Esa arrogancia que destruye personalidades, ¿será también capaz de destruir a una nación entera?
En México esa actitud es la que probablemente mantiene al Movimiento Regeneración Nacional en una dura polémica de la que no han podido pasar página por la designación para una diputación plurinominal
Traté de extender la publicación de esta columna con la ilusión de que tal vez, solo tal vez, el presidente Biden reconociera su evidente deterioro físico y recapacitara con tal de que para estos primeros días de julio declinara su candidatura por un candidato que sí le pueda ganar a un Donald Trump que volvió a amenazar con sacar de los Estados Unidos a millones de personas emulando ese oscuro operativo de la Era Eisenhower, cuando incluso deportaron a ciudadanos estadounidenses de origen mexicano.
Pensé que el sentido común y la cordura en el mandatario prevalecerían, y que tomando en cuenta las encuestas de CNN y el New York Times/Siena que lo dejaron seis puntos abajo de su adversario tras ese funesto debate, anunciaría por el bien del país para hoy ceder su lugar a alguien que, al menos en la narrativa y en precisamente un debate, pudiera hacerle frente a Trump.
¿Qué va? El presidente Biden hasta desafiante le dijo la tarde del lunes a sus propios críticos en el Partido Demócrata que para nada va a dejar la carrera electoral, e incluso, los retó a presentarse a la Convención Nacional a competir directamente con él, supuestamente tranquilizando así a sus donantes… Y una vez más se demostró que el hubiera es el verbo presente de un pasado que ya no es.
No es exageración que Donald J. Trump y los políticos oportunistas que le celebran sus payasadas ya amenazaron e insistieron en que deportarían a millones de personas si regresan al poder, así estén casadas o tengan hijos estadounidenses, aunque separen a esas familias. Precisamente el lunes, el Partido Republicano dio a conocer su plataforma política cuyas dos prioridades (de hecho, al principio de la lista) son cerrar la frontera con México a los inmigrantes y llevar a cabo deportaciones masivas.
Trump incluso ha amenazado con establecer campos de concentración de inmigrantes operados por el Ejército y ante líderes evangélicos se aventó la puntada (espero que haya sido una broma, pero con este señor nunca se sabe) de decir que deberían hacer una liga de artes marciales mixtas con indocumentados en el famoso UFC, provocando la carcajada de esos señores que supuestamente deberían estar predicando el amor al prójimo.
Y eso es solamente en lo que nos concierne a los mexicanos, mexicanoestadounidenses, latinos e inmigrantes en lo general… Ahí está cómo la Suprema Corte, de mayoría conservadora y con varios jueces precisamente impuestos por Trump, determinó la semana pasada que el expresidente es completamente inmune por los delitos graves que haya cometido o cometa en caso de que regrese a la Casa Blanca, por tratarse de “actos oficiales”, con lo que lo hicieron completamente intocable, vulnerando el Estado de Derecho al ponerlo por encima de la ley.
La verdad es que, aunque ya es un criminal convicto en espera de su sentencia, Trump y su campaña le han estado atinando a todo y se han sumado victoria tras victoria en esta atípica carrera electoral. Incluso hace unas horas, el expresidente predijo, en la que prácticamente es su casa en los medios corporativos, la cadena Fox News, que el presidente Biden efectivamente no va abandonar la contienda, pues “tiene su ego”… No se equivoca, Trump habla de ese ego, de esa arrogancia que destruye hasta las más nobles y magnánimas personalidades, pero ¿Será también capaz de destruir a una nación completa?
En México es la arrogancia la que probablemente mantiene al Movimiento Regeneración Nacional en una dura polémica de la que no han podido pasar página por la designación para una diputación plurinominal, es decir, de representación proporcional, del exintegrante de Garibaldi, artista del burlesque y bailarín exótico, Sergio Mayer, luego de unas declaraciones muy desafortunadas del periodista y caricaturista Rafael Barajas “Fisgón Monero”, quien a su vez funge como el presidente del Instituto Nacional de Formación Política de dicho partido.
Y es que Rafael Barajas declaró en un foro: “Tenemos también una serie de gentes que están pidiendo que se saque de una diputación a un diputado [Sic.] porque no les gusta, que hizo unas declaraciones y entonces… Pero que ahorita está aquí. Yo nada más te digo una cosa, nos costó un trabajal sacar adelante el Plan C, si nosotros empezamos a correr a nuestros propios diputados ¿A quién chingados les estamos haciendo el favor? ¡Es una estupidez del tamaño de una catedral!
“Es decir, hay que afianzar, o incluso ¿Pa’qué lo echas del otro lado? ¿Pa’qué justificas que pueda traicionar? Pues si ‘de todos modos me consideran un traidor yo voy a votar como se me da la gana’ [Sic.]. Hay que cerrar filas alrededor de esta historia y es importante entender que necesitamos hacer un frente amplio en contra de un proyecto muy duro que es el proyecto neoliberal, que es un proyecto avasallador en todo el planeta y no lo vas a vencer sin un frente amplio.
