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Un doble asesinato que no se olvida en Montecito Heights

Dos expandilleros finalmente fueron encontrados culpables del asesinato de las jovencitas, una de 17 y otra de 19 años en el 2015

Montecito Heights es un vecindario latino en el noroeste de Los Ángeles.

Montecito Heights es un vecindario latino en el noroeste de Los Ángeles. Crédito: Jorge Macías | Impremedia

El 11 de diciembre se dictará la sentencia en contra de José Antonio Echeverría, alias “Klepto” y “Diablo”, y Dallas Stone Pineda, alias “Trippy”. Ambos fueron declarados culpables de cometer los asesinatos de dos adolescentes cuyos cuerpos fueron descubiertos cerca de una ruta de senderismo en Montecito Heights en el 2015.
Un jurado encontró a Echeverria, ahora de 28 años y Pineda, de 27, culpables de asesinato en primer grado, una década después de haber cometido los crímenes de Brianna Gallegos, de 17 años, y Gabriella Calzada, de 19.
A ambas jóvenes les destrozaron el rostro con disparos de un rifle calibre .22. Luego sus cuerpos fueron lanzados en una vereda del Parque Regional Ernest E. Debs. El daño que las víctimas sufrieron en el rostro fue tal, que fue difícil identificarlas a simple vista.
“Estos brutales asesinatos truncaron la vida de dos adolescentes y dejaron a sus familias devastadas”, declaró el fiscal de distrito del condado de Los Ángeles, Nathan J. Hochman. “Este veredicto hace justicia a las víctimas”.
El doble asesinato tuvo una gran repercusión mediática. Según las investigaciones, fueron el resultado de una larga disputa entre pandillas.
El fiscal Hochman agradeció a los integrantes de División de Homicidios de Pandillas, en particular a los fiscales adjuntos David Ayvazian y Stephen Lonseth, “por su incansable labor en la investigación de este caso”.

Echeverría nació el 31 de marzo de 1997 y había sido reclutado por la pandilla Calle 18; mientras que Pineda nació el 2 de septiembre de 1998 y se especula que también era pandillero o estaba en proceso. Ambos fueron condenados por dos cargos de asesinato en primer grado, con alegaciones de circunstancias especiales: de acecho y de que los asesinatos involucraron a múltiples víctimas.

Su audiencia de sentencia está programada para el 11 de diciembre en el Departamento 107 del Centro de Justicia Penal Foltz, ante el juez George Lomelí del Tribunal Superior del Condado de Los Ángeles. Ambos enfrentan cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.
El 27 de octubre de 2015, Echeverría y Pineda llevaron a Brianna Gallegos y Gabriella Calzada a una zona apartada del Parque Regional Ernest E. Debs en Montecito Heights, donde les dispararon y las golpearon con una gran piedra hasta asesinarlas.
Los cuerpos de ambas víctimas fueron encontrados al día siguiente, el 28 de octubre de 2015 por Adam García, quien paseaba a sus perros.

