Una sucursal de Chick-fil-A ofrecerá a sus empleados una semana laboral reducida

Un restaurante de la cadena de pollo frito Chick-fil-A inició un experimento para determinar los efectos de la llamada semana laboral reducida y los resultados son positivos.

El restaurante que llevó a cabo la prueba se encuentra en Miami, Florida, y puso en práctica un horario de trabajo que exige a los empleados tres días laborales de 13 o 14 horas, a cambio de fines de semana de cuatro días.

En el experimento participaron 18 líderes de tienda y 20 trabajadores de primera línea de Chick-fil-A, los cuales se agruparon en dos grupos de trabajo para cumplir los turnos y la demanda que tiene el restaurante de lunes a domingo.

La prueba en esta sucursal de Chick-fil-A está en marcha desde febrero pasado y los resultados que el restaurante ha obtenido son sorprendentes, aseguró Justin Lindsey, el operador de la ubicación, en una entrevista con QRS Magazine.

De acuerdo con Lindsey, la semana reducida de trabajo ha provocado que los empleados ofrezcan un mejor servicio, sean más eficientes y la consistencia del restaurante haya mejorado desde que se puso en marcha el nuevo horario.

Agregó que otro de los puntos positivos es que las inspecciones de seguridad alimentaria han arrojado resultados “prácticamente perfectos”.

La semana laboral reducida ha estado en algunas agendas legislativas de otros estados como California, en donde desde abril pasado, un grupo de legisladores la presentó en una propuesta.

Una fórmula para alentar a la contratación

Otro de los beneficios que el restaurante de la cadena Chick-fil-A ha notado es que el nuevo horario de semana reducida ha resuelto la dificultad de contratación.

Desde la pandemia, decenas de industrias en Estados Unidos han enfrentado el reto de contratar personal calificado para miles de puestos de trabajo que permanecen vacantes.

Esto incluye a las cadenas de comida rápida que lidian con altos índices de rotación de su personal.

Sin embargo, el experimento del restaurante de Miami de Chick-fil-A parece haber encontrado una fórmula que resolvería la falta de trabajadores, al menos para las cadenas de comida rápida.

Según el líder del restaurante de Chick-fil-A, tras la implementación de la semana reducida de trabajo, su local recibió más de 420 solicitudes de empleo, en las que se destacaba el horario reducido de trabajo.

Lindsey aseguró que una de las causas que lo motivó a cambiar el horario anterior, en el que sus trabajadores hacían hasta 70 horas semanales, fue apostar por la calidad de vida de sus trabajadores.

“Realmente, desde el fondo de mi corazón, estoy haciendo esto porque creo que es lo correcto para ustedes, sus familias, sus estudios y lo que necesiten”, apuntó.

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