Entrevista

Jai Courtney habla de su papel de ‘hijo’ de Bruce Willis en ‘A Good Die to Die Hard’

Jai Courtney, el villano de 'Jack Reacher', comparte ahora cartel con Bruce Willis en la quinta entrega de la saga 'Die Hard', 'A Good Day to Die Hard', que se estrena este viernes y que celebra el 25 aniversario de la franquicia

Bruce Willis (izq.)  es John McClane y Jai Courtney encarna a su hijo Jack en la quinta entrega de 'Die Hard',  'A Good Day to Die Hard', que se estrena mañana.

Bruce Willis (izq.) es John McClane y Jai Courtney encarna a su hijo Jack en la quinta entrega de 'Die Hard', 'A Good Day to Die Hard', que se estrena mañana. Crédito: 20th Century Fox

Josep Parera josep.parera@laopinion.com

En tan solo ocho años, Jai Courtney ha pasado de protagonizar un cortometraje (Boys Grammar, 2005) en su Australia natal, a dejarse acompañar de estrellas como Tom Cruise y Bruce Willis en sus más recientes filmes.

Nada mal para este nativo de Sidney, de 26 años, que tras su participación en series televisivas como All Saints, Packed to the Rafters y, especialmente, Spartacus: Blood and Sand, ha entrado por la puerta grande (como se dice en ocasiones sin demasiada originalidad) en el mundo del cine “made in” Hollywood.

En Jack Reacher (2012) se enfrentó a Cruise mano a mano, mientras que en A Good Day to Die Hard (2013), que se estrena mañana, se convierte en el hijo de Bruce Willis en la franquicia que este año celebra su 25 aniversario, tras Die Hard (1987), Die Hard 2: Die Harder (1990), Die Hard with a Vengeance (1995) y Live Free or Die Hard (2007).

La acción lleva a John McClane (Willis) y Jack (Courtney) a Rusia, donde el primero en enviado para rescatar a su hijo, envuelto en una extraña trama en la que nada es lo que parece.

Por supuesto, John y Jack no se hablan desde año, pero será frente al peligro cuando su relación vuelva a fructificar.

La Vibra habló con el actor durante la reciente jornada de promoción en un hotel de Beverly Hills, donde, relajado, enseguida se puso a hablar de las constantes, sofisticadas y peligrosas secuencias de acción que inundan de principio a fin A Good Day to Die Hard.

“El director nunca te va a pedir a hacer algo que tú no quieres”, explicó al comentar el grado de peligrosidad de aquellas. “En estas películas siempre tenemos a especialistas que son muy eficientes en lo que hacen: crear una ilusión”.

“Me encanta formar parte del proceso, lo máximo que puedo y lo máximo que me dejan. A veces depende de lo que tú puedas hacer, a veces de lo que te deja la compañía de seguros… Aún tengo que toparme con una situación en la que me preocupe lo que tengo que hacer”. “Al final, esto es un trabajo, y siempre pueden pasar cosas”, continuó. “Y hay peligro: si no tienes cuidado y no escuchas lo que te recomiendan, o te olvidas de cosas, pueden suceder accidentes “.

A Good Day to Die Hard cuenta con varias secuencias de acción espectaculares. Al preguntarle dónde está el límite, Courtney respondió que “me acuerdo que en la cuarta [parte] de Die Hard [Live Free or Die Hard] Bruce Willis terminó colgado en la cola de un avión de guerra… Es ahí cuando te dices: ‘ok. Ya no podemos superar algo así’. Pero eso es lo maravilloso de las películas de Die Hard: van a ese extremo”.

“John es un tipo normal y corriente que se encuentra con situaciones que le piden reacciones sobrehumanas. Sí, hay una linea delgada, pero, a pesar de eso, seguimos contando con el apoyo de las audiencias y somos capaces de crear esta clase de escenarios donde [John] se mete en problemas”.

John McClane es, ya, un personaje legendario en la historia del cine contemporáneo. El secreto de ese éxito es que, en palabras de Jai Courtney, “el público se siente identificado con él. Lo conocen”, detalló. “Es un personaje con defectos, no es perfecto, no es un súper héroe, no es un ciudadano modelo. Solo hay que ver la relación con su esposa en las [dos] primeras películas y luego las relaciones son sus hijos”.

“Siempre hay un conflicto real y los espectadores encuentran esas situaciones novedosas, porque forman parte de un territorio familiar. Si a eso se le suma puro entretenimiento, consigues que las audiencias regresen a por más”.

Y luego está Bruce Willis. ” Es todo Bruce. 25 años después la franquicia sigue viva. Es un testamento de su encanto y facilidad a cómo se enfrenta a todo. La saga Die Hard depende de John McClane”, remató el joven actor que mantiene desde hace años una relación sentimental con la actriz tailandesa Gemma Pranita (Crush).

A Good Day to Die Hard se rodó mayoritariamente en Budapest, tanto los exteriores como interiores (pretendiendo ser Moscú). Los decorados construídos expresamente para la ocasión son memorables. “No paré de maravillarme ante el nivel de [los decorados], ya fueran creados, o las localizaciones reales”, reconoció Courtney.

“Fue increíble formar parte de un filme donde los decorados con tan elaborados y la acción tan épica. También rompe el corazón, en cierto modo, porque tras rodar en, por ejemplo, la corte o el salón de actos, decorados maravillosos construídos [para la ocasión] en un estudio, dos días después eran destruídos por explosiones… Uno piensa en las horas y horas que se emplearon diseñando y construyendo esos decorados… Ese es el nivel de producción que surge de un proyecto como este con el fin de crear el drama”.

Tras trabajar con Cruise y Willis, Jai Courtney aseguró que “es difícil” ver lo que hace de estos actores dos de las más grandes estrellas de cine de las últimas décadas.

“Simplemente pasa con estos actores que llevan tantos años [en el negocio] y siguen mejorando su arte. ¿Quién sabe lo que es? Hay una cualidad misteriosa en sus actuaciones que sigue cautivando a las audiencias. Es complicado…”.

“Hay algo seguro: su profesionalidad y nivel de pasión, que no tiene comparación”, prosiguió. “La seguridad en sí mismos, la facilidad como lo hacen todo y su calma. Gente como Tom [Cruise] inspiran, porque se preocupan tanto por el trabajo bien hecho… Se envuelven tanto en el proceso. No se trata solo de ganar millones y millones para retirarse un día… Se preocupan por el cine. Todo eso me fascina, porque aún estoy aprendiendo y es un honor poder hacerlo con ellos”.

De cara al futuro, que bien podría verlo formando parte de ese selecto grupo de estrellas, Courtney se limitó a decir que “tienes que tratar de mantener tu integridad y la pasión por lo que haces. Hay que ver lo que pasa. No sé cómo prepararme para situaciones hipotéticas como esa [ser estrella de cine]”.

“Es complicado. No quiero adelantarme demasiado. Todo depende del momento y de aprovechar cada ocasión. En el futuro quiero echar una vista atrás y no sentirme decepcionado. Hay que tener una estrategia y tomar buenas decisiones desde una perspectiva creativa”, concluyó.

“Pero no hay garantías: si uno tiene una carrera larga, no cabe la menor duda de que habrán proyectos que serán horribles. Es algo que no puedes precedir mientras lo estás haciendo. Uno debe fiarse de sus instintos, sin prejuicios, tratando a la gente con respeto y esperando que todo funcione”.

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