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Van del campo al colegio con CAMP

Programa ayuda a migrantes o sus hijos que quieren ir a la universidad

Para pasar de trabajar en la pizca de la fresa en los campos de Irvine a posiblemente convertirse en un médico, se necesita de “todo el apoyo que te puedas imaginar”, dice Oscar Ramírez, un estudiante de Santiago Canyon College (SCC), quien recibe ese apoyo del programa College Assistance Migrant Program (o CAMP, por sus siglas en inglés).

CAMP es un programa que apoya a estudiantes migrantes que han trabajado en los campos, o son hijos de trabajadores del campo, a lograr sus estudios universitarios.

Aunque nació en este país, Ramírez creció en México y regreso a los Estados Unidos a los 13 años. “Trabajé en el campo temporalmente con mis tíos. Mis padres viven en México y yo decidí venirme solo para lograr una educación universitaria”, cuenta el estudiante de 19 años.

Ramírez dijo que recibe de CAMP 500 dólares por semestre para pagar su matriculación, además de recibir dinero extra para otros gastos y una computadora personal.

“El Condado de Orange es en gran parte un área agricultural y muchos estudiantes k-12 pertenecen al programa de educación migrante, así que CAMP está diseñado para continuar apoyando a estos estudiantes en su primer año de colegio, con asistencia completa”, señaló Deisy Covarrubias, directora de CAMP en el Santiago Canyon College (SCC) de la ciudad de Orange.

Desde hace cuatro años, CAMP ha ayudado a otros cientos de estudiantes como Ramírez en SCC, el único colegio del Sur de California en ofrecer este programa. Hay ocho programas más en todo el estado, pero solo se ofrece en otros dos colegios comunitarios. Y existen solo 35 programas CAMP alrededor del país.

“Les ayudamos con la parte financiera, con consejería, dinero para su libros, etc. Les brindamos todo el apoyo posible, no solo a los estudiantes, sino a sus padres también”, aseguró Covarrubias. “Hay que tomar en cuenta que generalmente estos estudiantes son de primera generación, migrantes y en la mayoría de los casos son los primeros en ir al colegio en sus familias”, destacó Covarrubias.

Según el Departamento de Educación, en el año 2000 había aproximadamente 800,000 niños migrantes en las aulas del país. Y de acuerdo con la National Consumers League, se estima que unos 400,000 niños y jóvenes trabajan en los campos de agricultura.

Este año el programa CAMP en SCC esta beneficiando a 40 estudiantes, pero buscan reclutar más.

“Hasta el momento no hemos tenido que rechazar estudiantes porque la mayoría cumplen con los requisitos y los fondos para apoyarlos son suficientes”, subrayó Covarrubias.

CAMP funciona a base de fondos federales y bajo los programas Workforce Investment Act para trabajadores del campo y el Migrant Educational Program del Departamento de Educación de los Estados Unidos.

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