Gingrich es el nuevo favorito republicano

Gingrich sigue subiendo

Newt Gingrich ex congresista de Georgia y quien fuera el emblemático presidente de la Cámara de Representantes durante casi todo el gobierno de Bill Clinton en los años 90, ha emergido como el nuevo favorito para competir por la candidatura republicana.

Las más recientes encuestas colocan a Gingrich como un serio contendiente en New Hampshire -el lugar de la primera votación después de las asambleas de Iowa- donde está en segundo lugar y en Florida, el estado más grande en votar durante enero, en un primer lugar contundente.

Gingrich está tratando de convencer a su partido, en particular a los conservadores del Tea Party, de que no sólo es más conservador -y firme en sus convicciones- que Mitt Romney, el presunto inevitable candidato sino más “elegible” que este.

“No soy perfecto”, dijo Gingrich el lunes en una entrevista radial. “Sólo sé que soy más conservador que Mitt Romney y es más probable que pueda ganar”.

Hay pocos misterios sobre Gingrich. Casi todo se sabe. Y ese es parte de su posible éxito a estas alturas del proceso primario, a un mes de que empiece la hora de la verdad: las primeras votaciones en Iowa y New Hampshire.

“Tiene mucho historial negativo, muchos esqueletos, pero están todos fuera del closet”, dijo Charles Dunn, decano de ciencias políticas de la Universidad Regent, una universidad cristiana en Virginia. “La base republicana ha quedado muy desilusionada por los candidatos en los que ha puesto interés hasta ahora y la realidad es que Gingrich es un político habil, un hombre inteligente y le puede ganar a Obama en debates”.

Gingrich fue uno de los políticos más prominentes de Washington durante buena parte de los años 90. Los republicanos ganaron la mayoría en la Cámara de Representantes en forma contundente en 1994, durante las primeras elecciones de Congreso durante el gobierno de Clinton y Gingrich se erigió como su líder.

“Gingrich tenía un partido republicano en los 90 que estaba mucho más unificado que el partido de hoy, con sus divisiones y Partido del Té”, dijo Adrián Pantoja, profesor de ciencias políticas de Pitzer College. “Lo veo como un conservador en la línea de Ronald Reagan, muy conservador pero flexible y pragmático”.

Esto se nota en la postura de Gingrich en inmigración, donde ha mostrado dos caras de la moneda: una cara dura para complacer a la base del partido y una que llama a la reflexión a su propio partido respecto a acciones contra los inmigrantes que no son compatibles con los valores familiares que pregona el partido.

Para Angie Kelly, especialista en política migratoria del Centro para el Progreso Americano, Gingrich presidió sobre la Cámara en una época en que se aprobaron tres de las medidas más restrictivas contra los inmigrantes en tiempos recientes: la ley de Inmigración de 1996 (IRAIRA), la ley contra el terrorismo y la Ley de Reforma del Bienestar Social.

“El no fue el arquitecto, pero sí un gran impulsador de estas leyes”, dijo Kelley.

Claro que todas estas leyes también contaron con el apoyo del presidente Bill Clinton. En todo caso, Gingrich tiene un récord amplio que examinar para que los republicanos decidan si lo quieren como su representante.

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