El Tren de Aragua habría imitado a Los Zetas para expandir su poder y su violencia

Los Zetas han sido uno de los cárteles mexicanos más violentos y sanguinarios, cuyo origen data de 1998 y sus miembros originales eran exmilitares de élite, que tenían gran habilidad para “desplegarse territorialmente, organizarse mediante células y capturar plazas”, de acuerdo con el libro “El origen de Los Zetas y su expansión en el norte de Coahuila”, de El Colegio de México.

Se presume que el exmilitar Arturo Guzmán Decena, por órdenes de Osiel Cárdenas Guillén, convenció al menos a 31 soldados de abandonar el Ejército. Gracias a las estrategias aprendidas en él, expandieron sus operaciones más allá del tráfico de drogas, valiéndose de la extorsión y secuestro, apoderándose de plazas, controlando negocios y realizando cobro de piso.

Arrasaban pueblos enteros indiscriminadamente. Como el caso de Allende, un poblado en Coahuila donde los Zetas realizaron una masacre contra jóvenes y adultos, en protesta por ser descubiertos gracias a un error cometido por la DEA, que informó a las autoridades mexicanas sobre un hallazgo que comprometía a los líderes del grupo delictivo, y a un infiltrado que lo informó al cártel.

Pocos cárteles han presumido tanta violencia como Los Zetas, que se han vuelto una terrible “fuente de inspiración” para grupos delictivos tan peligrosos como el Tren de Aragua, con origen en Sudamérica, específicamente en Venezuela, pero que ha extendido sus operaciones a distintos países.

Si bien el Tren de Aragua ya opera en México, lo hace en una especie de coexistencia pacífica con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cártel de Sinaloa, en una “tregua” temporal, que pronto terminará, dando lugar a enfrentamientos para lograr el control del territorio, no sólo del tráfico de drogas, sino también el de migrantes, según afirmó el periodista Óscar Balderas en una entrevista con Adela Micha.

“Los Zetas llevaron la violencia del crimen organizado mexicano a otra dimensión. Su capacidad de fuego, su nivel de entrenamiento, sus conocimientos tácticos y la brutalidad de sus operaciones”, de acuerdo con el libro del Colegio de México.

El Tren de Aragua decidió copiar la estrategia de Los Zetas al diversificar sus operaciones más allá del tráfico de drogas, extorsionando, secuestrando y especializándose en el tráfico de personas, principalmente desde Venezuela hacia Estados Unidos, pasando por México.

Balderas, especialista en seguridad pública y crimen organizado, señaló que el tráfico de migrantes puede ser más lucrativo que el de drogas para el Tren de Aragua, porque éste es muy competido, especialmente con el Cártel Jalisco Nueva Generación y el Cártel de Sinaloa.

El entrevistado afirmó que el tráfico de migrantes hacia Estados Unidos a través de un “paso seguro” es tan rentable, que “supera hasta 13 veces los ingresos generados por el tráfico de fentanilo, estimado en millones de dólares anuales”, según la Comisión para Combatir el Tráfico de Opioides Sintéticos del Congreso de EE.UU.

Todo esto a pesar de que el “paso seguro” es un engaño en muchos de los casos, pues los migrantes son abandonados en la zona fronteriza de Sonora, bajo condiciones climáticas extremas, lo que los pone en grave peligro y a merced de otros grupos criminales.

El Tren de Aragua no solo se ha infiltrado en el corredor migratorio al norte de México, sino también en la Ciudad de México, en lugares clave de trata de personas y explotación sexual. Y, de acuerdo con Óscar Balderas, “es probable que intente desplazar a los cárteles locales en las rutas de tráfico de drogas, armas y especies protegidas, generando un conflicto abierto”.

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