos en mente que es preferible comprar productos envasados en vidrio o empaquetados. Si tenemos artículos de plástico, hay que reciclarlos. Este material se ha convertido en una pesadilla para el planeta, sobre todo para la vida en los océanos porque son ingeridos por los animales que lo habitan y luego terminan en nuestra mesa.  Los efectos nocivos del plástico para nuestra salud abarcan desde afecciones cancerígenas hasta problemas vasculares y del sistema nervioso.

*Cuidar el agua. Todos sabemos que el agua es vital para nuestra subsistencia y que cada vez es más escasa, Entre las medidas que podemos tomar para conservarla están las siguientes: ducharnos en vez de tomar baños de tina, no dejar la llave abierta al lavarnos las manos o los dientes y tener cuidado con las fugas en el baño y en la cocina.

La lista de acciones que podemos tomar es larga e incluye plantar árboles, sustituir productos de limpieza químicos por otros naturales como el vinagre y el limón y reducir los desechos alimenticios. ¡Hagámoslo!

María Luisa Arredondo es una periodista mexicana radicada en Los Ángeles

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