Dolor y coraje en el tercer aniversario de la muerte de Vanessa Márquez
Familiares de personas que perdieron la vida por agentes de la Policía y el Sheriff de LA abogan por la desaparición de ambas fuerzas del orden
Decenas de amigos, familiares y admiradores de la fallecida actriz Vanessa Márquez lloraron y rindieron un homenaje en el tercer aniversario de su asesinato. Ella perdió la vida a manos de policías de South Pasadena, el 30 de agosto de 2018.
Vanessa Márquez fue acribillada a tiros en las escaleras del departamento donde vivía, en la cuadra1100 de la avenida Fremont.
“Ella era como mi hermana”, dijo Minerva García, amiga de Márquez. “Ella era un ángel que solamente necesitaba ayuda médica profesional”.
García y Márquez se conocieron y se hicieron amigas durante la obra de teatro “Anna in the Tropics”, ganadora de un premio Pulitzer.
Vanessa Márquez, quien apareció como la enfermera Wendy Goldman en las primeras temporadas de la década de 1990 en el exitoso drama médico ER [Sala de Emergencia] y luego acusó al coprotagonista George Clooney de ponerla en una lista negra cuando habló sobre un presunto acoso en el programa, murió a los 49 años.
“Le dispararon más de 16 veces y cinco balas le dieron directamente en el cuerpo”, dijo Minerva, quien informó a La Opinión que su amiga sufría de varios padecimientos médicos, incluyendo osteoporosis y una obstrucción en el intestino que le impedía salir de casa. “En los últimos meses de su vida yo estuve tratando de encontrarle ayuda”.
La actriz, que hizo el papel de Ana Delgado en la película “Stand and Deliver” [Con ganas de triunfar], protagonizada por Edward James Olmos, también sufría de convulsiones y estaba gravemente discapacitada.
Minerva García manifestó a La Opinión que intentará obtener permiso de la madre de Vanessa, Delia McElfresh, para solicitar a la oficina del Procurador Estatal, Rob Bonta, que reabra una investigación sobre las presuntas incongruencias sobre la investigación del asesinato.
Dijo que la exfiscal del condado de Los Ángeles, Jackie Lacey, “utilizó las páginas sociales de Vanessa para decir que su muerte había sido producto de un suicidio por la policía”, decir, que ella misma buscaba que la policía le quitara la vida.
¿Cómo iba a ser eso posible si cuando se suicidó Anthony Bourdain [el 8 de junio de 2018, en Francia], ella escribió en sus redes sociales que si alguien tuviera pensamientos suicidas, que llamara a una línea de emergencia y hasta publicó un número?”, cuestionó García. “Ellos hicieron un análisis legal muy problemático y es necesario que sepamos cada detalle de la muerte de Vanessa”.
Entre otras circunstancias, criticó el excesivo uso de fuerza letal; el asesinato de una mujer desorientada, discapacitada, que sufría convulsiones y que supuestamente apuntaba a los policías con una pistola de balines.
En febrero de este año, un juez federal aprobó un acuerdo de $450,000 entre la ciudad de South Pasadena y Delia McElfresh, la madre de Vanessa. Así, el caso fue desestimado definitivamente.
El dolor de las familias
En un pequeño parque de South Pasadena, además del reclamo de justicia por el asesinato de Vanessa Márquez, decenas de personas rindieron testimonio de las muertes violentas de sus familiares, a manos de agentes de policía de Los Ángeles (LAPD) o el Sheriff (LASD).
“Esto es demasiado traumático; no hay ninguna forma de crear nuevas memorias”, dijo Albert Corado, hermano de Melyda “Mely” Corado, la chica de 28 años que fue muerta por error en una tienda Trader Joe’s, el 21 de julio de 2018, durante un tiroteo entre la policía y Gene Evin Atkins, en el área de Silver Lake.
Atkins ha sido acusado de la muerte de Mely, aun cuando él no hizo el disparo, sino el oficial Sinlen Tse, del LAPD. La acusación en su contra se basó en la teoría de que él fue quien desencadenó la cadena de eventos que llevaron a la muerte de Corado
“Nosotros intentaremos que los oficiales del LAPD que participaron ese día sean juzgados por su negligencia criminal y la muerte errónea de mi hermana”, dijo Albert, hijo de padre salvadoreño y madre mexicana que ya falleció.
“Mi hermana era mi bebé… La extraño”, expresó Albert.
Con dos de sus cinco hijos huérfanos presentes en la manifestación, Cristina Vázquez, viuda de Marco Vázquez Jr., declaró a La Opinión que su vida es “muy difícil” desde que agentes del alguacil del condado de Los Ángeles (LASD) lo mataron frente a ella, sus hijos y sus suegros, el 6 de octubre de 2019 en su hogar de Whittier.
“Imagínese como ha de ser tener que sacar sola adelante a cinco hijos”, dijo Cristina. “Cada cumpleaños mis hijos preguntan por su padre, y los planes que teníamos juntos se han desvanecido”
El LASD sostiene que balacearon 10 veces a Vázquez Jr. porque los amenazaba con un cuchillo. El ahora occiso sufría de esquizofrenia paranoica y la familia había llamado por ayuda psiquiátrica de emergencia.
La familia Vázquez entabló una demanda federal por presunta violación de derechos civiles contra el LASD y el Equipo de Respuesta a Emergencias Psiquiátricas del condado de Los Ángeles.
“Me dejaron muerta en vida”, dijo Leticia Vázquez, madre de Marco. “Siento un vacío completo; le arrancaron la vida a él, y con él nos llevaron a todos en la familia”.
Anthony Vargas
Stephanie Luna y Valerie Vargas, tías de Anthony Vargas, quien regresaba a su casa de una fiesta el 12 de agosto de 2018, recordaron que su sobrino fue víctima de 13 heridas de bala, por parte de dos alguaciles.
“Anthony era un buen chico, carismático, ayudaba a los niños que no tienen padre y dirigía estudios bíblicos”, describió Valerie.
Según el Departamento del Sheriff del condado de Los Ángeles, los agentes fueron llamados al complejo de viviendas de Nueva Maravilla luego de un robo. Supuestamente, Anthony caminaba por el patio del apartamento y dijeron que huyó de ellos, además que pretendió arrebatarles un arma.
“Por más de 14 horas tuvieron tendido el cuerpo; cualquier persona que pasaba podía mirarlo; nosotros pedíamos respuestas y nos trataron como basura”, recordó Valerie. “Sabemos que siempre que sucede algo así ellos culpan a la víctima, y hasta ahora nos siguen acosando”.
En la demanda federal que la familia Vargas entabló contra el LASD se menciona que los agentes que asesinaron a Anthony pertenecen a la pandilla secreta Banditos.
En una zona del parque, activistas de la organización “Say Their Names LA” (Di sus nombres, Los Ángeles), colocaron un cartelón donde inscribieron los nombres de 57 individuos, entre un total de 950 que han muerto a manos de policías y alguaciles desde el año 2000.
“El dolor de las familias no se olvida si no se les brinda justicia a las familias y si los responsables no van a la cárcel”, comentó Luis Mora, voluntario de la organización.