Miles de inmigrantes marchan contra el odio y el racismo del presidente electo Donald Trump

La manifestación se realizó en LA en el Día Internacional de la Solidaridad y la Acción de los Migrantes

Miles de inmigrantes marchan en el centro de LA.

Miles de inmigrantes marchan en el centro de LA. Crédito: Jorge Luis Macías | Impremedia

Las lágrimas en el rostro de la maestra Angélica Reyes reflejaron el miedo y la incertidumbre de sus alumnos, quien escribieron cartas de preocupación sobre el destino de sus padres, una vez que el presidente electo, Donald Trump, tome posesión el 20 de enero de 2025.

En el Día Internacional de la Solidaridad y Acción de los Migrantes el 18 de diciembre, y con la participación de unas 2,000 personas que desfilaron desde la Placita Olvera hasta el Centro de Detención Federal, Reyes se declaró una “inmigrante indígena en este continente”.

Reyes, miembro del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD), de la Unión de Maestros de Los Ángeles (UTLA)  y maestra de estudios étnicos e historia en la secundaria Santee, pidió a sus alumnos que reflexionaran sobre la elección de Trump y sus amenazas de separar a las familias.

“Estoy preocupado por mi hermana y que deporten a mi papá”, fue la carta escrita por “Óscar”, un estudiante de la maestra Reyes. “¿Qué va a pasar con ellos?”, preguntaba.

Se calcula que participaron unas 2000 personas en la manifestación en el centro de LA.
Crédito: Jorge Luis Macías | Impremedia

El pensamiento que “Brenda” compartió fue: “Es muy importante para mí tener una escuela segura para seguir estudiando sin tener que preocuparme de que todos mis esfuerzos hayan sido en vano”.

“Soy inmigrante y tengo derecho a estudiar y eso me lo están quitando.”, añadió. “Tengo miedo de que me separen de mi familia. La vida está aquí, incluso si no nací aquí. Hay muchos más casos. Esta administración trae consigo un ataque enorme a nuestras comunidades. Es importante que recordemos nuestro poder”.

No dar fondos para deportaciones

La marcha, que fue liderada por la Coalición por los Derechos de los Inmigrantes,  (CHIRLA), tuvo como objetivo pedir al Congreso y al presidente Joe Biden que tome acción y vote en contra de cualquier aumento de fondos que requiera la administración Trump para aplicar las leyes de inmigración la detención y deportación de personas.

Los planes de Trump podrían verse afectados de inicio, ya que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) está lidiando con un déficit presupuestario de 230 millones de dólares, incluso antes de los costos que estarían asociados con las presuntas deportaciones masivas, según dos funcionarios que prefirieron el anonimato.

La marcha pasó por el Ayuntamiento de la ciudad.
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Además, el Consejo Americano de Inmigración, un grupo de investigación y defensa de los migrantes, estima que el plan de Trump costaría más de 88 mil millones de dólares cada año.

“Los demócratas del Congreso pueden hacer mucho para oponerse y luchar en contra de las políticas de deportación de Donald Trump, empanzando por oponerse al presupuesto, el cual no tienen que firmar”, consideró Salvador Sarmiento, director de campañas de la Red Nacional Jornalera (NDLON).

A nivel estatal, de los condados y ciudades, Sarmiento indicó que deberían asegurarse de que ningún centavo de sus presupuestos se utilice para subsidiar deportaciones, apoyar o facilitar detenciones de la gente migrante.

 ‘Un día de crueldad’

Angelica Salas, directora ejecutiva de CHIRLA, dijo a La Opinion como imagina el 21 de enero de 2025, un día después de que Trump ascienda al poder en la Casa Blanca.

“Pienso que va a ser un día de crueldad; va a comenzar muchos ataques y de muchas formas contra nuestra comunidad”, dijo. “Habrá ordenes ejecutivas que harán realidad sus ataques prometidos. Ya tienen los planes y será como una balacera en contra de nuestra comunidad inmigrante; obviamente va a ser una situación horrible”.

En la manifestación participaron activistas, políticos y miembros de la comunidad.
Crédito: Jorge Luis Macías | Impremedia

Frente a la iglesia de la Placita Olvera, los miles de migrantes se congregaron para marchar una milla y media y recorrer la Avenida César Chávez en dirección hacia la calle Temple, seguir calles céntricas de la ciudad y hacer una parada para protestar frente al edificio federal de inmigración de la calle Los Ángeles y culminar frente al centro federal de detención.

