La tasa de supervivencia del cáncer de pulmón en humanos mejora: por qué

La supervivencia del cáncer de pulmón aumentó un 26 % en cinco años gracias a la detección temprana, pero desafíos como las disparidades raciales persisten

Comienzan ensayos de vacuna contra el cancer de pulmón

Vista de primer plano de una radiografía de pulmón de un fumador de cigarrillos en una foto sin fecha. Crédito: American Cancer Society | Getty Images

En un avance significativo para la oncología, la tasa de supervivencia del cáncer de pulmón en Estados Unidos ha aumentado en un 26 % durante los últimos cinco años, según un informe reciente de la Asociación Estadounidense del Pulmón. Este progreso, atribuido a avances en la detección temprana y una mayor concienciación, marca un punto de esperanza en la lucha contra la principal causa de muerte por cáncer en el país. Sin embargo, los retos para mejorar aún más estas cifras son numerosos, especialmente en comunidades vulnerables.

El informe anual “Estado del cáncer de pulmón” destaca que las medidas preventivas, como las pruebas de detección ampliadas, han sido fundamentales. En 2019, el Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de los Estados Unidos ajustó los criterios de edad para las pruebas de detección de cáncer de pulmón, extendiéndolos a una población más amplia. Este cambio permitió incluir a más mujeres y personas afroamericanas, quienes históricamente tenían menos acceso a este tipo de intervenciones. A pesar de ello, los datos de 2022 revelan que solo el 16 % de los individuos elegibles se sometieron a exámenes, un porcentaje que refleja una brecha importante en la prevención.

Harold Wimmer, presidente de la Asociación Estadounidense del Pulmón, celebró los avances, pero también enfatizó la necesidad de seguir trabajando para mejorar las cifras. “Cada vez hay más personas con cáncer de pulmón que viven más tiempo, lo cual es motivo de celebración. Sin embargo, debemos reconocer que el cáncer de pulmón sigue siendo una enfermedad devastadora que requiere una acción más decisiva por parte de los estados y del gobierno federal”, declaró. Wimmer subrayó la importancia de aumentar la detección y fomentar las pruebas de biomarcadores, que permiten tratamientos personalizados más efectivos.

El cáncer de pulmón sigue siendo una enfermedad difícil de combatir debido a su naturaleza silenciosa en las primeras etapas. Más del 43 % de los casos se diagnostican cuando el cáncer ya está avanzado, etapa en la que la tasa de supervivencia es de apenas el 9 %. Además, un 20 % de los pacientes no recibe tratamiento, ya sea por desconocimiento, estigma social asociado a la enfermedad, pesimismo tras el diagnóstico o barreras económicas. Estos factores dificultan aún más la lucha contra una enfermedad que ya de por sí es compleja.

Las disparidades raciales y económicas también representan un obstáculo significativo. Según el informe, las personas de color tienen menos probabilidades de ser diagnosticadas en etapas tempranas y enfrentan mayores barreras para acceder a tratamientos quirúrgicos o terapias avanzadas. Como resultado, tienen una menor tasa de supervivencia a cinco años en comparación con otros grupos. Esta realidad resalta la necesidad de políticas de salud más inclusivas que aborden las desigualdades en el acceso al diagnóstico y tratamiento.

El consumo de tabaco sigue siendo el principal factor de riesgo, responsable de entre el 80 % y el 90 % de los casos de cáncer de pulmón. A esto se suman otros factores como la exposición al humo de segunda mano, la contaminación ambiental y el radón, un gas radiactivo presente en algunos hogares. Estas amenazas subrayan la importancia de campañas de concienciación pública que promuevan la prevención y el control de estos riesgos.

Aunque el panorama actual es desafiante, los avances científicos y tecnológicos ofrecen un horizonte prometedor. Nuevas técnicas de detección, terapias dirigidas y la creciente concienciación sobre el cáncer de pulmón están sentando las bases para un futuro en el que esta enfermedad pueda ser detectada y tratada de manera más efectiva. “Aunque aún queda mucho trabajo por hacer, soy increíblemente optimista sobre el futuro del tratamiento del cáncer de pulmón”, concluyó Wimmer, dejando claro que la lucha está lejos de terminar, pero que el progreso alcanzado es un indicio alentador.

El informe también insta a una colaboración más estrecha entre las instituciones médicas, los gobiernos y las comunidades para garantizar que todos los pacientes tengan acceso equitativo a los recursos disponibles. Este enfoque integral podría marcar la diferencia no solo en la mejora de las tasas de supervivencia, sino también en la calidad de vida de quienes enfrentan esta enfermedad. 

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