Los cangrejos mexicanos

Cada día la calidad educativa se cae por los suelos y es vergonzoso el desempeño en las pruebas internacionales

La olla de cangrejos mexicana que está llena y en la que los de abajo se aseguran de que los de arriba no puedan escapar.

La olla de cangrejos mexicana que está llena y en la que los de abajo se aseguran de que los de arriba no puedan escapar. Crédito: Shutterstock

México

El concepto de progreso supone avanzar, ir hacia adelante, pero en México los avances son muy efímeros.

Lo que resulta más que cierto es que vamos todos hacia atrás, por eso es tan aleccionadora la metáfora de la olla de cangrejos mexicana que está llena y en la que los de abajo se aseguran de que los de arriba no puedan escapar.

Un experto en materia educativa me comentó en alguna ocasión lo que implicó el esfuerzo de proveer de escuela a millones de mexicanos y es innegable que cada día son más los que acceden a niveles medios y superiores.

Sin embargo, cada día la calidad educativa se cae por los suelos y es vergonzoso el desempeño en las pruebas internacionales.

Pero eso sí, se culpa a los maestros que salen a las calles a protestar sobre esta situación.

El cangrejo educativo se vuelve al fondo de la olla.

Un articulista estadounidense declaró que México era el país del futuro.

Pero lo que no dijo es que lo era para tan solo unos cuantos, entre los que están, por supuesto, los políticos, porque el 60% de la población está en la miseria sujeta a los programas asistencialistas del Gobierno que los sujetan a la extorsión política.

El cangrejo de la oportunidad económica está totalmente en el fondo de la olla.

Un intelectual escribe un artículo sobre los baches y es que no obstante todos los avances tecnológicos, la condición de la infraestructura del país nos recuerda diariamente denuestra condición de tercer mundistas.

Ante una pregunta hecha por mí la gente comenzó a renombrar cada una de sus ciudades.

Así, destacan Bachuca, Bachuebla, Bachualpan.

Vivimos prácticamente en Bachelandia, pero no abrigue la mínima de las esperanzas para que el Gobierno lo compense por los daños sufridos al caer en esas trampas públicas.

Un grupo salió a celebrar el aniversario de un gran bache y los apresaron.

El cangrejo de la probidad en la construcción de la obra pública fue jalado por los cangrejos mexicanos al fondo de la olla.

En lo económico, se han firmado tratados de libre comercio con medio mundo, pero somos un país convertido en todo un paraíso de la piratería y tenemos un déficit comercial con todos los países con los que firmamos.

El cangrejo que formula las políticas de largo alcance yace en el fondo de la olla.

Desde principios del siglo XX se fue alertando respecto al riesgo de la insuficiencia en la producción de los alimentos.

No obstante, la alerta mencionada, ahora importamos los productos mínimos de la dieta nacional, y los programas de apoyo al campo se distorsionan por ineficiencia y corrupción.

La corrupción, sin duda alguna, causa estragos sobre las necesidades más básicas de los mexicanos en todo nuestro país.

El cangrejo de la probidad yace casi ahogado en el fondo de la olla.

Tenemos un marco legal muy avanzado, pero un gran menosprecio por la ley, la que no respetan ni los que las aprobaron.

Vivimos en el paraíso del influyentismo y de la simulación y para eso necesitamos un cangrejo expiatorio, al que después de avergonzar públicamente se le lanza hacia abajo de la olla.

El Gobierno desmanteló el aparato estatal de la economía que buscaba nivelar un poco las desigualdades, reforzó la concentración de la riqueza, apoyó la creación monopolica que ahora ahoga la competitividad del país y, sin embargo, los políticos se arrodillan frente a esos ricos adorando la riqueza creada con el empobrecimiento general de nuestro país.

De esta manera, el cangrejo de la equidad se hundió por debajo de los demás cangrejos.

Se ha construido con denuedo una cleptocracia que es totalmente cómplice en el despojo que se ha hecho a la nación, formulan marcos legales y administrativos que se sabe de antemano que no se cumplirán, pero sirve para taparle un ojo al macho, por eso aquí los apresados son por venganza política.

El cangrejo de la honestidad está escondido.

Todos los cangrejos se regodean porque saben que en el trayecto para escapar de la olla alguna ventaja tomarán sobre los demás y aunque se revuelquen juntos nunca serán iguales entre sí. Esto, porque siempre habrá un cangrejo que estará aplastando a otros, y ese se dará el gusto y lujo de reconvenir a los demás.

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