Así es la “carretera sin ley” en el norte de México que nadie se atreve a cruzar
Circular por la carretera que va de las ciudades de Monterrey a Monclova, en el norte de México, representa un viaje que pone en riesgo la propia vida
Muchas son las caras del crimen en México, éstas afectan de distintas maneras a la sociedad, hasta en las cosas más cotidianas, como trasladarse de un lugar a otro a través de las carreteras del país.
Tal es el caso de la carretera que une a las ciudades de Monterrey y Monclova, ubicadas en los estados de Nuevo León y Coahuila, respectivamente. A lo largo de sus 153 kilómetros, esta vía ha sido escenario de múltiples ejecuciones, secuestros en vehículos, cadáveres cercenados y abandonados a plena luz del día, así como de narcomantas con amenazas hacia las autoridades, bodegas llenas de estupefacientes y una larga variedad de actos ilícitos, según informa el medio Reporte Índigo.
Circular por ella es sinónimo de riesgo, es casi seguro que algo pase en el trayecto, por ello los habitantes de los municipios de Escobedo, El Carmen, Abasolo, Hidalgo y Mina procuran evitarla, ya que su sobrenombre de “Carretera sin ley” se lo ha ganado a pulso.
Pese a que existe la Guardia Nacional Carreteras, un cuerpo especial para vigilar las vialidades, en la carretera federal 53, nombre oficial de la vía, no hay ningún tipo de autoridad lo que facilita a los delincuentes a operar impunemente.
En el municipio de Abasolo, el más pequeño de Nuevo León, se encuentra la primera parada, allí el titular de la Secretaría de Seguridad, José Juventino Bernal González, ha sido víctima de dos atentados directos por parte del crimen organizado. En el segundo de ellos uno de sus compañeros fue asesinado.
El funcionario dijo al medio que saben que a eso están expuestos, sin embargo continúan apostando por la seguridad de la población, realizando patrullajes con unidades llenas de balazos.
Agregó que el crimen organizado además cuenta con un armamento superior, es decir, armas de grueso calibre que disparan contra la policía.
Combatir a la delincuencia, sentencia de muerte
Reporte Índigo realizó un recorrido por la carretera, tras documentar lo descrito sobre la primera parada, se refirió a la segunda, en el municipio de Mina, donde los estragos de la interminable lucha contra grupos delictivos son evidentes; la comandancia policial del municipio se encuentra prácticamente abandonada, y al exterior, una patrulla inservible guarda la entrada.
Los pocos elementos policiales que permanecen en el municipio se dedican a realizar labores de prevención y tránsito, ya que el combate en contra de grupos delictivos es prácticamente una sentencia de muerte.
Hidalgo fue el lugar donde terminó el recorrido, allí la situación es similar, pues dos mandos policiales fueron ejecutados en menos de dos semanas, un mensaje que manda el crimen organizado a quien trata de combatirlo.
La escasa seguridad que hay a lo largo de la “carretera sin ley” se enfoca en la detección de migrantes, quienes en su camino a EE.UU. también se topan con el crimen organizado.
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