Jalisco aprueba las bodas gay
Aunque parejas del mismo sexo no podrán adoptar
MÉXICO. El estado de Jalisco se quitó de un plumazo en el Congreso local el estigma de estado ultraconservador al aprobar la Ley de Libre Convivencia que permite la unión entre personas del mismo sexo a pesar de intimidaciones desde los púlpitos de las iglesias católicas y movimientos civiles entre los más duros del país.
Al diputado Enrique Velázquez promotor de la iniciativa (aprobada hace unas horas en cerrada votación 17-15) le costó la fama de “maricón”, aún cuando se ha declarado heterosexual, casado y con dos hijos; a los homosexuales, soportar insultos como “cobardes”, “desempleados” o “drogadictos”.
En las calles estos y otros vituperios fueron los menos picantes y hasta comunes, y se trasladaron a la tribuna legislativa, a través del congresista y ex secretario de Educación Guillermo Martínez, uno de los más férreos opositores que citó “un estudio” que prevé el poco prometedor futuro de hijos criados por gays.
“Las familias en Jalisco no se negocian”, dijo. “Jalisco no es homosexual”, secundó afuera del recinto el vocero del Colectivo Todos por la Familia que reunió a un millar de manifestantes.
Con tales argumentos se eliminó la posibilidad de adopción de niños, uno de los puntos más polémicos durante los siete meses que duró la discusión, desde que el pasado 18 de abril legisladores perredistas y panistas buscaron seguir los pasos del Distrito Federal, Coahuila y Quintana Roo, donde ya se permite la unión de personas del mismo sexo.
La Ley de Libre Convivencia tampoco se logró que las bodas se registren como estado civil, aunque tendrán un contrato notarial con grandes ventajas porque se reconocerán los derechos sucesorios, patrimoniales, alimentarios, de tutela y seguridad social y contarán además con opciones muy liberales inéditas en México.
En este convenio pueden participar más de dos personas (según la redacción), y los vínculos pueden desaparecer solo con solicitarlo.