Las iPads del LAUSD
Todos están de acuerdo en la necesidad que los estudiantes del ciclo básico de Los Ángeles tengan fácil acceso a computadoras. En el caso del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD), significa que las escuelas son las que deben garantizar que tanto alumnos ricos y como pobres tengan lo que ya se ha convertido en un artículo elemental de aprendizaje.
Por eso, el programa del LAUSD para proveerlas era una excelente idea que lamentable tuvo un resultado desastroso. De ahí la sabia decisión del superintendente escolar, John Deasy, de suspender el programa con solo 47 escuelas distribuidas con iPads y con una fracción de dinero gastado de los más de mil millones de dólares estimados en el costo general del programa.
Se puede decir que los problemas surgieron desde el primer momento. Es muy discutible si una tableta como el IPad era el vehículo más adecuado en tecnología y precio que, por ejemplo, una computadora laptop. Se cuestiona incluso que ni siquiera Apple estaba lista para los requerimientos de gran escala al momento del lanzamiento del programa.
Estas dudas de tecnología llevaron a cuestionar el proceso de licitación que, luego de conocerse los detalles, deja una apariencia de impropiedad de interés en la selección del sistema.
La implementación tampoco fue mejor, mostrando un nivel de improvisación ya sea por la tecnología inadecuada que no podía evitar la manipulación de los programas de seguridad de las tabletas. Para colmo de males, una auditoría interna reveló que se desconoce el destino de las computadoras por valor de dos millones de dólares distribuidas en escuelas.
No creemos que este fiasco sea un pretexto para pedir la renuncia de Deasy. Sí pensamos que el superintendente debe una investigación transparente de lo ocurrido y una explicación clara. De este proyecto se pueden sacar mucha lecciones, la más importante es como evitar su repetición.