Aumenta la tasa de accidentes cerebrovasculares en EE.UU.: CDC
Los CDC registran un aumento en los accidentes cerebrovasculares y en los factores de riesgo conocidos para esta grave condición, tales como la obesidad, la hipertensión arterial y el uso de drogas.
Un reciente informe de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) revela un aumento preocupante del 15% en los casos de accidente cerebrovascular (ACV) en personas menores de 45 años desde 2011.
El incremento es casi el doble del observado en la población general estadounidense, donde el aumento ha sido del 7.8%, posicionando al ACV como la quinta causa principal de muerte en Estados Unidos.
El informe de los CDC también destaca un aumento paralelo en los factores de riesgo conocidos para esta grave condición, tales como la obesidad, la hipertensión arterial y el uso de drogas. Estos factores contribuyen significativamente al riesgo de sufrir un ACV, ya que afectan la circulación sanguínea y la salud cardiovascular en general.
En medio de estas estadísticas, se observa también un incremento de los casos de cáncer en jóvenes estadounidenses, lo que ha desconcertado a la comunidad médica. Estudios recientes muestran que los casos de cáncer en personas menores de 50 años se han incrementado en un 33% en las últimas dos décadas.
Este no es el primer informe que señala un aumento en la incidencia de ACV entre los jóvenes. Un informe de 2023 de la Asociación Estadounidense del Corazón (AHA) ya había indicado que la tasa de ACV en personas menores de 49 años ha estado en aumento constante durante los últimos 30 años.
Sin embargo, la AHA no pudo identificar una causa definitiva para este fenómeno. Sugirieron que los jóvenes podrían estar expuestos a mayores niveles de estrés, llevar un estilo de vida más sedentario y tener un mayor consumo de drogas en comparación con generaciones anteriores.
Además, condiciones como la obesidad, el colesterol alto y la diabetes, que son factores de riesgo para el ACV, son ahora más comunes entre los jóvenes. El Dr. Christopher David Anderson, neurólogo de Mass General Brigham, comentó sobre el estudio de la AHA: “La buena noticia es que se trata de factores de riesgo modificables. Nadie está destinado a sufrir un derrame cerebral. Tratar estos factores y hacerse cargo de la salud es una estrategia eficaz para prevenir el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular”.
Los ACV no solo representan una carga de salud significativa sino también un costo económico sustancial. Los CDC estiman que esta condición le cuesta a los contribuyentes aproximadamente 56,200 millones de dólares al año. Este costo incluye la atención médica, los tratamientos de rehabilitación y la pérdida de productividad laboral.
Un ACV ocurre cuando se detiene el flujo de sangre al cerebro, lo cual puede suceder debido a un coágulo de sangre o a la rotura de un vaso sanguíneo. La pérdida de flujo sanguíneo provoca que las células cerebrales comiencen a morir. Si el cerebro se ve privado de sangre oxigenada durante demasiado tiempo, pueden perderse secciones importantes de este órgano vital, lo que puede llevar a la muerte.
Aunque es posible sobrevivir a un ACV, la calidad de vida de los sobrevivientes puede verse gravemente afectada. Pueden enfrentar dificultades en diversas funciones corporales, desde comer hasta caminar, hablar y pensar. En 2021, más de 795,000 estadounidenses sufrieron un ACV, lo que representa aproximadamente un caso cada 40 segundos.
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