Moderna y Pfizer lanzan ensayos para investigar si sus vacunas causan problemas a largo plazo
Las multinacionales Moderna y Pfizer pretenden establecer si existe algún tipo de afectación en los seres humanos relacionada con las vacunas contra el Covid-19
Las firmas farmacéuticas Moderna y Pfizer se dieron a la tarea de poner en marcha ensayos para determinar si existe algún impacto negativo a largo plazo en la salud de las personas asociado con sus vacunas que crearon para frenar los contagios del coronavirus Covid-19.
En dichos estudios se pretende darle seguimiento a un grupo reducido de estadounidenses que sufrieron efectos secundarios después de recibir sus respectivas dosis de vacuna en los últimos dos años.
El hecho de implementar estos estudios obedece a la exigencia que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) estableció a principios de año para otorgarles la aprobación de las vacunas.
Y es que un estudio realizado por el Centro para el Control de Enfermedades de la Columbia Británica, en Canadá, detectó que 58 de cada millón de receptores de las dos dosis de la vacuna de Moderna desarrollaron la afección.
Con respecto a las dosis de Pfizer, el estudio determinó que 21 de cada millón de personas que recibieron las dos dosis de su vacuna original también sufrieron problemas cardíacos.
Por su parte, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) dijeron que en Estados Unidos se registraron alrededor de mil casos de inflamación cardíaca entre menores de 18 años que recibieron vacunas contra el Covid-19.
De esta manera y ante la necesidad de información más concreta, Moderna ya lanzó dos ensayos para rastrear los efectos adversos de su vacuna; en tanto que Pfizer espera hacerlo mismo en los primeros meses del siguiente año.
Debido a la inquietud que impera con respecto a la salud de su población joven en países como Dinamarca y Noruega ya se prohibieron las vacunas contra el Covid para ser suministradas en menores de edad; mientras que en Suecia la recomendación es no emplearlas en jóvenes de 12 a 17 años.
La inflamación de los músculos del corazón, médicamente conocida como miocarditis, es el efecto adverso más grave relacionado con la vacuna.
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