Generación Z sufre más por la salud mental que los Millennials: estudio
Estudios indican que la generación Z, quienes tienen entre 18 y 26 años de edad, prosperan menos que los Millennials. Temas como la violencia armada en los recintos escolares, el futuro o el dinero para vivir cómodamente son solo algunas de las preocupaciones que les acechan en el día a día.
Un informe de la Fundación Gallup y Walton Family indicó que menos de la mitad de los estadounidenses (47%) que forman parte de la Generación Z están prosperando en sus vidas.
La cifra es una de las más bajas de todas las generaciones en el país, como es el caso de los Millennials cuando tenían la misma edad (60%). Esto, aunado a otras preocupaciones, hacen que los jóvenes padezcan más conflictos para mantener una buena salud mental.
Los investigadores encuestaron a más de 3,000 personas de entre 12 y 26 años de edad, durante los meses de abril y mayo del 2023. “Las decisiones que afectan las políticas públicas, los entornos de aprendizaje y los lugares de trabajo deben considerar las perspectivas de la Generación Z, los desafíos que enfrentan y las soluciones que mejor se adaptan a sus necesidades únicas”, indicó la investigación.
La escala utilizada mide si las personas están prosperando, luchando o sufriendo, y se les pide a los encuestados calificar como veían su vida actual y futura. La denominación de prosperidad viene dada por calificaciones altas en ambas categorías. La disminución de las notas indica el aumento del riesgo de experimentar emociones negativas como estrés, ansiedad y soledad.
Los investigadores hallaron que los problemas de la Generación Z son diferentes a los de otras generaciones a la misma edad. Al preguntarles cómo calificaban su salud mental, sólo el 15% indicó que era excelente. Un dato alarmante ya que, hace una década, eran el 52% de los Millennials que opinaban lo mismo. Y en 2004, el 55% de las personas entre 18 y 26 años, incluidos los de la Generación X, reportaron una excelente salud mental.
Un problema de salud pública
En la encuesta hecha por los científicos, tanto la Generación Z como los Millennials reportaron una disminución significativa en su salud mental en comparación con la década anterior.
No es el primer estudio que habla de este tema, a principios de este año los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedadesde Estados Unidos. (CDC, por sus siglas en inglés) indicaron que es un “problema importante de salud pública” especialmente entre los adolescentes.
La Asociación Estadounidense de Psicología indicó en un informe de 2018 los problemas a los que se enfrentaba la llamada “generación de cristal”. Más integrantes indicaban que su salud mental era regular o mala, algo negativo pero que a la vez indica la consciencia que tienen los jóvenes para reconocer los problemas que padecen, un tabú en otras generaciones.
Otros hallazgos de la fundación Gallup y Walton Family indican que más de la mitad de los estudiantes de la Generación Z tienen interés en cursar estudios superiores y creen que pueden permitírselo. Además, el 40% de los que ya estaban estudiando les preocupaba la violencia armada en su escuela.
Con respecto a la esperanza para el futuro, el tema más común entre los jóvenes es conseguir dinero para vivir cómodamente. El 69% de los encuestados ubica este tema entre sus principales deseos. Los investigadores señalaron que estos datos deben ser importantes para formular políticas públicas que atiendan a estas preocupaciones.
Es importante que los jóvenes se sientan conectados con la familia y con sus compañeros escolares. Estas estrategias de prevención ayudan a evitar una variedad de experiencias negativas, como el consumo de drogas y la violencia. Construir vínculos y relaciones fuertes permitirá que se sientan arropados, especialmente cuando pasan por cambios como en la adolescencia.
Muchos comportamientos y hábitos de salud se establecen en la adolescencia y se trasladan a la edad adulta, por lo que se hace relevante ayudar a los jóvenes a tener una buena salud mental. En caso contrario, aumentan el riesgo de experimentar violencia y conductas sexuales de mayor riesgo que pueden provocar el contagio de enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados.
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