¡Ayúdenme a llevarlo a México! clama madre cuyo hijo quedó en estado vegetal al ser atropellado

En marzo de 2022 fue embestido por un auto en San José, California; actualmente se encuentra en una casa de convalecencia en Pacoima

Ramona Guadalupe Germán Cota muestra una foto de su hijo Fabricio Germán en el hospital.

Ramona Guadalupe Germán Cota muestra una foto de su hijo Fabricio Germán en el hospital.  Crédito: Araceli Martínez Ortega | Impremedia

Hace tres años, la vida de Ramona Guadalupe Germán Cota cambió para siempre cuando recibió una llamada telefónica que le avisaba que su único hijo Fabricio había sido atropellado en San José, California.

“Me asusté mucho, pero nunca pensé que había sido algo tan grave”, dice Ramona.

Fabricio Germán llevaba seis meses de haber emigrado a Estados Unidos, cuando al cruzar una calle en la ciudad de San José al norte de California, fue embestido por un vehículo, y terminó en estado crítico en un hospital.

“Según me dijo el abogado, el reporte salió que toda la culpa era de mi hijo, porque no apretó el botón para cruzar la calle y pensó que le iba a ganar al carro”, relata su madre.

Fabricio nació hace 23 años en Juan José Ríos, una pequeña ciudad agrícola en el norte de Sinaloa, México. 

Ramona Guadalupe Germán Cota muestra una foto de su hijo Fabricio. (Araceli Martínez/La Opinión)

Llegó a San José, California el 26 de septiembre del año 2021, seis meses más tarde, el 26 de marzo del 2022 fue víctima del atropellamiento vehicular.

“Donde más golpes recibió fue en la cabeza, ya le han hecho dos cirugías, pero él quedó sin poder ver ni hablar”, dice su madre, quien reconoce que prácticamente su hijo se encuentra en estado vegetal y es alimentado por medio de un sonda que tiene en el estómago.

“Después del accidente, en el hospital los doctores me pedían que aceptara desconectarlo porque ya no iba a quedar bien”.

Ramona ha decidido luchar por la vida de su hijo, en espera de un milagro o hasta que como ella dice, “Dios determine otra cosa”.

Ella solo tenía su pasaporte mexicano cuando pasó el accidente.

“No tenía visa para entrar a Estados Unidos. Unos familiares me llevaron a la línea en Tijuana para tratar de conseguir un permiso humanitario y poder estar con mi hijo. Hablé con los oficiales de migración, les mostré todos los papeles del hospital y los reportes médicos”.

Al principio, dice que le negaron el permiso para entrar al país, pero unos minutos más tarde, los oficiales de migración dieron marcha atrás a su negativa y le autorizaron un permiso por un mes.

“Qué más hubiera dado yo por regresar a México, pero no puedo abandonar a mi hijo en las circunstancias en que se encuentra”.

Ramona Guadalupe Germán Cota con su hijo Fabricio antes del accidente. (Fotos Ramona Germán)
Crédito: Cortesía

Tras varios meses en el hospital, Fabricio fue transportado en una ambulancia a una casa de convalecencia en la ciudad de Thousands Oaks en el condado de Ventura, California.

“En el hospital hicieron el traslado hasta el sur de California, pensando en acercarlo a la frontera; después yo conseguí moverlo a otra casa en Granada Hills, pero debido a que no atendían bien a mi hijo, y casi puedo decir que lo maltrataban, logré sacarlo ahí y que lo llevaran a otra casa de cuidado en Pacoima”.

Estos más de dos años que lleva en California han sido extremadamente difíciles para Ramona.

En un inicio, su familia la ayudaba económicamente, pero después tuvo que conseguir trabajo para sostenerse. 

En la actualidad, renta un cuarto que paga con la limpieza de casas.

“En San José, contraté al abogado Kevin Sullivan, quien me dijo que el seguro del auto de la persona que atropelló a mi hijo, solo cubría $100,000. MediCal se quedó con $35,000; el abogado con otros $35,000, pero ni mi hijo ni yo hemos podido recibir nada”.

Fabricio Germán su primer cumpleaños en el hospital de San José, California, rodeado por personal médico. (Fotos Ramona Germán)
Crédito: Cortesía

De hecho, Ramona cuenta que la secretaria del abogado le hizo un comentario inapropiado, al mencionarle que ni pensara que el dinero que iba a recibir, lo podía usar para comprarse un carro. 

“Ver a mi hijo en el estado que se encuentra ha sido lo más duro que he vivido. Cuando él estaba sano, era un muchacho alegre, fiestero, amiguero. Su sueño era trabajar unos dos años en Estados Unidos y regresar a poner un negocio”.

Recuerda que ella le suplicó mucho que no viniera, que se quedara allá en el pueblo con ella, pero su hijo insistió. 

“¡Qué necesidad tienes!, le decía. Él me respondía “déjame ir, me quiero ir”.

Fabricio Germán trabajaba puliendo los piso de la Universidad Estatal de California en San José. (Fotos Ramona Guadalupe Germán)
Crédito: Cortesía

Durante esos primeros meses antes del accidente, esta madre dice que su hijo le llamaba tres veces por día.

“Estaba muy contento, feliz. Por eso cuando no me llamó al mediodía, me empecé a inquietar. Él tenía dos trabajos. Por la noche, pulía pisos con una máquina en la Universidad Estatal de California en San José, y en el día trabajaba lavando carros”.

Dice que cuando ella, toda angustiada, le marcó por teléfono a su hijo, fue el manager quien le contestó.  “¡Fabricio! grité yo. La persona me dijo que mi hijo había sufrido un accidente!”.

Fabricio Germán se toma un foto en el famoso puente Golden Gate antes de sufrir el accidente. (Fotos Ramona Germán)
Crédito: Cortesía

Ramona, una maestra auxiliar de niños especiales, ya jubilada, dice que ha sido muy doloroso, lidiar sola con la tragedia de su hijo, sin ningún familiar, sin hablar inglés, sin conocer el sistema médico ni el sistema legal de este país.

“Yo lo que más quisiera, es que me ayudaran a llevármelo a México. A mi hijo le haría muy bien estar rodeado de su familia y sus amigos. Allá tenemos una red de apoyo, aquí no tenemos a nadie. Mi esposo trató de cruzar, pero la Migra lo agarró y lo deportó. Él me dice que soy muy valiente por todo lo que he vivido con mi hijo, yo sola, únicamente con el apoyo de algunos ángeles que me han dado trabajo y he encontrado en el camino”.

Fabricio Germán, un joven inmigrante mexicano ha quedado muy mal tras un accidente en San José, California. (Fotos Ramona Germán)
Crédito: Cortesía

La Opinión contactó a la vocería del Consulado de México de Los Ángeles para saber cómo pueden ayudar a Ramona para trasladar a su hijo a México, y proporcionaron un número de teléfono para que ella llame y ponerla en el sistema de protección.

Pedimos hablar con el cónsul de protección pero no hubo respuesta, imperó el silencio.

También esperamos respuesta del abogado Kevin Sullivan, quien llevó el caso de lesiones de Fabricio Germán.

Mientras tanto, Ramona lo que más ansía es llevarse a su hijo a México y dedicar su vida a cuidarlo.

“A mi hijo le hace mucha falta su familia”.

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