El CEO de BMW defiende alternativas más allá del eléctrico
El directivo asegura que limitarse a la movilidad eléctrica es “un gran error” y se muestra optimista en que 2025 será un año con mayor volumen de ventas

BMW X3. Crédito: BMW. Credit: Cortesía
En el debate sobre el futuro de la industria automotriz en Europa, las posturas se han polarizado. Mientras las autoridades comunitarias apuestan por una transición total hacia los autos eléctricos, algunas voces relevantes dentro del sector insisten en que el camino no puede ser tan lineal.
Lee también: Ford F-150: fallas frecuentes y cómo evitarlas
Una de las más firmes es la de Oliver Zipse, CEO de BMW, quien recientemente volvió a señalar que eliminar los motores de combustión interna sería “un gran error”.
Puedes leer: GM pausa producción de eléctricos por baja demanda
El ejecutivo alemán considera que la política actual pone en riesgo tanto a fabricantes como a consumidores, al reducir las opciones a una sola tecnología. Y aunque BMW ha invertido fuertemente en electrificación, su máximo responsable insiste en que la movilidad del futuro debería ser más diversa y flexible.
Una normativa que marca plazos estrictos
La Unión Europea estableció que, a partir del 1 de enero de 2035, los fabricantes ya no podrán matricular vehículos nuevos con motor de combustión. Aunque hay excepciones mínimas, en la práctica esta fecha supone el fin de una era en el continente.
Zipse cuestiona que un calendario tan rígido ignore factores clave en la cadena de valor. En declaraciones a Reuters, aseguró que “no es sensato apoyar una única forma de movilidad”.
Su preocupación se centra en que la producción de baterías y el abastecimiento energético también generan emisiones, lo que convierte la transición en un asunto más complejo de lo que aparenta.
La apuesta paralela por la electrificación
BMW no se ha quedado atrás en el terreno eléctrico. La compañía está desarrollando la plataforma Neue Klasse, la inversión más grande en sus más de 100 años de historia. Este proyecto será la base de una nueva generación de modelos, comenzando con el BMW iX3, un SUV que promete hasta 800 kilómetros de autonomía homologada.
Aunque la empresa no ha revelado la cifra exacta de la inversión, se habla de miles de millones de dólares destinados a electrificación, digitalización y nuevas tecnologías. Esto demuestra que la estrategia de BMW no es rechazar el coche eléctrico, sino evitar que se convierta en la única alternativa.
Combustibles sintéticos como salida
El debate sobre los combustibles electrónicos sigue abierto. Estos carburantes sintéticos, generados en laboratorio, buscan reducir el impacto ambiental de los motores tradicionales. La Unión Europea permitió una excepción en la normativa de 2035, siempre y cuando se compruebe que los e-fuels no generan emisiones contaminantes durante su uso.
En este punto, Zipse fue contundente: “Lo absurdo de las normas actuales es que los fabricantes de combustible no tienen objetivos”. Según el directivo, ignorar este tipo de soluciones implica desperdiciar una herramienta valiosa para alcanzar la neutralidad climática sin depender exclusivamente de las baterías.

El panorama no se limita a la regulación europea. Las marcas deben lidiar con otros retos como los aranceles cada vez más frecuentes, el aumento de los costos de producción y la presión competitiva de China, que avanza con fuerza en el mercado eléctrico.
A pesar de ello, Zipse mantiene el optimismo. BMW prevé cerrar el año con más de 2,5 millones de vehículos vendidos en todo el mundo, una cifra que superaría los resultados obtenidos en 2023. “Estamos por delante de las cifras del año pasado a agosto”, aseguró el CEO.
Europa es uno de los mercados donde la marca está logrando un crecimiento más notorio, impulsado por la demanda de modelos electrificados y por la llegada de nuevas propuestas como el iX3.
2025, un año clave para BMW
De cara al próximo ejercicio, Zipse confía en que 2025 será un año de consolidación. La compañía espera mejorar sus márgenes de rentabilidad y aumentar la participación de modelos eléctricos en sus ventas totales, aunque sin descuidar la oferta de motores de combustión y la investigación en combustibles alternativos.
La estrategia de BMW se basa en la flexibilidad: invertir de forma masiva en electrificación, pero también mantener opciones de combustión y explorar tecnologías que puedan complementar el futuro de la movilidad.
Con esa visión, el CEO de BMW envía un mensaje a los reguladores europeos: el éxito de la transición no depende solo de imponer fechas límite, sino de ofrecer a la industria el espacio para innovar en múltiples direcciones.
Seguir leyendo:
Nissan pierde un socio clave: Mercedes-Benz dice adiós
El Polestar 3 logró un récord Guinness de pura autonomía
Llegó el superdeportivo eléctrico más rápido del planeta