Las diferentes versiones sobre el ataque contra turistas mexicanos en Egipto
La muerte de 12 personas en un ataque de las fuerzas de seguridad en Egipto el pasado domingo sigue rodeada de incógnitas.
Entre las víctimas, al menos hay ocho mexicanos, según afirmó este martes Reyna Torres, directora de Protección a Mexicanos en el Extranjero de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).
¿Pero qué pasó para que un grupo de turistas fuesen confundidos por militantes islamistas y atacados por el ejército egipcio, a solo tres horas del Cairo y mientras atravesaban un desierto?
El gobierno de Egipto explicó que el ataque aéreo -según el gobierno mexicano, con un avión y helicópteros- fue un “error”, motivado porque las fuerzas de seguridad confundieron a los turistas con militantes islamistas, y abrieron fuego contra ellos.
Sin embargo, aunque pidió disculpas, el gobierno egipcio declaró que los turistas se encontraban en una zona “restringida”.
Y Rasha al Azizi, portavoz del ministerio de Turismo, dijo que el grupo carecía de los permisos necesarios para atravesar esa zona y no informó a las autoridades.
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Sin embargo, varias fuentes locales arrojaron dudas sobre la versión oficial.
La más prominente ha sido la de Hassan al Nahla, presidente del sindicato de guías turísticos de Egipto.
Según Al Nahla, el grupo sí tenía todos los permisos necesarios y, además, había partido con escolta policial desde El Cairo hasta el oasis de Bahariya, situado a unos 350 kilómetros de la capital.
Bahariya es un lugar común de parada de turistas antes de salir de excursión al Desierto Blanco.
Cuando estaban a unos 80 kilómetros del hotel, se desviaron dos kilómetros en el desierto para comer algo, según esta versión.
Al Nahla le dijo a la agencia AFP que el lugar en el que se detuvieron nunca ha sido una zona restringida y que nadie emitió señales de advertencia ni instrucciones.
“No hubo notificación en el lugar y no hubo coordinación”, declaró.
Luego, en la televisión egipcia, Al Nahla ahondó en la falta de coordinación de las fuerzas de seguridad.
“No culpo a nadie, pero ¿quién es responsable de la coordinación y por qué estuvo ausente?”, preguntó.
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“Si el ejército trata con terroristas, ¿por qué no fueron notificadas las autoridades que emitieron los permisos? ¿Por qué no fue notificado el ministerio de Turismo para poder coordinarse con las empresas turísticas?”.
El diario estadounidense The New York Times publicó que tanto el sindicato presidido por Al Nahla como los amigos del líder del viaje hicieron circular en internet fotografías del supuesto permiso oficial con el que sí contaba el grupo.
Familiares
Los vehículos en los que viajaron los turistas quedaron totalmente calcinados.
Un familiar de unas de las víctimas que estuvo en el lugar del ataque parece corroborar la idea de que los turistas habían parado para comer.
“Fuimos al lugar del ataque y nos encontramos los vehículos todavía formando una especie de círculo”, dijo.
“Cuando examinamos los cuerpos, vimos que dos parecían haber estado cocinando y otro, creo, sacando algo del coche”.
Uno de los miembros de la comitiva, según este familiar, “estaba sacando algo del auto cuando el auto fue golpeado por dos misiles”.
Gabriela Bejarano, hermana de una de las víctimas mexicanas en el ataque, no se cree la versión oficial de los hechos.
Nabil Altawi, el guía que acompañó a los turistas en Egipto, “siempre fue muy cuidadoso, era muy estricto en esos puntos”.
“No podías desviarte a ningún lado que no estuviera estipulado, ni siquiera podías comprar algo solo”, le dijo a BBC Mundo.
“Los horarios estaban muy marcados porque siempre estábamos acompañados por convoyes que el mismo gobierno pone. No había forma que fueran confundidos con terroristas”, añadió.
Los heridos y los cadáveres fueron trasladados al Hospital dar al Fouad, en el oeste del Cairo.
El Desierto Occidental es bastante visitado por turistas, pero también es un lugar de escondite de milicias radicales.