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Critican a industria de alimentos ultraprocesados por contribuir enormemente con el desarrollo de enfermedades crónicas

La industria alimentaria niega la relación entre AUP y problemas de salud, argumentando que las recomendaciones de políticas carecen de consenso científico

Critican a industria de alimentos ultraprocesados por contribuir enormemente con el desarrollo de enfermedades crónicas

Los alimentos ultraprocesados son muy populares entre los jóvenes. Crédito: Rimma Bondarenko | Shutterstock

Investigaciones recientes, avaladas 43 expertos mundiales en nutrición y apoyada por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), revelan un incremento en el consumo de alimentos ultraprocesados (AUP) a nivel mundial, asociado a un aumento en la obesidad, enfermedades crónicas, incluso a muertes prematuras.

Los expertos advierten que el modelo de negocio de la industria alimentaria es insostenible y perjudicial para la salud pública.

Esto va a la par de ingentes beneficios económicos para la industria. Más de la mitad de las ganancias de las corporaciones alimentarias entre 1962 y 2021 provienen de la venta de AUP.

Algunos académicos, como Barry Popkin, profesor distinguido WR Kenan Jr. de la Escuela de Salud Pública Global Gillings de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, destacan que estas compañías están dispuestas a invertir enormemente para evitar regulaciones que limiten su rentabilidad.

Resistencia a las regulaciones

A pesar de los llamados a la acción global, la industria alimentaria niega la relación entre AUP y problemas de salud, argumentando que las recomendaciones de políticas carecen de consenso científico.

En este sentido, la Alianza Internacional de Alimentos y Bebidas declaró a la cadena CNN que las autoridades sanitarias de todo el mundo han rechazado el concepto de alimentos ultraprocesados ​​debido a la falta de consenso científico.

A la vez, las empresas de alimentos utilizan redes de cabildeo para desacreditar la ciencia que respalda las advertencias sobre los AUP. Esta estrategia incluye el uso de influenciadores en redes sociales para difundir mensajes que minimizan los efectos negativos de estos productos.

“Para mantener este modelo de negocio, que es altamente rentable, la industria no puede permitirse el lujo de producir alimentos mínimamente procesados ​​como lo hacía en el pasado, por lo que utiliza un intenso cabildeo político para detener políticas de salud pública efectivas que apoyan la alimentación saludable”, afirma Carlos Augusto Monteiro, coautor de uno de los trabajos y profesor emérito de nutrición y salud pública de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de São Paulo, Brasil, citado por CNN.

Necesidad de una respuesta global unificada

Los expertos proponen implementar regulaciones más estrictas para frenar el consumo de AUP, tales como etiquetas de advertencia y tributación. El apoyo de organismos internacionales es crucial para enfrentar esta crisis.

Varios países han implementado políticas efectivas que han reducido el consumo de AUP, como tasas sobre bebidas azucaradas y restricciones de publicidad dirigida a niños. Sin embargo, se requieren esfuerzos coordinados a nivel global para establecer un marco regulatorio sólido que proteja a la población, especialmente a los niños.

Principales alimentos ultraprocesados

Los principales alimentos ultraprocesados que se consumen hoy en día incluyen carnes procesadas como salchichas y nuggets de pollo, bebidas azucaradas y refrescos, comidas listas para calentar y pizzas congeladas, bollería industrial, galletas, cereales de desayuno azucarados, helados, postres lácteos, golosinas, salsas industriales y snacks como papas fritas de bolsa.

Estos productos suelen ser ricos en grasas, sal y azúcares, con bajo contenido en fibra y micronutrientes, y están relacionados con problemas graves de salud como obesidad, diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y un riesgo de muerte prematura.

Su popularidad y consumo han aumentado significativamente, lo que se considera una amenaza para la salud pública.

Impacto a largo plazo en consumidores

El consumo a largo plazo de alimentos ultraprocesados tiene un impacto negativo significativo en las futuras generaciones. Se ha demostrado que el consumo elevado de AUP desde edades tempranas puede provocar desequilibrios nutricionales, exceso calórico, y aumento de peso corporal, lo que predispone a enfermedades crónicas no transmisibles como cáncer, enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y obesidad.

Este impacto se agrava con estilos de vida sedentarios, común en niños y adolescentes que consumen altos niveles de AUP. Además, la alimentación materna con altos niveles de AUP puede afectar la salud fetal, potencialmente influenciando la salud de las generaciones futuras desde etapas muy tempranas, incluso en el desarrollo prenatal.

Por otro lado, hay evidencia de que el consumo de AUP contribuye a una menor calidad nutricional general y a la aparición temprana de trastornos metabólicos que pueden transmitirse a futuras generaciones.

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Alimentos procesados consumidores Nutrición Organización Mundial de la Salud (OMS)
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