“A los negros en México no nos consideran mexicanos aunque llevemos siglos viviendo aquí”: Jumko Ogata, autora de “Mi pelo chino”

Ogata, de 27 años, es de ascendencia afrojaponesa y señala que siempre se ha sentido "extranjera" a pesar de que no solo ella nació en México, sino que su familia lleva varios siglos haciendo parte de la construcción de la identidad mexicana.

Racismo en México | "A los negros en México no nos consideran mexicanos aunque llevemos siglos viviendo aquí": Jumko Ogata, autora de "Mi pelo chino"

Jumko Ogata ha ganado reconocimiento como una activista del antirracismo. Crédito: JUMKO OGATA. | copyright

La mexicana Jumko Ogata tiene el pelo rizado, abundante, el pelo chino, dirían en su país. Es parte de su físico, pero también de su identidad. Y de su obra.

Escritora de ficción, ensayo y crítica de cine, Ogata publicó en 2022 junto a la ilustradora Reina Pelcastre, un libro para niños donde habla precisamente de ese tema.

La protagonista de “Mi pelo chino” -que está escrito en español y en mixteca- cuenta que le molestaba no parecerse a otras niñas de su edad. Hasta que su abuelo le muestra todas las posibilidades de peinado que permite el cabello rizado. Le muestra que se puede ser bello de distintas maneras.

Así, a partir de una anécdota cotidiana, Ogata construye un relato sobre la diversidad y la inclusión, que le ha dado una sorpresa: no solo los niños celebran su texto, sino que muchos adultos se le han acercado para alabarlo.

Hablamos con ella en el marco del Hay Festival, que se celebra en la ciudad mexicana de Querétaro entre el 7 y el 10 de septiembre.


¿Qué problemas has tenido por tu pelo? Te lo pregunto porque es el tema central de tu libro “Mi pelo chino”.

A ver, yo no he tenido un impedimento en el sentido de que se me niegue un trabajo o alguna oportunidad significativa por la textura de mi cabello.

Más bien ha sido una cuestión personal, de microagresiones, de comentarios en la casa, en la calle, que con el tiempo te llevan a pensar que lo que nace de tu cabeza está mal y que hay que cambiarlo, que hay unas texturas buenas y otras malas.

Yo había visto libros que hablaban sobre el tema, y pensé que me habría gustado mucho cuando era pequeña poder leer un libro que me hablara directamente a mí, a la niña a la que hacían sentir mal, a la que siempre le decían que no era suficiente, que tenía que cambiar para “estar bien”.

Así surgió la idea de “Mi pelo chino”. Quisimos situar en un contexto muy mexicano la cuestión del pelo chino, que es como le decimos al cabello rizado en México, y que fuera como un abrazo para quienes tenemos ese tipo de pelo y constantemente recibimos esos mensajes de la sociedad.

Ahora, lo que no me esperaba y es muy chistoso es que, después de publicado, le ha gustado mucho a los niños, pero las personas a las que más ha afectado son adultos, que suelen llegar llorando y diciendo que ojalá hubieran tenido este libro en la niñez.

Reina Pelcastre y Jakim Ogata.

Jakum Ogata
Reina Pelcastre (ilustradora) y Ogata con el libro “Mi pelo chino”. El libro está escrito en español y el mixteca.

¿Y por qué decidiste hacer un libro infantil y no una novela autobiográfica o un ensayo literario, por ejemplo?

Por varias razones, pero principalmente por los estudios que hice sobre literatura infantil.

Hay una escritora muy reconocida, Rudine Sims Bishop, que señaló hace como 40 años que había muy pocos libros escritos directamente a los niños y niñas negros en Estados Unidos.

Ella dice que no solo hay que escribir más libros para niños, sino que también habla de la importancia de la literatura espejo y ventana.

La espejo refleja historias, los niños se ven en otros que se parecen a ellos en las culturas y las lenguas con que han crecido. Y la ventana, les muestra historias de niños de lugares muy distintos, de otras culturas, con otras formas de vivir.

Entonces, lo que yo hago es unir estas dos ideas en mi libro.

