Cadena perpetua a director de secundaria en Missouri por el crimen de una maestra a la que embarazó
Cornelius M. Green, exdirector de una secundaria en Missouri, contrató a un amigo para matar a una maestra embarazada con la que mantenía una relación
Un exdirector de una escuela secundaria de Missouri pasará el resto de sus días en una prisión federal por matar a una profesora que estaba embarazada.
El juez del Tribunal de Distrito de los Estados Unidos, Ronnie L. White, del Distrito Este de Missouri, ordenó a Cornelius M. Green, de 42 años, a cumplir dos cadenas perpetuas consecutivas por los asesinatos en 2016 de Jocelyn Peters, de 30 años, y de su hijo por nacer, anunciaron las autoridades en un comunicado de prensa.
Green, que estaba casado en ese momento, admitió anteriormente haber contratado a un amigo para matar a Peters, que en ese momento estaba embarazada de siete meses. El dinero para pagar por el crimen fue tomado de fondos robados de la escuela donde el director y la víctima trabajaban.
El acusado se declaró culpable en febrero de un cargo de conspiración para cometer asesinato a sueldo y de asesinato a sueldo.
El amigo que apretó el gatillo por 2,500 dólares, Phillip J. Cutler, fue declarado culpable de los mismos cargos y sentenciado de manera similar a dos cadenas perpetuas por el juez White, quien calificó el crimen como el “más atroz” que había visto en su carrera.
Intentó darle píldoras abortivas a escondidas
Los fiscales dijeron que Green le había estado mintiendo a Peters sobre su situación matrimonial y la había convencido de que él estaba en medio de un divorcio, y que Peters era la única mujer en su vida. Pero la evidencia demostró que Peters era una de varias mujeres con las que Green estaba saliendo, y recurrió al asesinato después de no poder darle píldoras abortivas a Peters sin que ella lo supiera.
“Peters no sabía nada de las otras mujeres, incluida al menos una que también estaba siendo engañada por Green haciéndole creer que estaban construyendo una vida juntas”, escribieron los fiscales federales en un comunicado de prensa.
“Ella tampoco sabía que Green estaba investigando formas de envenenar en secreto al bebé triturando pastillas y escondiéndolas en avena. Cuando ese plan fracasó, Green se puso en contacto con su viejo amigo, Cutler, y robó dinero de la recaudación de fondos del equipo de baile en la escuela donde trabajaba”.
Varias personas aprovecharon la oportunidad para dirigirse al tribunal durante la audiencia de sentencia. La madre de Peters dijo que se suponía que Green sería un protector para su hija, pero en cambio se convirtió en su verdugo. “Todo lo que ella hizo fue amarlo”, dijo, y agregó que Peters “amaba muchísimo a ese bebé”.
Viajó a Chicago para tener una coartada
Según documentos judiciales, Green le envió a Cutler un mensaje de texto el 29 de febrero de 2016, pidiéndole que viniera de Oklahoma a Missouri a finales de marzo. Cutler respondió: “Está bien, eso funcionará, enviarás el paquete (sic)”.
El 7 de marzo de 2016, Green envió un paquete de UPS que contenía $2,500 en efectivo a Cutler. Los registros indican además que Green usó la dirección de la escuela secundaria como dirección del remitente del paquete que contenía el efectivo, que Green había tomado de la escuela.
Cutler llegó a St. Louis el 21 de marzo y comenzó a quedarse en la residencia donde Green vivía con su hermana, dijeron las autoridades. Al día siguiente, Green tomó un Amtrak a Chicago y dejó a Cutler con su auto y las llaves del departamento de Peters. Los fiscales dijeron que Green sólo viajó a Chicago para establecer una coartada para el asesinato de Peters y su hijo por nacer.
Dos días después, el 24 de marzo, Cutler condujo el auto de Green hasta el departamento de Peters en el número 4200 de West Pine Boulevard en St. Louis. Usó las llaves proporcionadas por Green para ingresar ilegalmente a su casa, la encontró en la cama y “le disparó con un arma de fuego calibre .38 en la cabeza, usando una papa como silenciador para amortiguar el sonido del disparo”, dijeron los fiscales.
Luego, Green compró un boleto de Amtrak de regreso a St. Louis “para que se verificara que estaba en Chicago en el momento del asesinato”.
Cuando Green regresó a St. Louis, le pidió repetidamente a la madre de Peters que “verificara cómo estaba”, sabiendo lo que encontraría, dijeron los fiscales.
“La depravación de pedirle a una madre que vaya a buscar el cuerpo de Jocelyn, sabiendo que estaba muerta, no tiene comparación”, dijo la fiscal federal adjunta Tiffany Becker.
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