En Honduras “los reos no escapan porque no quieren”
En ese país centroamericano las cárceles se mantienen bajo el control de los reos, hecho que fue comunicado al mismísimo presidente.
TEGUCIGALPA, Honduras.- El presidente Porfirio Lobo recibió el viernes un informe que señala que las cárceles de Honduras están prácticamente bajo el control de los presos, que “no se escapan porque no quieren”.
El informe fue divulgado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), y Lobo lo recibió en un acto especial de manos de Rodrigo Escobar, relator de ese organismo sobre las Personas Privadas de Libertad en las Américas.
Lobo aseguró que hace esfuerzos por mejorar el ambiente en los 24 presidios del país con el fin de evitar problemas en el futuro.
“La situación de abandono en la que los gobiernos han mantenido el sistema penitenciario ha traído como consecuencia la delegación de facto de la administración de las cárceles en los propios privados de libertad por medio de la figura de los coordinadores“, indicó el informe del organismo internacional.
Destacó que incluso las sanciones disciplinarias a los reclusos son aplicadas por los coordinadores, que son los jefes de los recintos elegidos cada cierto tiempo por los presos.
La Comisión dijo que “los reclusos no se escapan porque prefieren no romper el equilibrio (en las prisiones), ya que si decidieran hacerlo ni toda la policía (de 14,000 agentes) podría impedírselo”.
Para que esa situación no continúe, Escobar instó al gobierno a “retomar de manera progresiva, pero irreversible, el control efectivo de todos los establecimientos penitenciarios“.
De acuerdo al documento, la mayoría de las quejas que recibe la autoridad judicial son contra los coordinadores por agredir físicamente a los internos, lo que ocurre “a la vista y paciencia de los policías penitenciarios”.
Detalló que las autoridades penitenciarias “no tienen ninguna potestad para cambiar nada” en los centros penales.
La superpoblación en las prisiones genera constantes reyertas, fugas, motines, incendios y otros incidentes con desenlaces trágicos. Gran parte de la sobrepoblación es por fallas en el sistema judicial, debido a que la mitad de los presos está en espera de juicio.
Entre 2006 y 2012 se produjeron 756 muertes de prisioneros en los centros penales de Honduras, de las cuales 641 fueron violentas. Ninguno de esos casos ha sido aclarado aún por las autoridades.
La población penitenciaria al 2013 es de 12,263 personas, pese a que las prisiones sólo pueden alojar a 8,120.
Para el experto alemán Jorg Stippel, quien visitó en junio a Honduras, las cárceles aquí “son bodegas humanas que no garantizan un proceso de rehabilitación a los reclusos”.
El médico forense Dennis Castro dijo a la AP que las “cárceles de Honduras son cuevas donde se almacenan seres humanos”.
En febrero de 2012 murieron 361 reos en un incendio en la cárcel de Comayagua, a unos 80 kilómetros al norte de Tegucigalpa. Y otras dos cárceles también se quemaron en 2003 y 2004, con más de 120 muertos.
El presupuesto asignado por el gobierno para la gestión penitenciaria en 2012 fue de apenas 19,3 millones de dólares y el 83% es destinado a sueldos del personal.
Las autoridades destinan solo el 15% del presupuesto en alimentación, lo que equivale a que cada reo cuenta con solo 65 centavos de dólar para comer cada día. El sueldo promedio de un guardia de prisiones de 333 dólares al mes.