Activistas logran inscribir a 17,000 votantes hispanos
La meta es alcanzar 250,000 votantes latinos antes de los comicios de noviembre próximo
Washington – La hondureña Indira Murillo es una preocupación menos para grupos cívicos que buscan inscribir a unos 250,000 votantes latinos antes de los comicios de noviembre próximo.
Murillo, de 45 años, obtuvo la ciudadanía estadounidense el martes junto a 700 extranjeros de 101 países y, minutos después de fotografiarse con su certificado de naturalización, se inscribió para votar.
“Vine a este país en 2001 sin planes de quedarme. Pasaron los años y decidí que si me iba a quedar acá, sería mejor hacerme ciudadana… desde acá puedo ayudar más a mi país natal, entonces ¿cómo decir ´no´?¨, explicó Murillo, tras la ceremonia en el gimnasio de una escuela secundaria en Alexandria (Virginia).
“Fue una ceremonia inolvidable, emocionante, vi muchos viejitos llorando, y otros ondeando banderitas (de EEUU). Llené el formulario de votante que me dieron en una tabla, y me sorprendió que no todos agarraron una tabla… eso preocupa porque si tenemos el derecho al voto debemos ejercerlo”, enfatizó Murillo, consultora del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Es la misma preocupación detrás de la millonaria campaña de registro de votantes que lanzaron en enero pasado el Consejo Nacional de La Raza (NCLR) y Mi Familia Vota.
Según Clarissa Martínez, directora de programas de participación cívica e inmigración de NCLR, la incipiente campaña, financiada con fondos privados, ha logrado inscribir a 17,000 latinos.
“Es una cifra inferior a lo que esperábamos, pero estamos en una carrera por ver qué es lo más eficaz para el registro de votantes latinos, y sabemos que el interés aumenta conforme se acercan los comicios. Queremos que nuestra gente salga a votar cada dos años, no solo para los comicios presidenciales”, señaló.
Contrario al uso de voluntarios en centros de llamada o visitas a domicilios de años atrás –que implica más trabajo y más gastos-, la campaña se enfoca en el envío por correo de formularios, que incluyen el sello y dirección de las oficinas electorales pertinentes.
Durante la etapa inicial de la campaña, se enviaron folletos a latinos en Arizona, Nuevo México, Texas, Utah, Nevada, Colorado y Oklahoma. La siguiente fase se llevará a cabo en junio, y el último empujón será en agosto.
Los comicios del próximo 4 de noviembre ayudarán a reconfigurar los 435 escaños de la Cámara de Representantes y 36 en el Senado. Los republicanos necesitan 9 escaños para recuperar el Senado.
Un análisis reciente de Latino Decisions señaló que los hispanos podrían ayudar a definir los resultados en 33 distritos de la Cámara Baja y las contiendas para gobernador en varios estados, incluyendo Florida y Pensilvania.
Según la Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Elegidos (NALEO), 12,2 millones de latinos votaron en 2012, pero 2,5 millones no lo hicieron. Además, otros 8,6 millones aún no se han inscrito para votar, para un universo de 11.1 millones.
Para lograr 250,000 votantes, la campaña prevé enviar correos a dos millones de personas, y el éxito de la campaña dependerá del porcentaje de respuestas.
NCLR cuenta como aliado al Centro de Participación de Votantes (VPC), que tiene vasta experiencia con el bloque de “votantes emergentes” (“Rising American Electorate”, RAE), compuesto por mujeres solteras, minorías, y jóvenes entre 18 y 29 años.
Los latinos y las mujeres han liderado el crecimiento de los “RAE”, aportando ocho millones de votantes adicionales entre 2000 y 2010, según VPC.
Lo alarmante, señaló el grupo, es que más de 21 millones de los “RAE”, incluyendo hispanos, podrían quedarse en casa en noviembre.
Murillo, que fundó una red de información para inmigrantes en el norte de Virginia, cree que “no sirve de nada ser la minoría más grande si no votamos”.
“Tenemos que usar las redes sociales, enviar mensajes virales allí donde esté nuestra comunidad. No podemos dejar que otros decidan por nosotros”, puntualizó Murillo.
