Trump y las políticas que afectan a Ford en EE.UU.
Jim Farley advirtió que el mercado de autos eléctricos en Estados Unidos podría reducirse a la mitad bajo las políticas impulsadas por Donald Trump

Jim Farley, director ejecutivo de Ford. Crédito: Ford. Crédito: Cortesía
La apuesta por los autos eléctricos en Estados Unidos atraviesa un momento de incertidumbre. El fabricante Ford, una de las compañías más comprometidas con la electrificación en los últimos años, reconoció que sus planes tendrán que ajustarse de manera drástica debido al nuevo panorama político.
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Jim Farley, CEO de la marca, aseguró que las decisiones impulsadas por el presidente Donald Trump en materia de incentivos y regulaciones ambientales podrían reducir las ventas de vehículos eléctricos a la mitad. “El mercado de los EV será mucho más pequeño de lo que pensábamos”, afirmó, al advertir que los consumidores podrían dar la espalda a los modelos cero emisiones si desaparecen los estímulos que hasta ahora hacían atractiva su compra.
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Impacto de las nuevas políticas
Uno de los puntos más críticos es la eliminación del crédito fiscal de $7,500 dólares que hasta hace poco se aplicaba a la compra de eléctricos. Esta medida, combinada con una flexibilización de las normas de emisiones, genera un golpe directo a la competitividad de los EV frente a los híbridos y los autos con motor de combustión.
Farley no dudó en poner cifras a la advertencia. Actualmente, los eléctricos representan cerca del 10 % de las ventas de vehículos en Estados Unidos.
No obstante, con los cambios impulsados por el gobierno, ese número podría caer al 5 %. “No me sorprendería que las ventas de EV en EE. UU. bajaran al 5 %”, comentó, reflejando un escenario que amenaza la continuidad de inversiones millonarias.
Pérdidas en el negocio eléctrico
Ford ya venía mostrando signos de desgaste en su división Model-e, encargada de los vehículos totalmente eléctricos. Solo en el segundo trimestre de este año, esa unidad reportó pérdidas de $1,300 millones de dólares, y las proyecciones para el cierre de 2025 apuntan a un déficit de hasta $5,500 millones de dólares.
A estas cifras se suman las caídas de ventas: un retroceso del 31 % en Estados Unidos durante el mismo periodo, afectado principalmente por la falta de renovación de modelos y por la pausa en las entregas del Mustang Mach-E debido a un retiro de seguridad.
Ante este panorama, la empresa reconoce que los eléctricos puros no logran alcanzar el volumen de mercado esperado. Según Farley, tienen sentido en trayectos urbanos cortos, donde su autonomía limitada no representa un problema, pero la realidad de la mayoría de los consumidores estadounidenses es distinta.
La ruta de los híbridos
Frente al riesgo de continuar con una estrategia centrada únicamente en eléctricos, Ford optará por dar mayor protagonismo a los híbridos. “Tenemos que hacer estos vehículos eléctricos parciales en las fábricas que habrían sido EVs. Las llenaremos, pero será más estrés”, explicó Farley, al confirmar que la compañía ya trabaja en la adaptación de sus plantas de producción.
Actualmente, Ford construye cuatro fábricas de baterías, incluida una en Kentucky en asociación con la surcoreana SK On, además de dos instalaciones dedicadas a eléctricos. Parte de esa infraestructura fue financiada en 2023 con un préstamo de $9,200 millones de dólares del Departamento de Energía, lo que añade presión para no dejar sin uso estas inversiones.

El reto está en la escala. Como reconoció el propio Farley: “Se necesitan 20 híbridos para utilizar tanta batería como un EV. La capacidad que construimos es mucho mayor de la que necesitaríamos… tenemos que tomar algunas decisiones”.
Riesgos y alternativas
La apuesta híbrida no está exenta de problemas. El exceso de baterías en el mercado comienza a sentirse, y Ford analiza opciones como fabricar híbridos enchufables con baterías más grandes o destinar parte de esa capacidad a otros sectores energéticos, como el almacenamiento eléctrico industrial.
Farley defendió que la compañía no dejará en el aire su infraestructura productiva. “Son algunas de las mejores fábricas que hemos construido. Tomaremos la decisión correcta para la empresa. No vamos a permitir que se paralicen”, aseguró, en un mensaje directo a inversionistas y trabajadores que temen un frenazo en los planes de expansión.
Mientras ajusta su estrategia, Ford tampoco abandona del todo el camino de los eléctricos. La compañía estudia el lanzamiento de modelos más asequibles que puedan atraer a un público masivo incluso sin el apoyo de subsidios. La idea es complementar la oferta de híbridos con propuestas de entrada al mundo de la movilidad eléctrica.
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