“Tenemos que dar una lección de unidad. Tenemos que decirle a los compañeros que están friegue y friegue con que ‘que se vaya ese diputado porque al… [Sic.]’ ¡Eso hay que decirles que se callen! Es decir, que maduren, que crezcan, que sean responsables”.
Las declaraciones fueron como un barril de pólvora en una fundidora entre militantes de Morena y los seguidores en lo general de la Cuarta Transformación, situación que por supuesto fue aprovechada por sus críticos y la llamada oposición moralmente derrotada… Son innumerables los comentarios de indignación, todavía, en todas partes, de los medios convencionales a las redes sociales.
Este periodista admira a Rafael Barajas desde su infancia, cuando devoraba ávidamente los cartones que el famoso caricaturista publicaba en la extinta revista El Chahuistle, así como sus muy interesantes libros; además de que “El Fis” (como se le dice de cariño) es uno de los principales colaboradores en Sin Censura TV, pero estoy convencido en que es más que evidente que el Pueblo no está exigiendo que le entreguen la legislatura de Mayer a la oposición, sino a un verdadero defensor de la Cuarta Transformación.
Precisamente fue en los espacios de Sin Censura TV en donde “El Fisgón” hizo una de sus primeras réplicas sobre la controversia, contestación que francamente no dejó muy satisfecha a la audiencia. Es más que evidente que mucha de la molestia de la gente radica en ese conocido menosprecio que algunos intelectuales sienten hacia los demás bajo la falsa premisa de que se tiene “más conocimiento”, “mayores estudios” o “más experiencia”.
Ni siquiera las grandes mentes de la humanidad han sido poseedoras del conocimiento absoluto, pues como lo demostró Sócrates hace más de 2,400 años, este es infinito. Ni Sor Juana Inés de la Cruz o su contemporáneo y amigo por correspondencia Isaac Newton, ni Albert Einstein o Marie Curie eran más o menos que el resto de los seres humanos con los que convivieron.
Sócrates, por ejemplo, fue obligado a beber cicuta en el año 399 a.C. tras ser acusado de “corromper a la juventud” y de no creer en los dioses de Atenas. Después de la Guerra del Peloponeso y la restauración de la democracia, dicha ciudad experimentó un periodo de inestabilidad política y un ambiente de tensión y paranoia.
El filósofo griego aceptó su destino con calma y dignidad, ya que creía firmemente en su misión filosófica y en la búsqueda de la verdad, además de que consideraba que su muerte no era el final de su filosofía, sino una forma de demostrar su compromiso con la verdad y la justicia.
Pero se ha demostrado que ese argumento de “corromper a la juventud” pudo haber sido un mero pretexto ante los cuestionamientos que Sócrates hacía hacia las élites. Esa, la máxima de Sócrates que hoy cae en una serie de lugares comunes: “Yo solo sé que no se nada”, habría sido una forma de burla hacia esas élites que lo cuestionaban, bajo la premisa de que incluso él, la mente más brillante de la época, no tenía el conocimiento absoluto, al mismo tiempo que exhibía a sus interlocutores como verdaderos ignorantes.
Sócrates se ganó muchos enemigos entre las élites atenienses precisamente debido a su costumbre de cuestionar y desafiar a figuras de autoridad y sus creencias establecidas. Utilizaba su método dialéctico para exponer las contradicciones y la falta de conocimiento real en aquellos que pretendían ser sabios.
Al declarar que “no sabía nada”, Sócrates se posicionaba como un eterno aprendiz en búsqueda de la verdad, al mismo tiempo que mostraba la superficialidad y arrogancia de aquellos que afirmaban poseer conocimiento absoluto. Su enfoque filosófico y su insistencia en la ignorancia como punto de partida para el conocimiento desafiaron las estructuras de poder existentes, lo que llevó a su trágica e injusta condena.
En la edición pasada de esta columna, planteamos la tesis de que ofender y despreciar al Pueblo era un grave error que continuaría sumando fracasos políticos a la derecha mexicana… Hoy que muchos de los sabios que conforman la columna vertebral de la Cuarta Transformación defienden las muy desafortunadas declaraciones de “Fisgón Monero” ¿Estarán cayendo en ese mismo vicio en la izquierda? Están todavía a muy buen tiempo de rectificar, recordando y advirtiendo que ese Pueblo perdona, pero no olvida.
Mientras tanto, esa arrogancia seguirá poniendo en riesgo no solo a la personalidad y al buen nombre de las lumbreras que sostienen con nobleza a nuestra sociedad, sino también al mundo libre si no le permite a un presidente, al de la nación más poderosa del planeta, reconocer que es tiempo de retirarse antes de que sea demasiado tarde.