En apoyo de Berlusconi

El partido del ex primer ministro se reúne con el presidente italiano

El ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi, después de una reunión de su partido en la Cámara de Diputados.

El ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi, después de una reunión de su partido en la Cámara de Diputados. Crédito: EFE

ROMA, Italia (EFE).— El partido de Silvio Berlusconi, el Pueblo de la Libertad (PDL), acudió ayer al presidente de la República italiana, Giorgio Napolitano, para abordar el escenario abierto tras la condena a cuatro años de prisión por fraude fiscal contra el ex primer ministro conservador.

Los portavoces del PDL en el Senado y la Cámara de los Diputados, Renato Schifani y Renato Brunetta, se reunieron con Napolitano en la sede de la presidencia de la República, el Palacio del Quirinal de Roma, para comunicarle las conclusiones de la asamblea que los parlamentarios del partido celebraron el pasado viernes en presencia del propio Berlusconi.

Schifani y Brunetta se habían comprometido a abordar con el presidente de la República la posibilidad de que concediera el indulto a Berlusconi, pero esto ha quedado descartado por el hecho de que esta prerrogativa del jefe del Estado no puede otorgarse a quien cuenta con otras condenas o tiene en curso otros procesos judiciales, como es el caso de “il Cavaliere”.

Después de que el viernes los parlamentarios del PDL amenazaran con dimitir si no llegaba ese indulto, los tonos se han ido rebajando el fin de semana y, según informan los medios italianos, la intención del PDL ahora es lograr una solución que garantice que su líder pueda seguir más o menos activo en política, toda vez que aún se deben calcular de nuevo los plazos de su inhabilitación.

A lo que no renuncia el partido de Berlusconi, que ayer se dio un auténtico baño de masas en una concentración de apoyo ante su residencia romana, es a la reforma de la Justicia, condición “sine qua non” que el ex primer ministro planteó el pasado viernes para no forzar la caída del Gobierno y la convocatoria de nuevas elecciones.

Fuentes de la presidencia de la República informaron ayer de que los dos portavoces parlamentarios del PDL, partido que apoya el Gobierno de coalición de Enrico Letta, trasladaron a Napolitano “sus valoraciones sobre las exigencias que hay que satisfacer” para asegurar la estabilidad del Ejecutivo.

Pero eso, siempre según las mismas fuentes, con “tonos mesurados y disponibilidad”, una concordia muy distinta al tenso clima del viernes, el día después de que el Tribunal Supremo confirmara ya en firme la condena a 4 años de prisión de Berlusconi e instara a la Corte de Apelación a que calculara de nuevo su inhabilitación, cifrada hasta entonces en los 5 años.

Tras reunirse con Napolitano, Brunetta y Schifani se dirigieron a la residencia romana de Berlusconi para abordar las conclusiones del encuentro con la cúpula del partido, entre ellos el secretario político y viceprimer ministro, Angelino Alfano.

El ex primer ministro tiene pensado seguir en Roma hasta mañana, un plazo en el que además prevé reunirse con los abogados que han llevado el caso Mediaset para analizar la solicitud de la medida sustitutiva del año de prisión que le quedaría tras aplicársele la ley de indultos de 2006, es decir, o los trabajos sociales o el arresto domiciliario.

Más allá de la residencia romana de Berlusconi, el Palacio Grazioli, todos los ojos están puestos ahora en la sede de la presidencia del Gobierno, donde Letta sigue trabajando a la espera de comprobar la deriva que toma todo este asunto, cuando el Ejecutivo de coalición cumple sus primeros cien días de vida.

Después de que ayer Berlusconi insistiera en que lo primero son los intereses de Italia y que el Gobierno de coalición debe seguir adelante, Letta se reunió ayer lunes con el secretario general de su formación, el Partido Demócrata (PD), Guglielmo Epifani, para analizar la actual situación política.

Ayer lunes el líder del Movimiento 5 Estrellas (M5S), el cómico Beppe Grillo, se apresuró a salir al paso de los rumores sobre la posibilidad de que su formación se alíe con el PD en caso de que Berlusconi y los suyos le retiren el apoyo al Gobierno.

“El PDL y el ‘PD menos L’ son lo mismo. No hay ninguna posibilidad para mí de aliarme ni con uno ni con el otro, ni de aprobar una cuestión de confianza. Tienen la misma responsabilidad en la ruina económica, social y moral de nuestro país”, dijo Grillo en su blog.

Muchos miran ya más allá de Berlusconi, también por la aplicación de la ley de Mario Monti que vetaría su candidatura a las elecciones por su condena en firme, y piensan en su primogénita y presidenta del grupo empresarial familiar Fininvest, Marina, como líder de la resucitada Forza Italia, el antiguo partido que “il Cavaliere” quiere relanzar en septiembre.

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