 “Protección a los inmigrantes y destrucción de los muros”, ¡El pueblo vive, la lucha sigue!”, “Los derechos de los inmigrantes son derechos humanos” y “Trabajadores migrantes hacen el trabajo”, fueron algunos d ellos mensajes de los marchistas.

Más de 500 años de resistencia

Odilla Romero, directora ejecutiva de Comunidades Indígenas en Liderazgo, (CIELO), una organización sin fines de lucro, liderada por mujeres, después de manifestar que en el condado de Los Ángeles se hablan 36 idiomas nativos como el maya, mixteco, zapoteco o kanjobal, y no solo español e inglés, expresó.

El apoyo a la comunidad palestina fue evidente.
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“Nosotros ya hemos resistido más de 500 años y continuaremos la resistencia”, dijo Romero. “Vamos a defender nuestros derechos humanos, porque las gentes indígenas son los verdaderos americanos”.

Por su parte, Ángel Novelo, maya yucateco que es coordinador de asuntos comunitarios en CIELO afirmó que “todos somos una misma raza”.

“La sangre roja nos corre por las venas. Nadie es diferente. Todos tenemos un objetivo, que es regularizar a nuestros compañeros emigrantes”, añadió.

De acuerdo con el American Immigration Council (AIC) alrededor de 5.1 millones de niños ciudadanos estadounidenses viven con un familiar indocumentado, por lo que separar a los miembros de la familia provocaría un tremendo estrés emocional y también podría causar dificultades económicas a muchas de estas familias de estatus mixto que podrían perder a su sostén de familia.

La presencia de los jóvenes fue muy relevante.
Crédito: Jorge Luis Macías | Impremedia

“Deja soñar a mis hijos”

“Ciudadanía para Dreamers” y “Deja soñar a los Dreamers. Deja soñar a mis hijos”  eran los mensajes de la pancarta que llevaba Tomasa Martínez,  una mujer de Jalisco, México, y madre de dos estudiantes DACA (Acción Diferida para los Llegados en la Infancia), cuyas solicitudes no han sido aprobadas desde 2021.

“El abogado nos dice que el caso está parado y que mis hijos solamente sigan echándole ganas, pero no hay ninguna información que los pueda proteger”, dijo la señora Martínez.

Por suerte, su hija Karely trabaja en un restaurante japones, mientras que Luis está desempleado momentáneamente. Él se encargaba de vigilar una alberca en Moreno Valley.

“No nos vamos a rajar”:

 David Huerta, presidente del Sindicato Internacional de Empleados de Servicios-United Service Workers West (SEIU-USWW), dijo a nombre de 50,000 trabajadores de Los Ángeles que, “unidos vamos a luchar en contra del racismo, sexismo y fascismo”.

Huerta recordó a los miles de inmigrantes los ataques y golpiza de la policia de Los Ángeles, en junio de 1990, en contra de trabajadores de la limpieza que estaban de huelga y a quienes trataron de impedir su protesta, cuando se rehusaron a dispersarse.

“Vamos a mostrarle al país nuestra lucha y que no nos vamos a rajar”, subrayó el líder sindical.

La senadora estatal María Elena Durazo recordó que, en California sus habitantes cuentan con derechos que no existen en ningún otro lugar en el país.

“Aprendimos de la Proposición 187. ¿Se acuerdan? Cuando trataron de negar a nuestros hijos el derecho a la educación”, declaró Durazo. “Juntos luchamos y ganamos… Donald Trump no nos va a quitar lo que hemos ganado”.

Eunisses Hernández, concejal de Los Ángeles, descartó la posibilidad de que el enfrentamiento político del estado de California con la administración de Trump por el tema migratorio pudiera causar algún impacto negativo en otros estados donde viven millones de inmigrantes.

“Cuando marchamos se crea un impacto en todo el país, y si aquí estamos haciendo todo lo que podemos para proteger a los inmigrantes, eso va a motivar a otros para que también pierdan el miedo y salgan a defender sus derechos”, dijo Hernández.

Y, entre la multitud de manifestantes, una trabajadora de la costura, Sofia Mendoza, de 50 años, miembro de la Acción de la Alianza de Californianos para el Empoderamiento Comunitario (ACCE), sostenía en sus manos un cartelón que, por un lado, decía: “Ningún humano es ilegal” y por el frente: “Estados Unidos, construido por inmigrantes”.

“Queremos que el presidente Trump pare su idea de deportaciones; todos los inmigrantes trabajamos, pagamos impuestos y no venimos a este país a robarle nada a nadie”, dijo. “Nosotros sí somos personas honradas”.

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