Obama presiona por reforma
En una ceremonia de ciudadanía, fija abril como plazo
WASHINGTON, D. C. (EFE). El presidente, Barack Obama, asistió ayer a la nacionalización de 28 inmigrantes en la Casa Blanca en un acto en el que reiteró la necesidad de aprobar una reforma migratoria que permita al país seguir “dando la bienvenida” a ciudadanos extranjeros.
El presidente aseguró que espera que el debate para redactar la nueva reforma comience “el próximo mes” y que se presente una ley para que se pueda firmar “lo antes posible” y permita “un camino a la ciudadanía responsable”.
Ante una representación importante de inmigrantes latinoamericanos, nacidos en Bolivia, Colombia, República Dominicana, El Salvador, México, Nicaragua o Perú, Obama aseguró que en cada uno de ellos se puede ver el “verdadero espíritu de Estados Unidos”.
El mandatario reconoció y agradeció de manera especial a los 12 militares en activo o retirados presentes y que se convirtieron ayer en ciudadanos estadounidenses.
“Lo que hace a alguien estadounidense no es su sangre, no es la coincidencia de un nacimiento, es la fidelidad a nuestros principios fundacionales”, aseguró el presidente, que estuvo acompañado por la secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano.
Obama aprovechó la ceremonia para pedir una reforma que solucione un “sistema migratorio roto” que “no hace lo suficiente para asegurar el talento y la genialidad de todos aquellos que quieren trabajar duro y encontrar un lugar en EE.UU.”, así como por reunir a familias separadas de indocumentados.
Antes de terminar la ceremonia, el presidente pidió que el Juramento de Lealtad lo realizara uno de los inmigrantes que participaron en el acto, el colombiano Julián de la Valle, quien visiblemente emocionado recitó las palabras de lealtad a los principios fundacionales del país, sus símbolos y la Constitución.