‘Regreso a Casa’, un proyecto que da una segunda oportunidad a personas exconvictas
Dan la mano a personas que cumplieron su condena para que no regresen a la cárcel y no terminen en la calle; activistas afirman que el encarcelamiento masivo sigue siendo un desafío en EEUU
Desde que el Proyecto “Regreso a Casa” (Homecoming Project) comenzó en 2018, su éxito ha sido total: de las 100 personas del área de la Bahía que han participado del programa de seguridad, justicia y oportunidad de reinserción en la sociedad, el 100% no volvió a regresar a la prisión.
Uno de los objetivos del proyecto que se va a implementar también en el condado Los Ángeles, por los próximos tres años y con el plan de abarcar a 250 personas, es abordar de frente el proceso entre la prisión y las personas sin hogar, porque cuando salen libres no tienen a dónde ir.
La asambleísta estatal Wendy Carrillo ayudó a conseguir $15 millones para el lanzamiento del programa, particularmente en Long Beach, Este y Sur de Los Ángeles.
“El encarcelamiento masivo sigue siendo un gran desafío en el país”, asegura Bernadette Butler, directora de innovaciones del proyecto. “Y uno de nuestros programas está realmente destinado a reducir la cantidad de personas que van a prisión”.
Butler señaló que es de vital importancia que los residentes de California abran su corazón y, si tienen una habitación extra que no utilicen en sus casas, brinden albergue durnate seis meses a los exconvictos. Los participantes recibirían un pago mensual de $1,395.
“A la mayoría de los que hemos sido afectados por el sistema carcelario en este país no les damos suficiente oportunidad de éxito”, subraya. “Es cierto, muchos tomaron malas decisiones cuando eran pequeños y cometieron errores, pero después, por un error grande les aplicaron sentencias de muchos años”.
Sin embargo, añadió que, cuando salen libres, la sociedad los marca por su historial criminal.
“En California, uno de cada cinco personas tiene récord criminal, y en nuestro país, uno de cada tres”, expresa Butler. “Pero la realidad es que, si no abrimos nuestros corazones y les ayudamos, o les damos la oportunidad que buscan, porque están libres y en paz, ellos van a seguir cometiendo delitos”.
Dos millones de personas en prisiones
De acuerdo con la Iniciativa de Política Penitenciaria (PPI) las cosas se complican porque Estados Unidos no tiene un “sistema de justicia penal”, sino numerosos y distintos sistemas a nivel federal, estatal, local y tribal que, en conjunto mantienen detrás de las rejas a casi dos millones de personas, una cifra superior a la de países como China y Rusia, o cualquier otra nación tachada de autoritaria.
El encarcelamiento masivo incluye 1,566 prisiones estatales, 98 prisiones federales, 3,116 cárceles locales, 1,323 centros correccionales juveniles, 181 centros de detención de inmigrantes y 80 cárceles tribales.
A ellos se le suman prisiones militares, centros de internamiento civil, hospitales psiquiátricos y prisiones en los territorios de Estados Unidos. El 7% de todos estos presos (140,000) están recluidos en prisiones privadas.
Según el Departamento de Correccionales y Rehabilitación de California (CDCR), a la medianoche del 4 de enero de 2023, la población carcelaria total del “Estado Dorado” era de 144,712 personas, es decir el 7% del total nacional.
A estos números se le suman los aproximadamente 48,500 reos que hay en las cárceles de los condados de California, de los cuales, en 2021, una tercera parte (14,577). pertenecían como promedio diario al condado de Los Ángeles.
“Nuestras innovaciones muestran que es posible impactar la justicia, la seguridad y las oportunidades de las personas que van a prisión, y para cuando salgan, nuestros programas están destinados a mejorar sus condiciones de vida”, dijo Butler. “Cuando salen, ciertamente lo hacen con altos niveles de trauma”.
El Proyecto de “Regreso a Casa” (Homecoming Project) comenzó en el Área de la Bahía en 2018. Es dirigido por Impact Justice y financiado por Wells Fargo.