No trato de hacer una descripción negativa de la situación; es sencillamente reconocer cuáles son las diferencias entre mi cultura, mi forma de ser, mi cuerpo, etcétera y los de otras personas, y aprender de esas diferencias para nutrir la convivencia sana a través de la literatura para niños.

Y no es necesariamente exclusivo para las niñas o niños que tienen el pelo chino.

Es también para que todos los pequeños puedan aprender que si mañana tienen una amiguita o un amiguito que tiene el pelo chino, pues digan “ella o él es como el personaje en mi libro”, y puedan incluso recomendarles “tú te puedes peinar de tal y tal forma”, o decirles “qué bonito es tu pelo que parece una nube, o una flor”, en lugar de recurrir a los estereotipos negativos que vemos en los demás espacios.

Leyendo este libro y otros textos tuyos, uno podría llegar a la conclusión de que si alguien nace negro en México, ¿no lo consideran mexicano?

Sí, es cierto: a los afrodescendientes no los consideran mexicanos.

En mi caso, siendo una persona de ascendencia negra y japonesa, me atraviesa en todo momento la violencia de la extranjerización.

Cuando haces un trámite de gobierno o una cosa en la escuela o en un trabajo, lo primero que te dicen es “ese nombre es muy raro, ¿de dónde viene?” o “¿ese apellido es muy llamativo, de dónde eres?” Yo respondo que soy de aquí, de México. A lo que siguen, “entonces, ¿tu papá de dónde viene?”… Pues también de México.

Mestizaje

Jumko Ogata
Ogata se ha distinguido por su fuerte crítica de la idea del mestizaje.

A los negros en México no nos consideran mexicanos aunque llevemos siglos viviendo aquí.

Y te digo algo, ese no es el caso con algunas otras diásporas como las europeas y con sus apellidos distinguidos, a los que nunca se les cuestiona su pertenencia a este espacio.

Hablas mucho de la tercera raíz y el problema de hablar de negritudes en México¿A qué te refieres?

La tercera raíz es el término con el que se nombra muchas veces a la población afrodescendiente o a la influencia africana en México, bajo la lógica de que todo México es un país mestizo que tiene las dos raíces, la europea e indígena, y que la africana es la tercera.

Pero hay varios problemas con esta lógica.

Primero, el asimilacionismo racista, es decir, “se nos olvidó que ustedes también estaban aquí, bueno, son la tercera raíz”. Y se define así como si nada.

Segundo, no cuestiona la idea de que todos los mexicanos tenemos ascendencia blanca y/o indígena.

El problema no es hablar de las personas negras en México, sino que en lugar de reconocer que la idea del mestizaje es racista y dañina, sencillamente se está incorporando la parte africana de una manera muy romántica, pero que perpetúa esas ideas excluyentes sobre la raza y la racialización.

"El mestizaje en México es un proceso diseñado para la destrucción de las culturas originarias”", Source: Jumko Ogata, Source description: Escritora mexicana, autora de “Mi pelo chino ”, Image:

¿Nos explicas más sobre tu visión delmestizaje como caldo de cultivo para alimentar el racismo y la exclusión de las comunidades negras en México?

Y no solo de las comunidades negras, sino de las indígenas, de las asiáticas.

El concepto del mestizaje en México, también como una acción del Estado que lleva cientos de años, es que no solo toda la población tiene que tener forzosamente ancestros blancos e indígenas, sino serlo en la parte ideológica, en los valores que tienes, en tu forma de vida, en qué lengua hablas.

Y eso hace, de forma invisible casi, que el mestizaje sea además un proceso de despojo, de destrucción de las lenguas y culturas originarias, que condena todo lo que salga de esa construcción tan rígida del mestizo.

Entonces, no solo existe un esfuerzo sistemático por eliminar y “desindigenizar” a los pueblos originarios, sino también por excluir y destruir, y ver con rechazo y con asco a las personas afrodescendientes.

Durante siglos se ha descrito a los afrodescendientes como una población indeseable, floja, poco civilizada, etcétera.

Uno de los más claros ejemplos del daño que el mestizaje hace está en el discurso que expone José Vasconcelos, que es uno de los pensadores mexicanos más importantes del siglo XX.

