La inmigración calificada
La inmigración es un elemento valioso que Estados Unidos debe aprovechar por lo que le aporta a este país. Hay un sector que responde a las necesidades básicas de mano obra que requiere la economía. También hay otra categoría, la profesional y el inversionista, que trae su talento y su dinero.
Por ejemplo, hay propuestas concretas en el Congreso, como la recién presentada por los senadores Charles Schumer (D-Nueva York) y Mike Lee (R-Utah) que otorga una visa de residencia de tres años a los extranjeros que compren en efectivo una casa de medio millón o dos de 250 mil dólares.
También se habla de cambiar la actual visa EB-5 para los inversionistas que traen un millón de dólares (o medio millón para áreas determinadas) para crear por lo menos 10 empleos. Está circulando una propuesta para una visa EB-6 de dos años para quienes quieran iniciar una empresa con un mínimo de 250 mil dólares.
El ataque terrorista del 9/11 dañó la perspectiva de una reforma integral de inmigración que parecía asomarse por el horizonte. La nueva política restrictiva perjudicó a todo los indocumentados en el país. Al mismo tiempo dificultó la obtención de visas para estudiantes extranjeros sobresalientes de la universidad especialmente en las áreas de ciencias -que antes era más sencillo lograrlo-, complicó la extensión de permisos de trabajo para profesionales en el país y para ingenieros extranjeros que tienen oferta de trabajo.
Las dificultades que enfrentan los inmigrantes calificados, como los que no lo son, refleja la disfuncionalidad de un sistema migratorio fallido que no toma en cuenta las realidades del presente.
Creemos que el respaldo a la inmigración profesional y calificada es complementario a la regularización de los millones de indocumentados que trabajan a diario en Estados Unidos. Cada uno a su modo aporta su trabajo, conocimiento y experiencia a este gran país.