“Que nos respeten también”: Carlos Zambrano señaló a la policía española tras los altercados con aficionados y futbolistas de la Selección Peruana
"Fue algo vergonzoso que esperemos que quede ahí por el bien de la selección", manifestó el veterano defensor, Carlos Zambrano. a través de las redes sociales circulan los videos de la pequeña gresca entre los futbolistas y agentes de seguridad en España
Carlos Zambrano, jugador de la selección peruana de fútbol, opinó que la Policía Nacional “se sobrepasó” durante los altercados que protagonizaron varios agentes de este cuerpo de seguridad y futbolistas del combinado sudamericano en la puerta del hotel en el que se hospedaban en Madrid, antes del encuentro amistoso contra Marruecos.
“La policía se sobrepasó, es la realidad. Piensan que porque están en España se merecen el respeto de todos. Estaban golpeando a los hinchas peruanos y tendrían que manejarlos de otra manera. A nosotros mismos nos podían haber pedido apoyo y que nos metiéramos en el hotel, hablamos español y no otro idioma. Ellos van a salir a defender a su gente, como españoles van a salir a defender a su misma gente, pero se equivocaron. Respetamos a todos, pero que nos respeten también”, indicó.
“Hay vídeos, imágenes claritas; tienen que ver bien las cosas. Al final los perjudicados siempre son la gente o los otros, la Policía nunca. La Policía siempre tiene la razón según ellos”, manifestó en el estadio Cívitas Metropolitano tras empatar sin goles ante el cuadro africano.
Sobre el papel del portero Pedro Gallese en estos hechos, declaró: “Se vio clarito que lo agarraron a él, quiso evitar que empujasen a Yoshimar Yotún. Pero ya quedó en el pasado, fue algo vergonzoso que esperemos que quede ahí por el bien de la selección”.
Sigue leyendo:
• Vuelve el gesto obsceno del Dibu Martínez, pero ahora con varios jugadores de la Selección de Argentina
• Las condiciones de Marcelo Gallardo para dirigir a Tigres de la UANL
• Guillermo Ochoa es atacado por Oswaldo Sánchez: el histórico futbolista mexicano cuestionó los ambiciosos deseos de Memo