Tras el día de terror en Querétaro, al fútbol mexicano le tembló la mano con sanciones que son un mal presagio
Los sanciones a Querétaro tras los terribles hechos violentos en el estadio La Corregidora durante el juego contra Atlas son insuficientes y esto es un ejemplo más de que el fútbol mexicano se está quedando corto
A nadie le hubiera gustado estar en el lugar de los aficionados del Atlas que acudieron al partido del sábado 5 de marzo. Vivieron momentos de terror, dolor y angustia. Las imágenes que circularon en redes sociales son escalofriantes, con pseudoaficionados en grupo masacrando a patadas, o con palos, sillas, piedras y cualquier arma que estuviera a la mano a mujeres, adultos mayores y a jóvenes inertes sobre el piso. No hubo cordura, mientras la seguridad en el estadio nunca trató de impedir o detener los disturbios.
Lo que sucedió fue una auténtica tragedia: el peor día en la historia del fútbol mexicano, así que, de la misma forma, también esperábamos la sanción más dura de la historia de parte de las autoridades. ¿Pero qué creen? Que el fútbol mexicano se quedó corto otra vez. Le tembló la mano a la Federación Mexicana de Futbol y a la Liga MX para imponer un castigo ejemplar al club Querétaro y sentar un urgente precedente.
La prensa nacional, la afición en redes sociales y el sentir de la gente en las calles indicaba que vendría un correctivo histórico: una desafiliación al equipo, un veto de por vida al estadio, la desaparición de todas las barras de la Liga MX, incluso los más dramáticos hablaban de que la FIFA le impediría a México disputar el Mundial de Qatar 2022 y le retiraría la sede del Mundial de Norteamérica 2026, pero nada de esto sucedió.
Hoy los más castigados son los directivos de los Gallos Blancos, quienes fueron inhabilitados 5 años, pero las barras no, sólo 3 años y únicamente 1 de locales: incoherencia pura. El estadio cerrará sus puertas 1 año y el equipo permanecerá en Primera División.
Las autoridades fueron tímidas con las sanciones, no sabemos sus razones concretas, pero en la especulación es fácil imaginar que lo hicieron pensando en que esto podría pasar más adelante con equipos como América, Chivas, Cruz Azul o Pumas y ni modo de desafiliarlos o de cerrar para siempre sus costosos e históricos estadios… O incluso que le puede pasar a cualquier otro club y que lo hicieron para suavizar el posible castigo futuro desde hoy, cuando lo lógico sería poner mano dura y sentar el precedente para garantizar la seguridad de los asistentes a estos espectáculos deportivos de ahora en adelante, no de poner sanciones endebles por si después les toca a los otros. Es difícil saberlo, quizá lo determinaron así simplemente por ineptitud, lo cual también sería alarmante, porque no necesitamos a gente poco capaz a la cabeza de algo, menos si mueve masas como este deporte.
Esperemos que esto no tenga consecuencias negativas a futuro, pero es un hecho que el fútbol mexicano se está quedando corto en muchos sentidos. Corto como los torneos que desde hace años dan a los equipos la posibilidad de tener malos resultados durante tres meses y conservar la oportunidad de ser campeones si al final se alcanza el puesto 10 de la tabla general. Corto como el gigante de la Concacaf que cada vez se hace más chiquito. Corto como la participación de Monterrey en el Mundial de Clubes o la de Santos en la Concachampions. Y corto como el alcance de los jugadores mexicanos de exportación, que antes llegaban al FC Barcelona y al Real Madrid. Y todo empieza con estas decisiones que se toman, o que no se toman, tanto de parte de las autoridades de la Liga MX, como de los directivos de cada club.
Con más compromiso y disciplina de parte de los jugadores, aficionados y dirigentes, probablemente el fútbol mexicano podría dar ese salto que todo México quiere, ese reconocimiento internacional, ese crecimiento futbolístico, ese quinto partido en el Mundial… pero si nos seguimos quedando cortos, nos vamos a quedar con las ganas.