Un proceso largo
Las condenas de José Antonio Echeverría, alias “Klepto”, y Dallas Stone Pineda, alias “Trippy” se demoraron una década, a pesar de las confesiones grabadas que hicieron ambos a informantes de la policía.
“Este caso tardó casi 10 años en resolverse debido a una serie de requisitos legales y procesales ajenos a la Fiscalía del Condado de Los Ángeles”, dijo una portavoz de la oficina de la fiscalía de distrito del condado de Los Ángeles a La Opinión.
“Inicialmente, se presentó como un posible caso de pena de muerte, lo que desencadenó una larga revisión”, explicó.
El traslado del acusado Dallas Pineda a un tribunal de menores, en virtud de la Proposición 57, requirió múltiples audiencias, mientras que ambos acusados enfrentaban casos adicionales bajo custodia que debían abordarse.
Las demoras también se debieron a los repetidos cambios de abogado defensor y al cierre de tribunales por la pandemia.
“Cada paso fue obligatorio por ley o por las circunstancias, lo que prolongó el plazo para la resolución”, aseguró la fiscalía.
De acuerdo con el fiscal Stephen Lonseth, cuando se encontraron los cuerpos, las victimas adolescentes no tenían rostro tras recibir disparos y ser golpeadas hasta quedar irreconocibles.
Sin embargo, una pista clave en las investigaciones: el tatuaje del apellido Echeverria en el pecho de Gabriella Calzada: El apellido la ligaba con José Antonio Echeverría.
Entre tanto, Brianna Gallegos tenía escrita con sangre la palabra “puta” en el estómago. Tenía al menos siete semanas de embarazo cuando fue asesinada.
Senderistas se sienten más seguros
El caso que conmocionó hace diez años a la ciudadanía angelina es todavía parte de los recuerdos de Erin García, de 39 años, quien paseaba hace unos días en el Parque Regional Ernest E. Debs, con su pareja, Tianna Cruzzetti.
“Solo sé que dos gánsteres mataron a dos mujeres adolescentes y se deshicieron de los cuerpos en este parque”, dijo Erin García, ahora residente de Glendale. “Dejaron sus cuerpos tirados como si nada”.
Por su parte, Tianna Cruzzetti manifestó que, el hecho de que los asesinos, José Antonio Echeverria y Dallas Stone Pineda vayan a pasar el resto de sus días de vida detrás de las rejas es lo menos que merecen.
“Si quitas una vida, deberían quitarte la tuya también. Es como… ¿Quién te da el poder de quitarle la vida a alguien? Deja a la gente vivir su vida y que sea feliz. No porque tú seas miserable tienes derecho a quitarle la vida a otra persona. Eso no tiene ningún sentido”, expresó Cruzzetti.
En el área de Montecito Heights, donde ocurrieron los asesinatos pululan pandillas de mexicoamericanos, entre ellas The Avenues, que se originó en el noreste de Los Ángeles (NELA) y debe su nombre a las “avenidas” numeradas que se encuentran en la zona y las comunidades vecinas. La pandilla Avenues ha estado históricamente activa en el área y ha estado involucrada en numerosos delitos violentos.
Otras pandillas de NELA se han establecido en vecindarios de Highland Park, Cypress Park y Glassell Park. También se incluyen grupos criminales como los Toonerville, Thee Rascals y Frogtown.
La presencia de dichos grupos criminales no ha impedido que Hannah Savago, de 36 años, deje de practicar senderismo en el Parque Regional Ernest E. Debs, aunque toma medidas de precaución.
“He escuchado de la violencia que hay en el área, como el ataque reciente a un fotógrafo en el parque”, dijo la empleada de un restaurante. “Por seguridad, me gusta correr por las mañanas, sobre todo cuando hay abundante luz”.
En efecto, el 10 de septiembre de 2021, el fotógrafo Jason Cortez, de 29 años, fue asesinado a tiros por un presunto francotirador mientras caminaba por el Parque Regional Ernest E. Debs.
Un testigo proporcionó un retrato del sospechoso, un hombre con sudadera azul que fue visto por última vez dirigiéndose hacia el norte por los senderos del parque, y aunque la policía ofreció una recompensa de $50.000 dólares por información que condujera a su arresto, el sospechoso sigue prófugo.
“Yo estaciono mi carro todo el día en el parque y nada malo ha sucedido”, dijo Juan Meléndez, un hondureño de 31 años que está desempleado y no tiene un lugar donde vivir. “Cuando vienen los guardias a cerrar el parque me retiro de noche a un lugar alumbrado en la calle”.
Mientras tanto, María Cabrera, una mujer salvadoreña de 79 años y residente de Montecito Heights, informó que en esa área “la seguridad ya no es como antes”.
“Hay mucha gente loca, drogada, que antes no se veía”, agregó la mujer, quien tiene más de 25 años viviendo en la zona donde ocurrieron los asesinatos Brianna Gallegos y de Gabriella Calzada.

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