Vasconcelos tiene un ensayo paradigmático en el que habla de la raza cósmica, (el ensayo se llama “La raza cósmica: misión de la raza iberoamericana) que es muy alabado hasta la fecha en el discurso público, en el que dice que todas las razas se van a combinar hasta formar esta raza cósmica y cada uno va a agregar cosas muy bonitas y suena muy romántico, pero todo de manera muy superficial.

Cultura Negra.

Getty Images
Ogata señala que el aporte afro a la identidad mexicana no ha sido reconocida como se debe.

Pero si le ponemos atención, el ensayo también se pregunta “¿qué valores va a tener esta nueva raza cósmica?” Y responde que “ya que está totalmente combinada, se va a inclinar por los valores blancos europeos, porque obviamente son superiores,”.

Esto vendría a ser como un racismo “buena onda”, que no es igual al racismo gringo, que es segregacionista, sino que tiene sus propias dinámicas. Y a veces, por eso mismo, resulta complejo de identificar, porque dicen que como no se parece a lo que hacen los gringos y los ingleses, entonces no es racismo.

Cuando es todo lo contrario: es un racismo muy insidioso, porque todo está bajo un discurso de amor y amistad. Eso en realidad supone la destrucción de todo lo que no es “lo correcto”.

El académico colombiano José A. Figueroa sostenía que el racismo fue la forma que encontraron los blancos dominantes para extender la esclavitud una vez fue abolida en varios países del Caribe. En un país como México, ¿cómo se aplica esta idea?

Partamos de la idea que México es un territorio muy diverso. Y en ese sentido también hay muchas dinámicas de racismo en cada territorio.

Yo, por ejemplo, soy del estado de Veracruz, que es parte de la región del Gran Caribe, donde hay mucha población negra e indígena, y esto hace que se generen unas dinámicas muy particulares que son totalmente distintas de las que existen en Sonora.

Hay que dejar claro que no hay una forma absoluta para todo México, pero las características en común en todo el territorio son las de la supremacía blanca, que se traduce en el despojo, el capitalismo como una forma económica que exige explotar a las personas hasta su muerte.

Es decir, los campos de caña que existieron desde el siglo XVI y que siguen existiendo en Veracruz funcionan igualito allí que en Cuba o en República Dominicana o en Haití.

Y es que todo está bajo el supuesto de que esta es la verdad, que todas las cosas siempre han sido así y así deben de continuar. Te hacen pensar que es tan normal que ni siquiera lo cuestionas.

Yo, en los talleres que realizo, me encuentro con una resistencia muy grande a cuestionar eso.

Me dicen que los gobiernos mexicanos han sido muy amables con todos, incluso con los inmigrantes, que Lázaro Cárdenas les abrió la puerta a los españoles, pero 20 años antes nadie cuenta que hubo una masacre de la población china en Torreón.

"En la construcción del ser mexicano no se integra, ni se entiende, la amplia influencia africana"", Source: , Source description: , Image:

Hay otro término que vienes utilizando mucho, el antirracismo. Puede parecer obvia la pregunta, pero ¿exactamente cómo lo definirías?

Eso surge porque cuando hablo de racismo con otras personas, o en los talleres que realizo, una de las primeras respuestas es “Yo no soy racista, no, yo tengo familia morena o yo tengo una tía indígena”.

Es una manera de pensar muy arraigada, que trata de decir que “yo no soy culpable, que son otros los racistas, que yo soy buena”.

Y comparto que todos hemos crecido en una sociedad racista igual y nuestros papás directamente no nos dijeron nada, pero está en la escuela, está en la tele, en la familia extendida. No se pueden evitar estos prejuicios y estas formas de pensar.

Entonces sobre lo que yo quiero reflexionar es que en vez de fingir, en tratar de desentendernos del problema, hay que hacer un proceso consciente de decir, “bueno, que yo también soy parte de este engranaje y he perpetuado estas violencias y eso no significa que ya soy una mala persona, que no me puedo redimir nunca y ya ahí terminó”, sino que hay espacio para crecer, para el aprendizaje, para transformar realidades en las que estamos.

Y para eso no basta decir “es que soy no racista”, sino que se trata de ser activamente antirracista.


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