Es hora de tener ‘una voz real en el trabajo’
¿Cómo puede una empresa que dice ser un equipo que valora las vidas de negros y morenos ser tan desalmada cuando estas mismas vidas se ponen en peligro?
Algunos días me despierto con un nudo en el estómago, temiendo el momento en que empiezo mi turno en McDonald ‘s.
Esto fue especialmente cierto en las semanas después de ser atacado en el trabajo. Cometí el simple error de pasar tocando un hombre en la pierna mientras quitaba el polvo. Le pedí disculpas, pero el hombre me amenazó y rápidamente se volvió agresivo. Mi gerente hizo que el cliente enojado se fuera, pero no llamó a la policía, no hizo un reporte de incidente ni tomó medidas adicionales para mantenernos seguros.
Más tarde en mi turno, salí a poner la basura en el basurero. Sin saber yo que el cliente enojado se escondía detrás de un automóvil, esperando a que saliera. Me empezó a atacar y golpearme. Afortunadamente, otro cliente me escuchó gritar y me quitó al hombre de encima.
Desorientado, me fui corriendo al restaurante y le pedí a mi gerente que llamara a la policía. Me entregó el teléfono y se fue. Confundido y dolido, le conté a la policía lo que había sucedido y terminé mi turno de trabajo.
Después de ese incidente, obtuve una orden de restricción contra el cliente enojado, pero siguió regresando. Podía sentir sus ojos mirándome mientras trabajaba. A veces, entraba a la tienda buscándome y yo tenía que rogarle a mi gerente que hiciera que el hombre se fuera. Mi vida estaba en peligro y sentía que no podía hacer nada al respecto.
He trabajado en McDonald ‘s durante más de 30 años. Desearía que esta fuera mi única historia de violencia en el trabajo, pero no lo es. Incidentes violentos como estos ocurren en McDonald ‘s en todo California, pero los gerentes y altos mandos de McDonald’s ignoran nuestras preocupaciones para asegurar que los trabajadores y clientes no sepan.
Un reciente informe sobre la crisis de violencia que los trabajadores de comida rápida enfrentan en California muestra que más de 77,000 incidentes violentos o amenazantes tuvieron lugar en los restaurantes de comida rápida en nueve grandes ciudades de California desde 2017 a 2020. Eso es un promedio de 52 incidentes violentos cada día. Algunas tiendas generan por lo menos una llamada a la policía cada día
Por muchos años, mis compañeros de trabajo de comida rápida y yo hemos estado pidiendo a McDonald’s y otras corporaciones que tomen medidas para proteger a los trabajadores y clientes. No han hecho nada. No entienden lo mal que es esta situación y se niegan a escucharnos.
De hecho, mi tienda en Manchester Avenue en el sur de Los Ángeles es uno de los lugares más violentos de Los Ángeles. Trabajo en un entorno excepcionalmente peligroso día tras día, semana tras semana. Nunca sé lo que va a pasar.
McDonald ‘s nos recuerda todo el tiempo que somos un equipo. Pero, mientras mis compañeros de trabajo y yo enfrentamos amenazas violentas día tras día, los altos mandos se sientan protegidos en sus agradables oficinas. Eso no es un equipo. Los compañeros de equipo se protegen mutuamente. Como empleados de McDonald tenemos que valernos por nosotros mismos.
¿Cómo puede una empresa que dice ser un equipo que valora las vidas de negros y morenos ser tan desalmada cuando estas mismas vidas se ponen en peligro?
Si las corporaciones no van a tomar medidas para prevenir la violencia, debemos buscar otras soluciones. Es por eso que pido a la Asamblea del Estado de California que apruebe la AB 257, un proyecto de ley que le daría a los trabajadores como yo una voz en el trabajo y un espacio para recomendar medidas de seguridad basadas en lo que vemos en el trabajo todos los días.
Cada vez que llego al trabajo, tengo miedo de que me vuelvan a atacar. Eso es inaceptable. Los restaurantes de comida rápida deben ser seguros tanto para los empleados como para los clientes. Es hora de que los empleados, los franquiciados, los funcionarios gubernamentales y las corporaciones se sienten y realicen algunos cambios importantes. Es hora de que mis compañeros de trabajo y yo tengamos una voz real en el trabajo. Nuestras vidas dependen de ello.
Leonidas Davila es un trabajador de McDonald’s en el sur de Los Ángeles.