Este año, recibieron una subvención de $4 millones de parte de la Oficina federal de Administración de Justicia (BJA). La mayoría de ese dinero se entregará a organizaciones comunitarias y ciudades interesadas en llevar el proyecto a sus comunidades.
Obstáculos al salir de prisión
Además, antes de que las personas que han estado encarceladas puedan encontrar trabajo, abordar problemas de salud o aprender nuevas habilidades, primero necesitan de inmediato un lugar seguro y estable para vivir.
Sin embargo, a pesar de sus mejores intenciones y ambiciones, las probabilidades de tener éxito juegan en su contra cuando salen de prisión.
Muchos no tienen un hogar a donde regresar y se enfrentan a un mercado inmobiliario donde las viviendas asequibles son escasas y potencialmente prohibidas para alguien que tiene antecedentes penales.
“Al salir, tal vez su familia se ha mudado, no tienen una identificación o un número de seguro social y conseguirlos es un reto difícil”, expresó Butler.
De hecho, la sociedad los margina y los empuja hacia el fracaso, en el momento preciso donde necesitan una cálida bienvenida en casa.
“El proyecto de “Regreso a Casa” encaja en esa área de enfoque”, dijo Bernadette Butler. “Conectamos a las personas que estuvieron encarceladas que han cumplido 10 años o más en prisión, con personas de la comunidad, que tienen un gran corazón y tienen una habitación libre en sus casas”.
En la organización, un miembro del personal trabaja con los expresos y efectúa la gestión de su caso, con la garantía de que un participante se recupere plenamente y se encamine a crear un propio plan de independencia. La participación dura seis meses, en los cuales se podría conseguir un trabajo y una vivienda permanente.
“El 100% de todas las personas que hemos atendido, su mayor problema estaba relacionado con la vivienda, lo cual no es poca cosa en el Área de la Bahía”, dijo la mujer de origen dominicano “En segundo lugar el 95% de nuestros participantes ha estado vinculado a un empleo a tiempo completo, y ninguno de ellos lo ha reincidido”.
La reincidencia ha disminuido
Estados Unidos tiene algunas de las tasas de reincidencia más altas del mundo. Según el Instituto Nacional de Justicia, casi el 44% de los delincuentes liberados regresan antes del primer año de prisión.
En California, para el año fiscal 2017-2018, de las 35,447 personas liberadas, el 55.4 % (19,643 personas) se incorporaron exitosamente a sus comunidades y no recibieron ninguna condena adicional, lo que muestra una tasa de reincidencia más baja que el año anterior.
Y, entre las15,804 personas anteriormente encarceladas que recibieron condenas adicionales, el 53.1% fueron por delitos menores, principalmente por delitos relacionados con drogas y alcohol (21.6%), informa el CDCR.
Bernadette Butler dice que las personas que han estado encarceladas tienen casi 10 veces más probabilidades de quedarse sin hogar que la población general. Y, sin el apoyo y los recursos adecuados, más de dos tercios de los presos son arrestados nuevamente dentro de los tres años posteriores a su liberación.
El proyecto conecta a personas que regresan a casa desde la prisión con residentes locales que tienen una habitación libre en su casa, entienden el valor de las relaciones, quieren ser parte del reingreso de alguien a la sociedad y aprecian el estipendio que les brinda el alojamiento de alguien en su casa.
Para más información
Cualquier persona interesada en contactar a Homecoming Project, vía website o llamando al (510) 256-7006
En Los Ángeles, en el Centro para las Oportunidades de Empleo (CEO), ubicado en el 1320 East 7th St. Suite 240. Los Ángeles, CA 90021, o llamando al (323) 357-6305
También, en la oficina de ARC (Anti Recidivism Coalition /Coalición contra la Reincidencia), en el 1320 E. 7th St. Suite 260. Los Ángeles, CA 90021, o llamando al (213) 955-5885
Nota de complemento: ‘Pensé que nunca saldría de la prisión’