Cárcel y multa de $10,000 para quienes disparen al aire

Autoridades advierten de serias consecuencias para los que festejen de esta forma

Un agente de la Policía se para frente a un anuncio que pide a las personas no disparar al aire para  festejar el Año Nuevo.

Un agente de la Policía se para frente a un anuncio que pide a las personas no disparar al aire para festejar el Año Nuevo. Crédito: <copyrite>La Opinión - </copyrite><person>Archivo< / person>

La Ley de la Gravedad dice que todo lo que sube tiene que bajar y eso también aplica para los disparos hechos al aire como una celebración por el inicio del Año Nuevo, una práctica de consecuencias fatales que no ha podido ser erradicada en el área de Los Ángeles.

Por eso, la Policía de Los Ángeles (LAPD) y el Sheriff del condado (LASD) unen fuerzas en la víspera del Año Nuevo del 2014 para avisarle al público que habrá un operativo especial para detectar a los infractores, que pueden recibir un castigo de hasta un año en cárcel, una multa de $10,000 dólares, perder el derecho a portar armas de fuego y sumar una falta en la ley de “Tres delitos y fuera”.

Pero si la bala llega a matar a alguien, el sospechoso es consignado por homicidio. A una velocidad de 200 pies por segundo un proyectil penetra el cráneo de una persona. Un disparo al aire puede alcanzar una altura de dos millas y caer tan rápido como 700 pies por segundo, atravesando sin problema el techo de cualquier vivienda en Los Ángeles.

“Esta campaña está diseñada para reducir los disparos al aire que se han convertido en una tradición mortal del Año Nuevo en la ciudad y el condado”, indica un comunicado de ambas corporaciones, el cual resalta que a los detenidos se les aplicará “todo el peso de la ley”.

El éxito de la “Campaña para reducir los disparos al aire en la víspera de Año Nuevo” se mide por el descenso constante del número de llamadas al sistema 911 reportando esta acción ilegal. Durante la bienvenida del año 2011, en la zona se registraron más de 200 reportes, 17% menos que en 2010.

Los últimos festejos que terminan en tragedia por dicha práctica en Los Ángeles ocurrieron en el Año Nuevo de 1998, cuando dos personas murieron por ese motivo, y el 4 de julio de 1999, fecha en que un niño de nueve años, Brian Pérez, perdió la vida por esta causa en el sur de la ciudad.

En la celebración por la llegada del 2009, un niño de cuatro años falleció por una bala perdida en Atlanta, según el Buró de Alcohol, Tabaco, Armas y Explosivos (ATF).

Un dato aterrador: el 80% de los disparos hechos al aire han perforado en su mayoría los cráneos y hombros de mujeres y niños, de acuerdo a estadísticas de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades.

Como ocurre desde 1995, las agencias policiacas locales se apoyan en el sistema ShotSpotter, que consiste en sensores acústicos colocados en postes telefónicos y techos de edificios, conectados a tecnología de localización satelital (GPS) en las patrullas. El lugar donde se realiza un tiro al aire se detecta utilizando una fórmula matemática basada en la velocidad e intensidad del sonido.

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