Melioidosis: una enfermedad de jardín ha cobrado la vida de 5 personas en australia

La melioidosis, una infección mortal en el norte de Australia, aumenta con las lluvias intensas y el cambio climático, cobrando vidas y extendiéndose

Melioidosis: una enfermedad de jardín ha cobrado la vida de 5 personas en australia

Crédito: Jarun Ontakrai | Shutterstock

En los exuberantes jardines del norte de Australia se oculta una amenaza bacteriana invisible, pero mortal, que ha cobrado cinco vidas en los últimos 12 meses. La melioidosis, enfermedad causada por Burkholderia pseudomallei, una bacteria que prolifera en el suelo y en aguas tropicales, ha registrado un aumento de casos en el Territorio del Norte, donde 87 personas contrajeron la infección el año pasado, seis de las cuales fallecieron. A medida que avanza la temporada de lluvias en la región, los expertos anticipan que el número de casos podría volver a escalar este verano, en un fenómeno que parece estar estrechamente relacionado con los cambios en el clima.

Bart Currie, profesor de medicina en la Escuela de Investigación en Salud Menzies y líder del equipo de enfermedades infecciosas tropicales, advierte que la melioidosis podría representar un problema de salud pública cada vez más amplio en Australia. Aunque hasta ahora la bacteria se ha limitado a ciertas áreas, los patrones climáticos intensos, como las tormentas monzónicas y ciclones tropicales, podrían facilitar su expansión hacia nuevas zonas. Los expertos señalan que la bacteria podría estar “en movimiento”, un riesgo latente de propagación debido a las condiciones cambiantes de lluvia y calor.

La Burkholderia pseudomallei es una bacteria persistente y difícil de identificar, por lo que se le llama “la gran imitadora” debido a que sus síntomas son inespecíficos y pueden confundirse con otras enfermedades. La mayoría de las infecciones se producen cuando personas con cortes en la piel entran en contacto con tierra o barro contaminados, especialmente durante las lluvias. Sin embargo, la melioidosis adquiere su forma más letal cuando la bacteria es transportada por el aire, especialmente tras eventos climáticos severos. Durante estos fenómenos, la bacteria puede aerosolizarse, siendo inhalada por las personas y causando una forma grave de la enfermedad que se manifiesta como una neumonía severa acompañada de septicemia. Esta modalidad afecta incluso a personas sanas, lo que resalta la peligrosidad del microorganismo en condiciones específicas.

El profesor Currie resalta que la reciente recurrencia de fenómenos climáticos intensos, vinculados a tres años consecutivos de patrones de La Niña, ha sido una de las causas de este aumento de infecciones en el Territorio del Norte. Las intensas lluvias e inundaciones no solo han afectado esta región, sino que también han contribuido a crear el entorno propicio para que los casos de melioidosis aumenten. La conexión entre el cambio climático y el repunte de esta infección parece clara, y los expertos creen que será un problema creciente en el norte del país.

Otros factores también contribuyen al incremento de casos. En los últimos años, ha habido un aumento de personas con condiciones de salud que agravan el riesgo de infección, como la diabetes, lo que eleva la vulnerabilidad de la población. Además, la construcción de nuevos complejos habitacionales, donde la bacteria ya se encuentra presente en el suelo, podría aumentar la exposición de las personas a esta peligrosa enfermedad. La alteración del terreno para excavar cimientos y remover la tierra genera una liberación de estas bacterias al aire, exponiendo a los habitantes de los nuevos desarrollos urbanos a este riesgo latente.

Según el profesor Currie, la melioidosis ha evolucionado en Australia durante millones de años, expandiéndose hacia el sudeste asiático, África y, más recientemente, los Estados Unidos. Con el aumento de las temperaturas globales y el cambio en los patrones de precipitaciones, la enfermedad ha aparecido en lugares donde nunca se había detectado. En Australia, los expertos están monitoreando los avances de la bacteria hacia el sur, pues si bien aún no se tiene confirmación de su presencia en zonas como el sur de Australia o Nueva Gales del Sur, no se descarta que el cambio climático acelere esta propagación en los próximos años. Las recientes inundaciones en zonas interiores de Australia, así como en áreas metropolitanas como Brisbane, ya han permitido que la melioidosis se detecte en áreas fuera de los trópicos.

A medida que la comunidad científica se adapta a este reto emergente, el panorama podría cambiar con el desarrollo de una posible vacuna. Durante el 10º Congreso Mundial de Melioidosis celebrado recientemente en Darwin, investigadores de todo el mundo se reunieron para discutir los avances en la lucha contra esta enfermedad. Los primeros resultados de estudios de inmunización han generado esperanzas, y los expertos estiman que una vacuna para proteger a los grupos más vulnerables podría estar lista en unos pocos años.

La melioidosis representa no solo una amenaza local para el norte de Australia, sino un peligro global impulsado por el cambio climático y las alteraciones ambientales. En las próximas décadas, podría convertirse en una amenaza común en áreas donde el calentamiento global y las inundaciones cambian el equilibrio ecológico, mostrando cómo las enfermedades infecciosas encuentran formas nuevas y más amplias de propagarse en un mundo cambiante.

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