Cómo aprovechar la bondades nutricionales de las semillas de calabaza
Las semillas de calabaza, ricas en nutrientes y sabor, ofrecen una opción ideal para la nutrición otoñal, pero deben consumirse con moderación
Al prepararte para Halloween, considera un enfoque más consciente con las calabazas que compra. A menudo utilizadas como decoraciones, las calabazas son mucho más que un adorno y podrían brindarte un plus nutricional.
Las semillas, en particular, pueden ofrecer beneficios importantes cuando se integran en una dieta de otoño. Caroline Thomason, dietista registrada en Washington D.C., destaca cómo este ingrediente, junto con otros productos otoñales, proporciona el “mejor combustible” para enfrentar los meses fríos.
En esta temporada de cosecha, optar por productos como la calabaza, el zapallo, las manzanas y las coles de Bruselas no solo es nutritivo sino también económico y sabroso.
A diferencia de otros productos fuera de temporada, los alimentos de otoño se cosechan en su momento óptimo, lo que implica mayor frescura y menor costo, y la calabaza es un excelente ejemplo de esta riqueza estacional.
Sin embargo, el potencial nutricional de esta fruta de pulpa naranja no se limita a su carne. Las semillas, conocidas como “pepitas”, tienen un alto contenido de grasas saludables, proteínas vegetales y minerales esenciales como el magnesio, todos elementos que apoyan funciones cruciales en el organismo, según explica Thomason.
Además, mientras que la carne de calabaza es baja en calorías, las semillas aportan una fuente de energía más concentrada, ideal para las necesidades adicionales en esta época del año. “Son un excelente tentempié para aumentar la energía,” dice Thomason, quien sugiere combinarlas con carbohidratos como manzanas, palomitas de maíz o galletas integrales para crear un refrigerio equilibrado y lleno de sabor.
La preparación de estas semillas es un proceso sencillo. Si planeas tallar una calabaza para Halloween, reserva las semillas antes de desechar el resto. Según recomendaciones de expertos en salud, las semillas de calabaza deben enjuagarse bien, mezclarse con una ligera cantidad de aceite de oliva, y colocarse en el horno a 300 grados Fahrenheit.
El proceso de horneado tarda entre 30 y 40 minutos, lo cual permite que las semillas adquieran un delicioso sabor a nuez. Esta textura crujiente y su toque ligeramente dulce hacen de las pepitas un ingrediente versátil que puede agregarse a sopas, ensaladas, mezclas de frutos secos, o incluso pan horneado, para enriquecer la receta con su aporte nutricional.
Fibra que ayuda a la digestión
Las pepitas ofrecen también un beneficio adicional cuando se comen con su cáscara, ya que aumentan el contenido de fibra, esencial para una buena digestión. Harvard Health afirma que esta fibra extra contribuye a la sensación de saciedad y al bienestar digestivo en general, aunque es importante recordar que consumir semillas con cáscara puede ser un poco más difícil de digerir para algunas personas, por lo que es una opción que depende de la preferencia individual.
Aun cuando las semillas de calabaza son nutritivas, Thomason aconseja prestar atención a las cantidades. Este bocadillo es denso en energía y calorías, y la especialista sugiere disfrutar una porción de aproximadamente ¼ de taza en cada ocasión.
Esta cantidad es suficiente para aprovechar los beneficios sin excederse en calorías, lo cual es importante, especialmente en una dieta balanceada. Integrar estos alimentos de temporada de forma moderada puede aportar un equilibrio en la ingesta diaria y favorecer una mayor diversidad de nutrientes sin sobrecargar el organismo.
La nutrición otoñal ofrece un abanico de sabores y colores que también es una celebración de la estación. Según Thomason, una dieta basada en productos de otoño permite un “arco iris” de colores en el plato, señal de una amplia gama de nutrientes.
Es una forma tanto deliciosa como nutritiva de aprovechar la oferta estacional. Las calabazas, que suelen robarse el protagonismo en esta temporada, son también un recordatorio de que lo nutritivo puede estar en elementos que frecuentemente se pasan por alto o se descartan.
Para aquellos que prefieren una opción más práctica, Thomason también sugiere la calabaza enlatada, que conserva su valor nutricional sin el trabajo de desmenuzar y cocinar una calabaza entera. No obstante, en este momento del año, aprovechar las calabazas frescas y sus semillas no solo es sencillo, sino que también permite un contacto más directo con los beneficios que la naturaleza ofrece en otoño.
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