Este año, Bratty viene con todo

Cuando cumplió 15 años, Jenny Juárez le dijo a sus padres que no quería fiesta, que quería un viaje a Estados Unidos. Su sueño era ir a Los Angeles a ver a Best Coast, su banda favorita.

Sin embargo, ni ella ni sus papás pudieron obtener la visa estadounidense, así que la ilusión de Jenny quedó solamente en eso, una ilusión.

Ahora Jenny ya tiene 22 años, y se convirtió en cantante y músico con una carrera que va en ascenso a la velocidad de los meteoros. Tan es así que en unas semanas pisará por primera vez este país, pero no para ver a ninguna banda, sino para presentarse como artista.

Jenny, quien eligió como nombre artístico Bratty —precisamente el nombre de un tema de Best Coast—, será parte del cartel del festival del Coachella Valley Music and Arts Festival, que tendrá lugar en Indio, California, dos fines de semana de abril.

Como cada año, este festival reúne a una serie de destacados artistas de varios géneros y de diversas partes del mundo. Para esta edición encabezan el cartel el puertorriqueño Bad Bunny, la española Rosalía, el grupo surcoreano Blackpink y el rapero estadounidense Frank Ocean. Jenny, o Bratty, compartirá el escenario con estos y decenas de artistas más.

“Todavía no me la creo”, dijo desde la casa de sus padres en Culiacán, México.

Bratty, quien precisamente nació y se crió en Culiacán, traerá consigo su disco más reciente de pop, bautizado “Es mi fiesta y si quiero hago un EP”, el segundo de su carrera y en el que colaboran artistas como Hinds, Metronomy, Yawners, Depresión Sonora y Cuco.

Ella se dio a conocer a través de las redes sociales, cuando desde su recámara, a los 16 años, comenzó a publicar canciones producidas por ella. Lo más sobresaliente fue que nunca estudió música o producción musical. Su maestro fueron los tutoriales de Youtube, donde aprendió a tocar los teclados, el bajo, la guitarra y la batería. También virtualmente fue como aprendió a usar una aplicación para crear canciones.

A los 18 años se mudó a Guadalajara, donde pretendía estudiar producción musical; sin embargo, su vida como artista le iba reclamando más y más tiempo. Finalmente, se trasladó a Ciudad de México, donde vive desde hace tres años y donde formó su banda.

“No sé de dónde salió mi curiosidad por la música”, dijo. “En mi casa no hay nadie que sea artista”.

Además de Coachella, Jenny prepara tocadas en varias otras partes de Estados Unidos y de México y ya comenzó a producir su tercer álbum, del que ya existe un concepto y se encuentra en la fase grabación. El álbum saldrá este año y Jenny piensa que tiene mucho futuro.

“Este año vengo con todo”, dijo.