Gripe aviar: Nueva Zelanda suspende las exportaciones de aves de corral

Nueva Zelanda suspende exportaciones de aves de corral tras detectar gripe aviar H7N6 en la región de Otago, para evitar riesgos

Texas: CDC advierten sobre la transmisión de la gripe aviar H5N1 de vaca a humano

Una persona contrajo el virus durante un brote en el ganado lechero. Crédito: Campre | Shutterstock

En un esfuerzo por contener la propagación de un brote de gripe aviar, Nueva Zelanda tomó la drástica decisión de suspender todas las exportaciones de aves de corral. Este anuncio, hecho el lunes, surgió luego de la confirmación de un caso de influenza aviar del subtipo H7N6 en una granja ubicada en la región de Otago, en la Isla Sur. Biosecurity New Zealand, entidad responsable de la seguridad biológica del país, emitió un comunicado detallando el hallazgo en esta explotación rural, subrayando que la variante identificada difiere de la cepa H5N1, conocida por su propagación global y el potencial riesgo de transmisión a humanos.

El Ministro de Bioseguridad y Seguridad Alimentaria, Andrew Hoggard, aclaró que la medida de suspensión es temporal y forma parte de un protocolo preventivo para evaluar el alcance del brote y minimizar cualquier riesgo asociado. En declaraciones a Radio Nueva Zelanda, Hoggard señaló que el período de incubación del virus, que se estima en un máximo de 21 días, será clave para determinar el momento en que el país pueda reanudar sus exportaciones avícolas. “Hasta que solucionemos la situación en esta granja, y asumiendo que no surjan otros problemas en ningún otro lugar, podremos exportar nuevamente”, aseguró.

Las autoridades neozelandesas han enfatizado que, hasta el momento, no existen indicios de que otras granjas avícolas del país hayan sido afectadas. Biosecurity New Zealand subrayó que no se han reportado aves enfermas o fallecidas en otras localidades, lo que refuerza la hipótesis de que el brote está contenido. Además, recalcaron que no hay riesgos para la salud humana ni la seguridad alimentaria, enfatizando que el consumo de productos avícolas y huevos bien cocidos sigue siendo seguro.

Stuart Anderson, subdirector general de Bioseguridad, destacó en un comunicado la importancia de tomar este hallazgo con la seriedad que amerita. Anderson aseguró que las investigaciones iniciales descartan cualquier relación entre esta variante H7N6 y una cepa H7 detectada en Australia a principios de este año. Este dato refuerza la necesidad de un monitoreo constante y diferenciado en las regiones afectadas.

La rápida reacción del gobierno neozelandés refleja la prioridad que se le otorga a la protección de la industria avícola, un sector vital para la economía nacional. La suspensión de exportaciones, aunque necesaria, podría generar un impacto significativo, especialmente en mercados internacionales donde los productos avícolas neozelandeses tienen alta demanda por su calidad y estándares de seguridad. Sin embargo, las autoridades han reiterado su compromiso de resolver la situación con prontitud para mitigar cualquier efecto adverso.

Mientras se implementan medidas de contención en la granja afectada, expertos en bioseguridad trabajan para rastrear el origen del brote y evitar su propagación. La región de Otago, conocida por su producción rural y avícola, se encuentra bajo estricta vigilancia, con protocolos de desinfección y monitoreo intensificado en las granjas cercanas. El objetivo principal es garantizar que el brote permanezca limitado a la granja identificada.

Por su parte, los productores avícolas del país han expresado su apoyo a las medidas gubernamentales, reconociendo la importancia de actuar con rapidez y firmeza ante cualquier amenaza sanitaria. Organizaciones del sector han ofrecido su colaboración para implementar las acciones necesarias y mantener la confianza tanto de los consumidores locales como de los mercados internacionales.

Este caso pone de manifiesto la complejidad de manejar enfermedades zoonóticas en un mundo interconectado, donde la bioseguridad es esencial no solo para proteger las industrias locales, sino también para prevenir la diseminación global de patógenos. Aunque el subtipo H7N6 no representa los mismos riesgos que la cepa H5N1, su detección es un recordatorio de los desafíos continuos que enfrenta la comunidad internacional en términos de salud animal y humana. Nueva Zelanda espera que los esfuerzos coordinados entre el gobierno, los científicos y los productores permitan contener este brote en un plazo razonable, restaurando la confianza en la industria avícola del país. Mientras tanto, las autoridades mantienen informada a la población, reforzando la importancia de seguir las recomendaciones de seguridad alimentaria y monitorear cualquier desarrollo relacionado con la gripe aviar.

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